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  24/02/2014

Enrique Blanco

Global Chief Technology Officer de Telefónica

Según las cifras conocidas, hay una gran disparidad entre el crecimiento de tráfico de banda ancha por las redes y el de los ingresos que reporta a los operadores. Una media del 26% en el primer caso, del 4% como mucho (o negativa) en el segundo. Telefónica presentará resultados la próxima semana, y este indicador dará la medida del problema para este operador, en España, en sus filiales latinoamericanas y en las de Alemania o Reino Unido. Enrique Blanco tiene la responsabilidad de resolver el problema desde el lado de la infraestructura, en su condición de Global CTO del grupo Telefónica. En el Mobile World Congress presentará varios proyectos que atienden a esa urgencia.

Enrique Blanco

Enrique Blanco

No es la primera vez que Blanco aparece en este website. Ni se trata ahora de cómo abordar el despliegue de la red LTE, aunque en parte esta entrevista puede leerse como una secuela de la anterior. «Lo que Telefónica necesita es una red hiperconectada. Acceso 4G, estamos en ello, y dar conectividad con fibra a todos y cada uno de los elementos de acceso […] Estamos mejorando nuestras infraestructuras, para que los clientes puedan disfrutar de unas redes ubicuas, que les permitan trabajar lo mismo en Madrid que en el Penedés, o en Shanghai si se diera el caso, porque el servicio acaba pasando por algún nodo de Telefónica».

Los usuarios, ya se sabe, tienen dispositivos más rápidos, y por tanto requieren redes más rápidas. Y con la migración a la tecnología 4G, la presión sobre el tráfico no hará más que aumentar. Pero los ingresos no crecen en la misma proporción y este acaba siendo el mayor de los problemas que condicionan la vida de los operadores..

¿Cómo se puede satisfacer este crecimiento de la demanda sin que sea económicamente ruinoso?

Es verdad que cuando uno mira cómo crece el tráfico de la banda ancha móvil, se impresiona. En las redes de Telefónica, si sumamos los mercados latinoamericanos y europeos, el crecimiento es de más del 25%, y vemos que el 95% del tráfico que tienen que soportar pasa por las líneas fijas, pero también es cierto que más del 85% procede de dispositivos móviles, básicamente por wifi, generado por tabletas y smartphones. Que esto provoca una tensión es una evidencia. Que tenemos que darle respuesta, también. En lo que es mi responsabilidad, implica que en 2014 tengo que dar una cuarta parte más de capacidad de transporte, para que los clientes tengan una percepción racional de calidad.

¿Ha dicho percepción racional de calidad?

Sí, ha oído bien. Nuestros clientes tienen smartphones cada vez más rápidos y por tanto necesitan redes más rápidas, que tienen que darles una velocidad media de 5 a 20 megabytes por segundo. Y además, los que migran a 4G van a querer más prestaciones, y por tanto aumentan la presión sobre el tráfico.

Los ingresos no acompañan […]

La experiencia de Telefónica confirma que los ingresos no van a la par del tráfico,. En unos países más que en otros, pero nunca van a ir a la par. Lo que no vamos a hacer es renunciar al crecimiento de ingresos. Llevamos muchos tiempo en esta carrera, y hemos conseguido eficiencias de un 12 o un 15% adicional cada año.

¿Cómo miden la eficiencia?

Cuánto gasto y cuánta inversión sobre ingresos ponemos a la red. Esa es la fórmula: inversión + gastos sobre ingresos, o dicho de otro modo capex sobre ingresos, que hay que calcular para cada país y para cada proceso, porque en un grupo como Telefónica hay procesos que son locales y procesos que son globales.

La fórmula parece sencilla, pero no lo es. ¿Cómo se resuelve?

