Apple y Adobe no se quieren como antaño, pero al menos ya no intercambian reproches. Que no haya equívocos: Flash sigue vetado en el iPhone y el iPad, pero los creadores de aplicaciones y contenidos tienen a su alcance herramientas toleradas, que les permiten trabajar en esos entornos y hacerlas visibles a los usuarios. Con discreción, evitando reabrir polémicas, Adobe ha acelerado sus ciclos de desarrollo, y en las últimas semanas ha presentado varias novedades con las que trata de preservar su relevancia en los nuevos dispositivos. Una de ellas es Digital Publishing Suite, que ya está siendo usada por más de un centenar de publicaciones para producir versiones para el iPad.
La llamada Enterprise Edition de esta suite, anunciada en octubre y finalmente disponible, es una herramienta profesional para la creación de publicaciones interactivas en tabletas – tanto las que ya existen para iOS como las que saldrán para Android – que se integra con aplicaciones como InDesign y permite comercializarlas a través de sistemas de distribución digital, entre ellos el controvertido AppStore Subscriptions así como Google One Pass. También es compatible con el servicio analítico de Omniture, filial de Adobe.
“La industria editorial está muy interesada en las tabletas como medio de acceso a sus publicaciones en nuevos formatos interactivos, que no sólo atraen nuevos lectores sino que ofrecen una opción de alto impacto a los anunciantes”, explica David Wadwhani, vicepresidente de Adobe a cargo de esta rama de su negocio. En la frase, a priori convencional, están contenidos los elementos de la estrategia de la compañía, que dentro de diez días anunciará los resultados del primer trimestre de su año fiscal.
Otra novedad relacionada es la aplicación Journal, que permite dibujar y presentar esbozos de páginas para mostrar demos en dispositivos Android y, eventualmente, podría usarse en un iPad mediante una función de conversión a plataformas nativas. En principio, sería difícil para Apple objetar el procedimiento.
Wallaby es el nombre provisional de otra herramienta experimental de Adobe, para la conversión de ficheros Flash a HTML5 mediante un método tan simple como drag and drop. Su interés reside en que podría facilitar que contenidos no disponibles bajo iOS se vieran en los dispositivos estrella de Apple. Como es sabido, Apple no soporta Flash con argumentos técnicos, que Adobe ha calificado como una maniobra perjudicial para usuarios y programadores. Pelillos a la mar: el desarrollo del motor Flash se acelera para adaptarse a los estándares Web, con la aparición de su release 10.3 y la primera versión beta 11.0, que incluirá el diseño de gráficos en 3D.
La proliferación de dispositivos móviles dotados de excelentes pantallas y con sus nuevas capacidades de potencia y memoria, induce una tendencia en la industria del software, súbitamente propensa a presentar actualizaciones cada vez más frecuentes, con el fin de perder el paso de la competición. El principal campo de fricción es el video online, que Flash ha dominado sin discusión durante años, y el objetivo de Adobe es presumir de agnosticismo en relación con los estándares apoyados por los fabricantes de dispositivos móviles (se confiese o no, esto implica encontrar atajos a las restricciones de Apple). Todos en esta industria coinciden, al menos verbalmente, en que HTML5 es el estándar del futuro, pero entretanto quedan por resolver varios litigios acerca de sus codecs de vídeo, y ahí se acaba la aparente unanimidad.
La agitación de lanzamientos que parece haberse apoderado de Adobe se expresa también en su nueva herramienta SocialAnalytics – no disponible hasta la segunda mitad del año – que mejora la capacidad del servicio Omniture para analizar el comportamiento de las audiencias en las redes sociales.