Durante un año, en foros propios y ajenos, EMC había sembrado pistas acerca de Project Lightning. Finalmente, el día convenido (6 de febrero), el sugerente dramatismo del relámpago dejó paso a un insulso nombre oficial, VF Cache. Tras este marchamo trivial se encuentra una estrategia calculada: EMC quiere reforzar su cómodo liderazgo del mercado de almacenamiento extendiéndolo hacia una fusión de facto – ya se verá si también de iure – con el de servidores, al que ya se asoma gracias a su control sobre VMware. Con el tiempo, podría complicar sus relaciones con otros fabricantes. Y como tras el relámpago viene el trueno, para finales de año, promete desvelar su Project Thunder.
Ahora bien, explicar de qué se trata requiere una consideración previa rodeo. Durante décadas, ciertas funciones vitales del almacenamiento (rendimiento, gestión y protección de los datos, y servicios de respaldo) se han ido desplazando gradualmente fuera del servidor, gracias a la arquitectura SAN (storage área network), que vincula ambas piezas del centro de datos. Esta tendencia empezó a corregirse con la llegada de la tecnología flash, que permite situar un recurso de estado sólido – por tanto, no mecánico – adyacente al procesador, un movimiento que en teoría podría devolver al servidor su primacía. Pero no es así: lo que pretende EMC – especialista en almacenamiento por antonomasia – con VF Cache es llevar su “propuesta de valor” hasta el servidor. Así pues, la pregunta clave es esta: ¿dónde está el punto de control en el manejo de los datos, cada vez más voluminosos, más críticos y más exigentes con la velocidad de tránsito? ¿En los discos? ¿En el servidor? ¿En una capa de software?
En una entrevista que este blog publicará en las próximas semanas, Pat Gelsinger, vicepresidente y COO de EMC, explicó la idea básica de Lightning: reducir el tiempo de latencia de la red, para acelerar el acceso sincronizado a los datos. Es crucial en las aplicaciones empresariales más sensibles al rendimiento (SAP, Oracle, Microsoft), y en las de Big Data, y se lograría situando el componente flash en el servidor que ejecuta esas aplicaciones, para reducir el trasiego de datos de uno a otro.
Ahora, sabiendo que lo que se persigue es alterar la jerarquía en el datacenter ¿qué es VF Cache en concreto? Una solución que combina una placa PCIe – desarrollada en común con Micron, estrecho aliado de Intel – y un software controlador – que EMC ha diseñado en sus laboratorios de Israel, cercanos a los que Intel tiene en ese país – que se instala en el servidor para que actúe como front-end del hardware de almacenamiento en el que residen los datos. El software [convenientemente bautizado como FAST, Fully Automated Storage Tiering Software], es una pieza relevante: los datos de alta prioridad son tratados por el componente flash del sistema, mientras los menos urgentes se dejan a cargo de los controladores SAS o SATA, más baratos (y más lentos).
Este es el relámpago, precursor de una tormenta perfecta. Thunder (el trueno que viene) promete “un volumen de I/O medido en millones accesibles en microsegundos. Si se atiende a la cuota de EMC, el 28,5% del mercado de almacenamiento, la iniciativa puede verse como un intento de reforzar su base instalada, a la vez que de ejercer un poder discreto sobre las infraestructuras del datacenter. Al objetivo contribuye el control de VMware, líder de la virtualización de servidores.
En la misma conversación, Gelsinger reconoció que su visión del futuro es la de una suerte de federación en la infraestructura del centro de datos. Según él, la disyuntiva velocidad/escala pierde sentido en el actual “viaje hacia la nube”: muchas compañías tienen más datos de los que necesitan, y mientras que los costes de almacenamiento bajan, lo que les preocupa no es dónde acumularlos, sino cómo extraer valor del imparable volumen de datos.
No hay acuerdo acerca de quién abrió este melón. EMC – argumenta Gelsinger – fue la primera en adoptar la tecnología flash en sus productos de almacenamiento, en 2008. Otros dirán que ha actuado así al sentirse presionada por empresas innovadoras, como Fusion-io, que fue la primera en llevar flash a los servidores. David Flynn, CEO de Fusion-io, ha reaccionado con dureza ante la iniciativa de su poderoso rival: “lo que hace EMC es validar nuestra apuesta por flash, pero con su manera de hacerlo, es como si quisiera que el mercado retroceda hacia la era del mainframe”
La controversia es opinable, pero EMC no estará sola por mucho tiempo. A rebufo de su novedad, HDS (Hitachi Data Systems) anticipa que va a sumarse pronto a la carrera. A su vez, NetApp y Dell dicen estar preparadas, mientras HP e IBM callan acerca de sus intenciones, que seguramente las tienen.