15/02/2011

HP TouchPad excita la curiosidad

Lo mejor que puede decirse de la tableta TouchPad, presentada por HP-Palm la semana pasada, es que aporta características que sus competidores, empezando por el iPad, no igualan. En cuanto a lo peor… es que no llegará al mercado hasta finales del verano (sólo en su versión wifi); para entonces esos competidores se habrán multiplicado, y el iPad tendrá una segunda versión. En un mercado que realmente nació hace menos de un año, esto carece de importancia, según Todd Bradley, vicepresidente del Personal Systems Group de HP: “el mercado global de dispositivos conectados vale, en una estimación conservadora, 160.000 millones, y apenas estamos en una fase muy temprana de su desarrollo”.

Jon Rubinstein y Todd Bradley

Jon Rubinstein y Todd Bradley

HP compró Palm en abril de 2010 por 1.200 millones de dólares en abril del año pasado, con un propósito claro: establecerse como una fuerza en el mercado de los dispositivos móviles. Pero el motivo real de la adquisición era el sistema operativo webOS, del que todos decían – y dicen – maravillas. Para sacar adelante su invento, Palm no tenía capacidad financiera ni el respaldo de un número suficiente de desarrolladores de aplicaciones. La primera imitación está resuelta, ¿qué hay de la segunda?

El tamaño de HP es una garantía sólo relativa; fue – como Palm, por cierto – un competidor importante en la era de las PDA, pero el viento de los smartphones apagó la llama. La compañía hubiera podido alinearse con Android, y ser uno más de tantos, o esperar que Microsoft consiguiera desarrollar una versión decente de Windows para tabletas. En lugar de todas estas opciones, escogió la única vía que puede permitirle cumplir su objetivo último: “contar con la mayor base instalada de usuarios conectados en el mundo” (Bradley).

El problema esencial subsiste, e incluso se ha agravado. ¿Hay suficiente número de desarrolladores de aplicaciones para trabajar con media docena de plataformas que compiten por su atención? Tras la presentación oficial en San Francisco, miles de ellos fueron invitados a cenar, y se les prometió todo el apoyo técnico necesario, además de subvencionar sus aplicaciones para compensarlos por el hecho de que, inicialmente, no tienen usuarios. No es muy diferente de la táctica que ha empleado BlackBerry para captar desarrolladores para su tableta [ahora parece que acogerá aplicaciones escritas para Android].

Se dijo también, según cuentan colegas que viajaron a San Francisco, que HP pretende llevar WebOS a una amplia gama de `factores de forma´, y que para finales de año ya estará disponible en algunos modelos de PC (presumiblemente portátiles). Esto no significa, ni mucho menos, que aspire a sustituir a Windows, pero podría funcionar como una capa adicional que, por ejemplo, supere las dificultades que tiene Windows para manejar pantallas táctiles (una apuesta clásica de HP).

Por ahora, el `ecosistema´ se reduce a tres dispositivos: el TouchPad y dos smartphones – Veer y Pré 3 – que fueron presentados en público por Jim Rubinstein, el cerebro de la reconversión de Palm. Rubinstein se dio conocer en Apple como jefe del equipo de desarrollo del iPod, en 2001, pero al poco tiempo se marchó a Palm, a la que no pudo salvar pero sí prepararla para que encontrara comprador. HP lo ha confirmado en su puesto, reportando directamente a Bradley.

Por cierto, HP como primera empresa mundial del sector, tiene una estrategia compleja: no se ha lanzado a la aventura de Palm para dar lustre a viejos blasones, sino porque no podría aislarse de una gran corriente del mercado, la movilidad. Sus prisas, que también las tiene, no están determinadas por el éxito de Apple y su tableta multimedia. Llegar a ser competitiva en smartphones y tabletas es una manera de proteger la salud de su negocio de PC, impresoras y otros dispositivos que vendrán. WebOS es una carrera de fondo.


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