Algo de cierto tendrá el tópico según el cual los datos son el petróleo del siglo XXI. Y en todo caso sería un eslogan eficaz. Qué pena que entretanto, el flujo real de los datos sea mucho menos conocido que el del petróleo. ¿Quién sabe cómo y dónde se procesan los mensajes de una red social? ¿En qué paisaje (terrestre) residen esas nubes de las que tanto se habla? ¿Cómo se interconectan las redes para que algo escrito en Colombia se pueda leer al instante en Australia? Preguntas como estas han motivado una visita a la sede en Madrid de Equinix, multinacional estadounidense líder en servicios de interconexión de centros de datos, para entrevistar a su director general, Ignacio Velilla.
Para situar al lector: los ingresos mundiales de Equinix en 2018 fueron de 5.072 millones de dólares. Europa contribuyó a esa cifra con un 35% (no se desglosan datos por país, según es costumbre).
La compañía desembarcó en España en 2017 con la adquisición de itconic, empresa que había formado parte del grupo Abengoa. Actualmente cuenta con tres centros de datos (Madrid, Barcelona y Sevilla) desde los que presta servicios de alcance global a los clientes del grupo, entre ellos a 19 de las empresas del Ibex 35. Tras la modernización reciente de su datacenter de Barcelona, su potencia agregada en España es de 14,8 megavatios de potencia, que son poco comparados con los países del norte del continente.
Ha sido casualidad que días después de la entrevista, el CEO de la compañía, Charles Meyers, firmara un acuerdo con GIC, fondo soberano de Singapur para invertir conjuntamente en el desarrollo y operación en Europa de nuevos centros de datos adyacentes a varios de los que ya explota Equinix, con el propósito de expandir el negocio de interconexión con los grandes proveedores de servicios cloud. La noticia quedó así fuera de la conversación con Velilla, pero este explicó agudamente la naturaleza de las relaciones que Equinix mantiene con os llamados hyperscalers.
Antes de entrar en harina, le plantearé una curiosidad personal: ¿por qué Equinix, que indudablemente es una empresa de TI, funciona bajo la figura jurídica de REIT (Real Estate Investment Trust) pensada para el mercado inmobiliario estadounidense?
Bueno, no me suelen hacerme esa pregunta, pero afortunadamente tiene fácil respuesta [risas]. Con arreglo a la legislación de Estados Unidos, estar registrada como REIT supone unas ventajas fiscales que son muy útiles para atraer inversores hacia una compañía cotizada. Una contrapartida muy interesante es que ese estatus obliga a la empresa a repartir entre sus accionistas el 80% del beneficio que no reinvierte en su negocio.
Aclarado. ¿Cómo define Equinix su espacio dentro del mercado T.I?
La respuesta más sencilla es que estamos especializados en la gestión y operación de centros de datos y en su interconexión. Con este fin, Equinix dispone de una plataforma global de 200 datacenter en 52 ciudades de 24 países.
¿Y una respuesta menos sencilla?
En realidad, sería todavía más sencillo, pero incompleto, decir que nos dedicamos al alojamiento, una categoría clásica del mercado de T.I que ha evolucionado muchísimo en los casi 21 años de existencia de la compañía. Un ejemplo de evolución lo ofrecen los proveedores de servicios cloud, también llamados hyperscalers: prácticamente todos recurren en distintos grados a la externalización. Por supuesto que tienen centros de datos propios, pero el time-to-market en esta industria es exigente: puede que se pasen de 15 a 24 meses hasta poner en marcha el centro de datos que has planificado. Como alternativa, infraestructuras como la nuestra les permiten disponer del espacio y la potencia eléctrica que necesiten. Son dos atributos de nuestro modelo de negocio.
Suponiendo que no es meramente coyuntural, ¿qué motiva a esos colosos, sobrados de recursos de capital?
El interés de montar un datacenter es el mismo para todos: se trata de acceder de manera idónea a los clientes potenciales en un país determinado. Lo que significa que la interconexión es lo que aporta valor. Recurrir a Equinix abre desde el primer día la posibilidad de acceder rápidamente a los operadores de telecomunicaciones, a los grandes clientes corporativos, a las empresas de seguridad… en fin, al ecosistema del que esas compañías necesitan estar rodeadas, precisamente a causa de su tamaño. El razonamiento vale para los proveedores de alcance regional o para los hosters tradicionales.
¿Con qué hyperscalers trabaja Equinix?