Una de las palancas que tenemos es la virtualización, pero hay que definir muy bien de qué se trata, porque ahora todo el mundo hablan de virtualización, y creo que poca gente tiene claro qué impacto supone para el negocio de una compañía como esta. ¿Cómo son las redes de Telefónica? El 99% de nuestras infraestructuras están en cada país donde operamos, cada una con su hardware y su software específicos; lo que significa que si la demanda nos exige crecer, tenemos que hacerlo con la misma arquitectura, dimensionada para equis millones de clientes. La cuestión es: ¿tenemos la tecnología para hacerlo en cada país? Sí. ¿Tenemos la tecnología para gestionar parte de nuestro tráfico de España, Alemania y Reino Unido desde Alcalá, o desde cualquier otro lugar, y hacer lo mismo con el de Brasil, Argentina o México? Parte de este problema se resuelve con la virtualización.

¿Y qué problemas crea la virtualización?

Telefónica es una empresa que está en muchos países, y por tanto gana mucha eficiencia si concentra su infraestructura regionalmente. Ahora bien, los tres retos que tenemos son: 1) que los estándares nos permitan desplegar rápidamente estructuras virtualizadas, y aquí el riesgo es mínimo; 2) que esas estructuras sean robustas, porque no puedes permitirte que un servidor que soporta funciones de red esté caído dos o tres horas, sería inasumible; y 3) cómo definir el modelo de gobierno de esa infraestructura, porque las operadores tienen, normalmente, un modelo por país. Estos son los tres grandes retos que tiene Telefónica. ¿Por qué son retos? La diferencia entre una solución tradicional y una solución virtualizada, que ya hemos probado en laboratorio, puede suponer una reducción de hasta el 35% en coste total de la operación.

¿Cuánto en gasto?

En gasto podríamos estar reduciéndolo en dos tercios. Pero, dicho esto, ¿tiene sentido que se controlen las redes de Reino Unido, de España y de Brasil desde un único sitio que puede estar a 2.000 kilómetros. No habría técnicamente ningún problema en controlar la red de España desde Reino Unido o la de Reino Unido desde España. Desde el punto de vista de la arquitectura, quiero decir. Podemos hacerlo, pero la virtualización entra en el capitulo de ´tenemos que hacer las cosas de otra manera`.Tal como las hacemos ahora, ya tenemos unas eficiencias notables, pero necesitamos apretar más, optimizar más.

Menudo problema […]

Bendito problema. Preferimos verlo como una oportunidad. Si miramos al mundo, ¿cuáles son las redes más evolucionadas en la actualidad? Sin ninguna duda, las de Corea del Sur y Japón. Si quiero ver el futuro de las redes móviles, tengo que ir a esos dos países, que han llevado la virtualización al extremo. Es lo que les ha permitido dar unos servicios que en España serían asombrosos, sin tensionar el capex como habría ocurrido con la arquitectura de red tradicional. Por eso he dicho que los ingresos pueden subir si damos un servicio que el cliente percibe que es de mucha más calidad.

No estoy tan seguro de que en España el cliente esté tan dispuesto a pagar como los coreanos o los japoneses […]

Hubo tendencia a pensar que la 4G iba a traer más ingresos, y lo que ha traído son más costes. Por eso digo que tenemos que cambiar el enfoque, desplegar las redes con una eficiencia que viene desde la arquitectura. Tenemos que meter fibra masivamente, que permite un aumento pasmoso de calidad, y estoy seguro de que los clientes lo van a valorar, probablemente no en el corto plazo porque la crisis también influye en eso, pero a medio/largo plazo no tengo ninguna duda. Y la calidad es un arma para que crezcan los ingresos. Los ingresos en Japón están aumentando un 14% por el hecho de mejorar la calidad de las redes, de 3G a 4G y ahora a LTE-Advanced.

[…] No es así en Europa.

No está ocurriendo en Europa por múltiples razones, entre ellas por la regulación, un asunto en el que no voy a entrar porque no es de mi responsabilidad. Pero eso no significa que bajemos la guardia; lo que está haciendo Telefónica no es reducir la inversión porque el entorno no es el idóneo, sino lo contrario: crecer en inversión para llegar a tener ese tipo de redes. No se consigue en un año, pero a dos o tres años vista, seguro.

¿Está la red de Telefónica preparada para atender la demanda que implica la nube y la que implicará el internet de las cosas?

