29/05/2024

Google repasa con IA las costuras del buscador

Cualquier hijo de vecino puede aturdirse con la metralla de anuncios que las grandes tecnológicas agrupan con ruido una o más veces al año para alardear de novedades que, en muchos casos, no van a llegar al mercado pero señalizan la ruta de la compañía. Para ejemplo, el evento Google I/O: la andanada de 2024 ha tenido como piedra angular la inteligencia artificial. Previsible e inevitable. El objetivo no era asombrar a quienes llegaban convencidos, sino reforzar la vigencia del buscador de la compañía, su primerísima fuente de ingresos: según los opinadores, estaría amenazado por las prestaciones de la IA. Se perfila una pugna por seguir mandando sobre los negocios de Internet y sus aledaños.

Hasta la fecha, los asistentes o chatbots de OpenAI, Microsoft o la propia Google, han compartido un formato demasiado encorsetado como para que la Web se inmutara. Salvo las preguntas ingeniosas o directamente tontas de los consumidores, su eficiencia se ceñía a ciertos escenarios de carácter profesional. Útiles y hasta divertidos a veces, pero en descenso de popularidad: los chistes sobre Siri o Alexa son añejos. Llega la nueva generación.

Los cambios que Google ha anunciado para su buscador tienen capacidad de provocar una gran transformación en cómo los usuarios utilizan Internet y en cómo se sustentan económicamente los sitios web.

La advertencia de que la inteligencia artificial generativa está llamada a poner patas arriba las búsquedas – y otras líneas del negocio de Google –  suena desde hace meses. La compañía es consciente de que no se dejará arrebatar por  las buenas ni por las malas el aplastante dominio que ejerce en este segmento y gracias a ello en el mercado publicitario. La fórmula para afrontar el reto de la IA se pudo entrever en la conferencia Google I/O bajo el nombre Google Overviews: respuestas rápidas en la página de resultados del buscador y resúmenes generados con base en información de múltiples fuentes en lugar de una indexación a cargo de un algoritmo que, de pronto, empieza a recibir críticas.

Estas respuestas en el nuevo formato resumido, aparecen en la parte superior de la pantalla, justo bajo la caja de búsquedas. A continuación aparecen algunos enlaces a las fuentes originales que la IA ha utilizado para generar el texto. Es algo similar a lo que ya muestra Google en algunos casos, cuyo resultado muestra un extracto de la página de Wikipedia. Lo que se  consigue es que el usuario lea el texto sin pinchar en el enlace de Wikipedia y sin salir del buscador. De esta manera, es más fácil que haga otra búsqueda y que en cierto momento termine por hacer clic en algún anuncio de la página de resultados. Ojo, muchos usuarios han escrito en las redes que los resúmenes resultan aburridos y no aportan nada que no sea fácil encontrar.

Eso es no entender que el esquema funciona para Google, cuyo interés es retener a los usuarios en su buscador para incrementar las posibilidades de servirles publicidad. Para Wikipedia no es un problema, porque su financiación se basa en donaciones, con lo que no es necesario que el usuario visite el portal (aunque se podría argumentar que cuanto menos se visite menos se conocerá la marca y menos propenso será el usuario a donar dinero). La regla de oro es que muchos sitios de Internet que difunden información basan su supervivencia en la publicidad, patrocinios y otras fórmulas, como las suscripciones. Para todo ello es necesario que el usuario aterrice en esos sitios web y esta es la misión del buscador.

La transición que viene preocupa a editores de medios de comunicación y propietarios de páginas web que se apoyan en Google para atraer visitas. La compañía ha asegurado que dará prioridad al envío de tráfico a las páginas editoras, pero sin especificar cómo lo hará. Entre las previsiones que se han publicado, destaca la de Gartner, que pronostica que el tráfico proveniente de buscadores caerá un 25% para 2026.

Es cierto que las páginas que aparecen en Google no tienen por qué ser las que mejor responden a una búsqueda. Desde hace más de una década, muchas páginas web se han basado en trucos y artimañas para posicionarse en el buscador, algunas de ellas incluso han montado todo un negocio en torno a esta práctica que los anunciantes toleran. Otras tienen en Google una fuente de tráfico y, a la postre, de ingresos. Si los ingresos se reducen, habrá menos incentivos para crear información de calidad y, de rebote, bajará la cantidad. Esto quiere quiere decir que habrá menos material para los resúmenes que aparecerán en los resultados del buscador.