No los consideramos clientes sino aliados estratégicos. Me refiero a Google, Azure, AWS, Oracle, Alibaba Cloud… Y son estratégicos porque, por un lado, se apoyan en nuestra capacidad para seguir expandiendo la suya y, por otro, generan a su alrededor un ecosistema muy positivo para nosotros.
La estructura de Equinix, ¿es similar en sus distintas regiones? ¿imita en Europa el modelo de Estados Unidos y en España el europeo?
Somos homogéneos. En términos generales, la meta es que el cliente tenga una experiencia idéntica en Barcelona que en Chicago. Para ello, el modelo operativo y de soporte tiene que ser globalmente el mismo; pretendemos que también lo sea la percepción de los clientes
¿Y quiénes son esos clientes?
Objetivamente, las 2.000 mayores empresas a escala mundial. Pero también trabajamos con el canal de integradores: Accenture, Atos, Campgemini, DXC, entre otros, para llegar al resto de las empresas. No vamos directamente a la cuenta pequeña, pero tenemos una red de partners suficientemente amplia.
¿Cuántas son empresas del Ibex 35?
Son 19, en su mayoría con un rasgo muy interesante: no operan sólo en el mercado español, tienen alcance global y esto es lo que las acerca de Equinix. En general, no les vendemos solamente nuestra capacidad en España sino la plataforma global.
Creo que nos hemos alejado un poco de los hyperscalers […]
Es que no vivimos sólo ni principalmente de los hyperscalers. Entre otras cosas porque nuestra actividad es anterior a su aparición en el mercado.
En el principio fue el hosting […]
No exactamente. Nuestro modelo ha evolucionado en dos décadas. En el principio no fue el hosting sino la liberalización de los mercados de telecomunicaciones, cuando los operadores empezaron a prestar servicios de Internet y para esto necesitaban centros neutrales donde cualquier empresa pudiera intercambiar tráfico con otra. Es la esencia de nuestro modelo de negocio. En España, el origen se remonta a Carrier House, coincidente en el tiempo con la creación de Jazztel, que tenía necesidad de conectarse con Telefónica para intercambiar tráfico, algo que ya se hacía en otros países de Europa.
¡Pues sí que ha cambiado el mercado!
[…] El primer foco se puso en los proveedores de red; luego aparecieron los hosters, que nos alquilaban espacio para revender servidores gestionados pero no tenían interés en desarrollar su propio datacenter. Y empezó a pasar lo mismo con algunas grandes empresas, que un día se dijeron zapatero a tus zapatos: si su ERP normalmente está en la nube, lo mismo que su CRM, cuando necesitan intercambiar todo esto, estar en un centro de datos neutro les facilita la vida, además de ahorrar dinero.
No es lo mismo estar en Amsterdam que en Sevilla. De hecho, si miro el mapa de los datacenter europeos la mayor densidad de capacidad se concentra en el norte, en las ciudades FLAP [Frankfurt, Londres, Amsterdam y París]. Ahora parece próxima la posibilidad de que Madrid se incorpore a ese grupo […] ¿Hay una tendencia a que la capacidad se desplace hacia el sur de Europa?
Sí, pero no por un motivo único. El primero probablemente sea la posición geográfica de la península ibérica; somos la puerta natural hacia África, al menos a su costa occidental donde se observan intensos movimientos en la demanda de T.I. Obviamente, otro factor son las raíces comunes con América Latina. Por consiguiente, los nuevos cables submarinos están pensados para intensificar las conexiones de la península: el Ella Link entrará en servicio en 2020 con amarre en Lisboa y de allí por tierra a Madrid, donde se ha aglutinado una oferta de comunicaciones, servicios y seguridad […] de lo que toman buena nota los proveedores globales de servicios cloud.
¿Es posible imaginar que Madrid sea un hub para la Europa meridional?
No sólo se puede, deberíamos estimularlo. Piense que hoy tres de las cuatro FLAP tienen mercados entre diez y quince veces más grandes que Madrid; el de París es unas cinco veces más. Además, España no deja de ser un mercado con 48 millones de habitantes, una economía razonablemente sana y empresas grandes que dinamizan el mercado de las TI. Todo debería sumar.
En ese cuadro, ¿qué potencial de crecimiento del negocio ve Equinix en España?
Creemos que en los próximos tres años podríamos duplicar nuestro volumen de negocio, pero aun así España seguiría siendo un mercado de talla mediana, quizás a la altura de París.