Los servicios en la nube son fundamentales, pero la clave está en la robustez de extremo a extremo. Hace poco estuve en California con Google, ¿qué están haciendo ellos? Instalar, comprar o alquilar datacenter, para acercar lo más posible el servidor al cliente. ¿Cuál es la diferencia? Que los operadores ya tenemos los servicios cerca del cliente, y esto es lo que tenemos que capitalizar para que nuestra oferta sea reconocida como muy superior.

¿No hay contradicción entre consolidar por un lado y estar cerca del cliente por otro?

Estamos pasando de 190 a 60 centros de datos. Esto implica bajar costes en metros cuadrados, en mantenimiento, en energía, en gestión, pero también concentrar servicios. Por un lado, tenemos un capex importante e inmediato, por otro el TCO [coste total de operación] a diez años tiene una bajada enorme. Si queremos dar servicio diferencial de extremo a extremo, no tenemos más remedio. Y si la nube forma parte de nuestra cartera de servicios, es lo que está haciendo Telefónica Digital, con su oferta de computación en la nube, o con la estructura máquina a máquina que está desarrollando para el sistema eléctrico en Reino Unido. Y luego tiene que venir el coche conectado, para lo que se necesitarán redes 4G muy potentes y ubicuas.

Hay limitaciones financieras, imagino […]

Claro, siempre las hay. Pero mi papel es estar preparado para cubrir todas las contingencias, todas las necesidades del servicio. Algo que no se ha dicho es que la sustitución de 3G por 4G en la red de Telefónica ha sido diez veces más rápida que la sustitución de 2G por 3G, con el añadido de que los costes de despliegue son más eficientes. En mi opinión personal, en Europa vamos a ver una aceleración de la sustitución, y que tenemos que ser cuidadosos con la inversión en 3G; no digo que no se haga, sino que tenemos que mirarla muy bien, según la disponibilidad de espectro, según los terminales y según el tipo de servicio que se nos va a demandar. Ya están aflorando necesidades en el campo energético, en la sanidad, que van más allá del uso convencional en el que cualquier consumidor pueda estar pensando.

¿Quiere decir, por ejemplo, que no hay que invertir en wifi, que hay que privilegiar LTE?

Sin ninguna duda hay que privilegiar LTE, pero no hay que ver una oposición con wifi. Un 80% del tráfico que sale por las redes fijas viene generado por wifi. Sólo por dar un ejemplo sobre Barcelona: si analizamos los perfiles de tráfico inalámbrico en Plaza de Cataluña, el 90% no es de móviles, es tráfico anclado, que empieza en Plaza de Cataluña y acaba en Plaza de Cataluña, sólo el 10% del tráfico se mueve más allá de ese espacio. Hay distintas alternativas para servir ese tráfico, pero he de tener en cuenta que dar cobertura wifi es un 90% más barato que dar cobertura celular, siempre que pueda sacarlo a la red mediante fibra. Por tanto, es perfectamente factible, y es lo que estamos haciendo. Ya lo mostramos en el Mobile World Congress del año pasado.

¿Y qué van a mostrar este año?

Desde el punto de vista técnico, tres cosas. En primer lugar, el concepto que llamamos Única, definido para desplegar en todas las compañías del grupo la virtualización; es un ejercicio sin precedentes que nos permitirá convertir los equipos físicos en lógicos. La segunda noticia será la virtualización de los equipos en casa del cliente, algo que tiene muchas ventajas, lo estamos experimentando en Brasil y pronto lo extenderemos a otros países tanto en América Latina como en Europa. Por último, y esta es una primicia: la primera experiencia precomercial de roaming multiperador en 4G, algo que, aunque parezca mentira, no existen aún a escala razonable. Permitirá que un cliente de otras compañías del grupo o de otra decena de operadores con los que tenemos acuerdos en distintas zonas del mundo, podrán comunicar desde Barcelona usando sus dispositivos 4G. Esperamos pasar este mismo año de la experiencia a la escala comercial.

[publicada en La Vanguardia]


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