En el nuevo modelo de búsquedas, ya desplegado con tiento en Estados Unidos y que no se extenderán a gran parte del mundo hasta finales de año, aparecerán primero en ciertos tipos de consultas para, poco a poco, ir expandiendo su alcance a más categorías temáticas y se verán reforzadas por la presentación de información con profundidad contextual. Esta es la teoría que Google ilustró en Google I/O con la planificación de un viaje. En este caso, la IA permitía encontrar hoteles, pero también configurar itinerarios y sugería restaurantes clasificados por tipos de cocina. Todo bien organizado por capas.

Por otra parte, la introducción de la IA generativa en las búsquedas no deja de ser una forma de regenerar el buscador. Aunque el dominio de Google es aplastante, no está solo en la competencia por reclutar usuarios. Hay buscadores locales y, entre los formatos más jóvenes, Instagram o TikTok – sin ser estructuralmente buscadores –  han alcanzado una gran popularidad para encontrar información sobre la que antes se preguntaba a Google. TikTok ha introducido anuncios en sus resultados de búsqueda y ha reforzado esta funcionalidad con ChatGPT, que sirve para dar un avance de respuesta a los usuarios, un concepto similar al de AI Overviews.

Además del plato fuerte, en Google I/O se desplegó sobre el tapete un sinfín de anuncios relacionados con la inteligencia artificial [tal como pasó en Next Google Cloud, pocas semanas antes]. El propio CEO, Sundar Pichai, se encargó de las alabanzas a una nueva versión de Gemini 1.5 Pro, que tendrá una ventana de contexto de 2 millones de tokens. Este parámetro, que designa la cantidad de unidades de información con la que un modelo de IA puede trabajar, permite a Gemini 1.5 procesar tanto documentos como  metrajes de vídeo largos de una vez. En comparación, GPT-4o – de OpenAI – tiene una ventana de 128.000 tokens.

Gemini Nano, destinado a los dispositivos móviles, ya es multimodal, como el resto de versiones del modelo. Esto quiere decir que puede procesar texto, fotos, audio, vídeos o enlaces de Internet en las consultas. A la familia se ha sumado también otro LLM con baja latencia, llamado Gemini Flash, que se orienta a tareas en las que la rapidez prima sobre otros valores.

En el campo de la productividad, la compañía ha integrado un botón para abrir Gemini desde la barra lateral de aplicaciones como Gmail, Drive, Docs, Sheets o Slides. El chatbot puede contestar a preguntas sobre los emails del usuario y sus documentos, resumir cadenas de correo o facilitar la búsqueda de información. También a Google Photos se le ha inyectado inteligencia artificial generativa para poder buscar en las imágenes del usuario o hacer preguntas sobre la galería completa. En el campo visual, Google puso énfasis en las demostraciones iniciales de su Project Astra, que permite enfocar con la cámara del móvil un objeto o entorno real y pedir información a la IA sobre ello.

La vertiente de aplicaciones de creatividad también la tiene surtida la compañía de Sundar Pichai, por lo visto en Mountain View. Imagen 3 es el generador de texto a imagen que tratará de hacer olvidar los problemas que tuvo la compañía en esta materia. El cóctel se completa con un sintetizador de música destinado a profesionales y aficionados, así como con Google Veo, un modelo de texto a vídeo que genera metraje de 1080p y recuerda a la presentación que hizo OpenAI de un producto similar, Sora. Una aplicación que aún no será pública, ante el temor de que se use para campañas de desinformación en un año electoral en Estados Unidos. En este sentido, también destaca una herramienta para imprimir una marca de agua a nivel de píxeles en contenido generado con IA. No se ve a simple vista, pero facilita su detección por sistemas de análisis.

Hasta para identificar estafas telefónicas pretende Google usar la IA generativa. Android contará con una funcionalidad que avisará al usuario si una conversación es sospechosa (si el interlocutor pide que se haga una transferencia a una cuenta desconocida, por ejemplo), interrumpirá la llamada y recomendará cortar la comunicación. Tiene algo de paradoja que,  todo lo que se ha mostrado en Google I/O, este sea posiblemente uno de los beneficios más claros y directos que podría tener la IA generativa para los usuarios de consumo.

[informe de Pablo G. Bejerano]


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