¿Cómo se mide eso?
Se mide en disponibilidad de espacio en cada ciudad: metros cuadrados y potencia eléctrica. Nos queda un camino por recorrer en España, entre otras cosas por las limitaciones del sistema eléctrico. Si ahora mismo necesito 20 megavatios y me pongo en marcha para conseguirlos, todo el proyecto me llevaría entre uno y dos años.
Creo haber entendido que el centro de gravedad del negocio de Equinix es la interconexión […]
Puede sonar mal, pero la verdad es que un datacenter lo puede construir cualquiera. O casi. Pero si ese datacenter no está bien conectado con el mundo exterior, no aportará valor: sólo podría proporcionar un espacio, no una auténtica disponibilidad
¿Está creciendo este mercado en España? ¿Cómo lo compara con el de sus colegas europeos?
En facturación, Europa representa el 35% del negocio mundial de Equinix. Y puedo confirmar que España está creciendo más que el resto de Europa. No sólo Equinix, como indica el hecho de que estén llegando nuevos competidores. Tengo varias explicaciones concurrentes: 1) los hyperscalers necesitan proximidad, 2) los cables submarinos convergen en la península y 3) lo que tal vez sea más relevante, la mentalidad de las grandes corporaciones españolas ha cambiado para bien.
¿En qué sentido?
Hasta hace muy poco, la sola idea de externalizar su centro de datos les daba mucho miedo; en estos años se han asomado al mundo cloud y ven cómo una parte de esa instalación se queda vacía. Descubren que necesitan intercambiar sobre líneas dedicadas las cargas que tienen en casa con las que han confiado a la nube. Y si ocurre que tienen varios proveedores de cloud, algo ya bastante corriente, les resulta complicado gestionar ese todo. En cambio, si externalizan a uno de nuestros datacenter a través de la solución EC Fabric, ya pueden abrirse a conexiones virtuales con las diferentes nubes, de forma a la vez privada, segura y directa. Es una tendencia hacia soluciones hibridas, cada vez más frecuentes.
Por una razón o por otra, son muy raras las externalizaciones al 100%
Es cierto, pero todos predican que el mundo va a ser híbrido, una postura que en Equinix hemos defendido. Si hasta Amazon, que tendría motivos para recelar de la hibridación, se está acercando a esta fórmula […] Lo que pasa es que quien quiera sacarle provecho a la nube tiene que pensar de modo nativo: desarrollar sus aplicaciones para la nube, hacer uso de las funciones que esta le ofrece […] No se trata de coger la computación y el almacenamiento y subirlos a una nube… hay que hacer las cosas de otra manera.
¿Cómo encaja Equinix en ese planteamiento? ¿Con qué tipo de contrato?
Desde un centro de datos de Equinix la interconexión es directa a las zonas de disponibilidad de los hyperscalers, con una latencia mínima y totalmente por fuera de la Internet pública
Veamos un asunto que tiene miga. Cuando Telefónica anunció que vendería su infraestructura de centros de datos, en los que ha hecho cuantiosas inversiones, se comentó que Equinix formaría parte de un consorcio que pujaría por ellos. Al final, el comprador fue un fondo de inversiones, Asterlion, pero mi pregunta no es sobre el resultado sino sobre la lógica de la venta […]
Telefónica es un fantástico cliente de Equinix y además un partner global. Compartimos con ella muchos proyectos en distintos países. En mi opinión, el paso de vender sus activos de datacenter no es diferente del que han tomado otros operadores mundiales. Estas compañías ya no se ven a sí mismas como proveedor de líneas para dar servicios basados en sus redes. La gestión directa de sus datacenter no es una actividad que en sí misma les aporte el retorno que los compromisos de inversión requieren. Ya lo he dicho: zapatero a tus zapatos.
También puede estar relacionado con la era de 5G […]
Exactamente. Hay quienes piensan que 5G es una fase más en la historia de los móviles. La verdad es distinta: en los servicios de estas nuevas redes, la interconexión con otros actores del mercado – y no sólo otros operadores – es uno de los factores de los menos se escribe. En el caso de Telefónica, lo que necesita son puntos de presencia globales, una red distribuida con la granularidad requerida para llegar en las mejores condiciones a un usuario final que va a cambiar sus demandas. Es lógico que Telefónica llegara a la conclusión de que operar centros de datos propios puede desviarla de sus objetivos.