A pesar de las presiones políticas que bloquean sus intentos de penetrar el mercado de Estados Unidos, la compañía china Huawei se las ha arreglado para liderar la primera oleada mundial de contratos de infraestructura LTE (Long Term Evolution) hasta duplicar el número de los firmados por su más cercano competidor. Sin embargo, Ericsson se lleva la primacía si se considera el valor total contratado, gracias a su participación en las tres iniciativas de los operadores estadounidenses. Los datos recopilados por Telegeography indican que los precios se han igualado, contrariando la sospecha de que Huawei estaría haciendo ofertas que sus rivales no podrían emular sin pérdidas.
La ventaja con la que sí parece contar Huawei – así como su compatriota ZTE – es una mayor holgura financiera, que le permite ofrecer condiciones mejores que las de los tres competidores europeos en este campo: Ericsson, Nokia Siemens y Alcatel Lucent. Probablemente el balance sería distinto si se contabilizaran las pruebas piloto de 132 operadores en 56 países – en algunos casos repartidas entre dos proveedores – pero esta información suele estar protegida por acuerdos de confidencialidad. Con la disponible, se puede deducir que la fuerza de Ericsson se concentra en los grandes operadores que han sido sus clientes durante décadas, mientras que Huawei consigue más contratos con operadores de menor talla y/o en mercados nuevos. Hasta mediados de noviembre, Telegeography atribuye a la empresa china el 36% de los contratos comerciales (18 sobre 50) mientras Ericsson, Nokia Siemens y Alcatel Lucent se reparten otros 25. Bajo el epígrafe `otros´ (los 7 restantes) se agrupan los que han firmado ZTE, NEC, Motorola y Samsung.
Es notorio que con la cuarta generación de telefonía móvil -y aun antes, con la tecnología Single RAN, cada día más extendida- el valor de la infraestructura reposa en el software y en la capacidad de soportar redes múltiples. Esto ha creado una nueva situación, en la que las guerras de precios no son la regla. Telia Sonera, primer operador en poner en marcha una red operativa LTE, presume de haberlo conseguido sin soportar costes adicionales por ser la pionera en adoptar esta tecnología.
Por otra parte, la publicación de estos datos coincide con el lanzamiento de la primera red LTE en Estados Unidos, a cargo de Verizon Wireless, el próximo domingo en 38 ciudades y 60 aeropuertos, una noticia cuya importancia reside en que se trata del mayor operador de ese mercado, que ha decidido apostar por LTE en aguda competición con AT&T. La batalla entre estos dos gigantes ilustra una de las razones para introducir la cuarta generación: el interés en promover servicios premium que ayuden a corregir la confluencia entre un crecimiento exponencial del tráfico de datos en sus redes celulares y un descenso sistemático del ingreso por usuario. Las tarifas inicialmente anunciadas por Verizon son, dentro de lo que cabe, sorprendentes: 50 dólares mensuales por 5 Gb de datos y 80 dólares por 10 Gb, más baratas que su equivalencia en 3G y – según la empresa – multiplicando diez veces la velocidad. Por ahora, sólo con dispositivos USB (los primeros móviles 4G no aparecerán hasta mediados de 2011 y, para entonces la cobertura se habrá ampliado significativamente). Tanto en este caso como en el de AT&T, los proveedores son Ericsson y Alcatel Lucent.
Es difícil decir, sólo con la lista de despliegues y proyectos, qué región del mundo va más adelantada en el despliegue de redes LTE. Tiempo atrás, parecía ser Europa, pero en la práctica el entusiasmo no baja de Escandinavia. Desde su primicia en Oslo, en diciembre de 2009, la primera red LTE comercial del mundo y equipada por Huawei (en la foto), TeliaSonera ha desplegado más redes en Suecia, Noruega y Uzbekistan, con la colaboración adicional de Ericsson y Nokia Siemens. La más reciente entró en servicio esta semana en Finlandia. Sus rivales Tele2 y Telenor se han unido en un proyecto común, Net4Mobility, contratando también a Huawei.
Este fabricante también ha ganado contratos con Vodafone (en Alemania), Belgacom y Wind (Italia), a la vez que trabaja en pruebas piloto con al menos otros cuatro operadores europeos, uno de ellos O2 en Reino Unido. Pero la impresión dominante fuera de los países nórdicos es que la densidad alcanzada por las redes HSPA será suficiente para que no se produzcan problemas de congestión antes de 2013, y esta circunstancia – además de la prudencia financiera – ha enfriado las inversiones.
Asia, en cambio, está disparada. China es un mercado singular, que impulsa su propia variante, TD-LTE con la colaboración de Huawei: China Mobile estima que habrá 58 millones de usuarios en 2015. Todos los operadores japoneses han cogido el tren de LTE: NTT DoCoMo lanzará su servicio Xi a finales de diciembre, y Softbank prepara el suyo para 2011. Mientras, KDDI hace pruebas con una infraestructura suministrada por NEC. En conjunto, los tres sumarían 26,5 millones de conexiones en 2015.
India, otro mercado de grandes expectativas, vive como un escándalo la revelación de irregularidades en la asignación de espectro 4G. A pesar de todo, Alcatel Lucent confía en liderar el mercado indio a partir del año próximo. Una curiosidad es la presencia de Qualcomm en un consorcio que promueve la tecnología china TD-LTE, a la que también se ha acercado Nokia Siemens.
En América Latina, la principal limitación para el desarrollo del mercado LTE es la disponibilidad de espectro, un problema que no se resolverá antes de 2013 como mínimo y según en qué países. Actualmente, Huawei tiene pruebas en marcha en Chile (Movistar) y México (América Móvil).