14/07/2009

Intel: el champán puede esperar

Paul Otellini

Si no buenos, al menos han sido mejores de lo previsible. Los resultados del segundo trimestre de Intel eran esperados como un eventual signo precursor del cambio de tendencia de la demanda, y esta vez no han llegado a tanto. Todo el mundo mira a Intel esperando señales, pero la mejoría no es suficiente para marcar un tipping-point: es verdad que las ventas han crecido un 12% sobre el trimestre anterior, pero son 19% inferiores a las del mismo período de 2008. Ahí duele. Los analistas eran pesimistas: cualquier cifra superior a los 7.200 millones de dólares del primer trimestre les hubiera confortado, por lo que acogieron con entusiasmo los 8.000 millones.

Por estas razones resulta llamativo que los directivos de la empresa fueran más circunspectos que los inversores: en las horas siguientes al anuncio, la acción de Intel ganaba un 8%. Es un hecho que la comparación secuencial modifica la curva: entre los dos trimestres precedentes hubo una caída del 26%. El principal factor parece haber sido una recuperación, todavía débil y provisional, de los inventarios de chips en manos de la industria informática. Intel se ha sentido así en condiciones de publicar una previsión (algo que llevaba dos trimestres sin hacer): el periodo junio-septiembre se cerrará con unos 8.500 millones de dólares de ingresos “con un margen de más o menos 400 millones”. Pero, atención, incluso aceptando el tope de esa previsión, 8.900 millones, representaría una diferencia del 12% con respecto a los 10.200 millones ingresados en el tercer trimestre de 2008.

Capítulo aparte merecen los beneficios. Por primera vez desde mediados de los 80, Intel ha cerrado un trimestre con pérdidas de 398 millones, un arbitrio contable en aplicación de la norma GAAP, que la obliga a reflejar en libros la multa de 1.450 millones aplicada por la Unión Europea, recurrida. De otro modo, el resultado hubiera sido positivo en 1.000 millones de dólares. Por cierto, el margen bruto del 50,8% está cuatro puntos por debajo del que se registraba a la misma altura de 2008.

Al fin y al cabo, Intel es el mejor barómetro de la salud del mercado. Al ser preguntado por un deseable cambio de ciclo en los próximos meses, el CEO de la compañía, Paul Otellini, admitió que no ve síntomas de que las empresas tengan prisa por renovar su parque instalado. Es verdad, dijo, que el advenimiento de Windows 7 puede ser un estímulo el año próximo, pero en el corriente “no tendrá volumen suficiente para cambiar el rumbo de las cosas”. En relación con el segmento de consumo, Otellini echó mano de citas de varios economistas, para señalar que mientras la renta disponible no aumente y el crédito siga restringido, no sería razonable esperar un salto de la demanda.

El director financiero de Intel, Stacy Smith, hizo hincapié en que como mínimo durante los dos próximos trimestres, Intel tendrá un margen de capacidad de producción subutilizado, por lo que ha de mantener sus planes de recorte de inversiones y se centrará en maximizar el uso de sus fábricas. Y ahora, a esperar que acabe el tercer trimestre.


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