El grupo Vodafone ha provisionado 4.050 millones de libras de sus cuentas del ejercicio 2011/2012, como reflejo de la crisis económica en España, Italia, Portugal y Grecia. La noticia podría quedarse ahí, pero Vittorio Colao ha logrado que analistas e inversores se tomen con calma unos resultados que no son plato de gusto: las ventas han crecido tan sólo el 1,2%, los beneficios han caído un 12,7%, y no se aprecian signos de cambio de ciclo. Tras una intensa sesión con Colao y su equipo, los informes de analistas señalan tres elementos: a) los problemas están en el sur de Europa; b) Vodafone tiene una estrategia creíble; y c) los accionistas están contentos con la política de dividendos.
En el año fiscal cerrado en marzo, los ingresos totales del grupo sumaron 46.417 millones de libras, en los que destaca nuevamente la progresión de los servicios de datos (+22,2%), los generados por la clientela empresarial (+2,2%) y, sobre todo, la aportación de los mercados emergentes (India +19,5% y Turquía + 25,1%). El beneficio operativo del grupo ha sido de 11.532 millones de libras, con un significativo aumento del free cash flow. Los 2.900 millones de libras recibidos como dividendo por la participación en Verizon Wireless han repercutido positivamente, y en su mayor parte se han distribuído como dividendo especial a los accionistas.
El crecimiento viene de otras latitudes, pero Europa representa el 69,7% de los ingresos por servicios y el 36,7% de los 405.000 clientes del grupo. Los datos anuales marcan una clara divisoria entre los mercados del norte (Reino Unido, Alemania y Holanda), cuya aportación es positiva, y los del sur, un evidente reflejo de las circunstancias económicas de la región. Pero en este segundo bloque sobresale otro factor, el negocio de datos e internet móvil crece aceleradamente.
Este ha sido el caso de la filial española. Sus ingresos por servicios, 5.044 millones de euros [4.357 millones de euros], descendieron un 9,4%. Según Francisco Román, presidente ejecutivo de Vodafone España, el descenso de los ingresos por voz móvil está relacionado con: a) la reducción del precio (ARPU) en más de un 10%; b) la migración de más de 6 millones de clientes a nuevas tarifas con mejores condiciones; c) una disminución del 2,2% en el tráfico de minutos, atribuible a la situación económica; y d) la caída de los precios de interconexión. En consecuencia, el EBITDA de la filial descendió un 24,9% debido a la conjunción entre los menores ingresos y la inversión en adquisición y retención de clientes.
Un año antes, el descenso del 6,9% en los ingresos por servicios ya fue explicado esencialmente por las mismas razones: intensidad de la competencia, entorno económico difícil, bajada de precios de la voz móvil (insuficientemente compensada por los datos y acentuada a su vez por el impacto regulatorio sobre las tarifas de terminación y de itinerancia). La tabla adjunta ilustra esa evolución desde el comienzo de la crisis económica durante el ejercicio 2008/2009.
El reciente rediseño de las tarifas, actitud en la que Vodafone hizo lo que antes hiciera Movistar, influyó a la vez negativa y positivamente en los resultados, según Román: “los clientes piden una reducción del gasto, así como una mayor previsibilidad y control del consumo mensual”. Pero el elemento fundamental del ejercicio, dijo Román en rueda de prensa, ha sido el fuerte crecimiento del número de usuarios de servicios de datos móviles: “el porcentaje de usuarios activos de datos móviles sobre el total de nuestra cartera aumentó en 5,8 puntos porcentuales en los últimos meses, hasta el 38,8%”, lo que ha contribuido a aumentar los ingresos por ese concepto un 18,4% (23% en el trimestre enero-marzo). Por su lado, los ingresos por el uso de Internet desde smartphones aumentaron un 72,5% (81,2% en el último trimestre).
En la presentación ante analistas, Vittorio Colao, CEO del grupo, expuso la estrategia de Vodafone en la perspectiva de 2015. “El elemento más importante – puede parecerles un poco teórico en este contexto pero no lo es – es nuestra estrategia que llamamos supermóvil. Nuestro objetivo, el que hemos trazado para cada filial del grupo, apunta al liderazgo en la cuota de valor, y esto requiere más diferenciación, mejora de la fidelidad de los clientes, apuntalar el ARPU y mejorar el AMPU”.
El guidance para el ejercicio 2012/2013 es, por así, decir, conservador. Contempla un beneficio operativo de entre 11.100 y 11.900 millones de libras “basado en nuestra evaluación actual de las perspectivas de la economía mundial”. La previsión tiene en cuenta que el grupo ya no cobrará dividendo de SFR tras la venta de su participación durante el ejercicio precedente; en ausencia de la decisión formal de Verizon Wireless, tampoco contempla explícitamente recibir dividendo por su 45% de capital en el primer operador estadounidense.
No menos de seis veces, durante dos horas de la presentación en Londres, Colao aludió a la sigla AMPU (average margin per user) “porque – dijo – al fin de cuentas el margen es lo que realmente importa”. Al desgranar su estrategia 2015, presentó seis elementos, algunos de los cuales no son nuevos: a) la red como fuente tangible de diferenciación; b) un modelo de precios de datos sano y sostenible; c) una cartera de servicios de roaming; d) transformación de la relación con los clientes; e) evolución de un modelo de adquisición a otro de calidad de servicio; y e) rebalanceo del catálogo de terminales.
Acerca de la sostenibilidad de los precios – punto que subrayaría luego Francisco Román en Madrid – Colao hizo hincapié en que el nuevo modelo ha conseguido que las tarifas integradas cubran el 43% de los ingresos, mientras que esa proporción era hace dos años del 27%.
Hacia el final de la presentación corporativa, un analista del banco alemán Berenberg preguntó por un asunto que en los últimos días ha adquirido actualidad: la eventual desintegración del euro en su composición actual. La previsión inicial para el ejercicio 2012/2013 se basa en el supuesto de un tipo de cambio de 1,23 libras por euro y “excluye cualquier cambio fundamental en la eurozona”. Según la documentación presentada, una modificación del 1% en esa paridad equivaldría a 40 millones de libras en el beneficio operativo. La incómoda pregunta fue: “¿han pensado seriamente en la posibilidad de cambiar su sistema de facturación para adaptarlo a la resurgencia de monedas nacionales en el sur de Europa?”
Colao respondió taxativamente. “En primer lugar, apoyamos la moneda única y el mercado único, y esperamos que los líderes europeos sean capaces de encontrar una solución constructiva. Sin embargo, tenemos el deber de asegurar la continuidad del negocio, y por lo tanto, durante los últimos meses hemos desarrollado planes de continuidad basados en diversas hipótesis teóricas. Sin embargo, la mayor complejidad del tema que plantea no está en el sistema de facturación, sino en la vigencia del modelo económico en Europa”.
Tangencialmente, ha trascendido que Vodafone estudia otra modificación organizativa en Europa. La oportunidad viene dada por la dimisión de Michel Combes – la conferencia con analistas fue su último acto público como CEO del grupo para Europa – quien ha sido fichado para presidir el operador francés SFR. Según la agencia Bloomber, entre las opciones que se barajan, está la segregación en dos bloques, uno que agruparía los mercados más desarrollados, y otro cuya locomotora sería Turquía y que incluiría las operaciones en Europa central y oriental. La decisión no se conocerá, probablemente, hasta mediados de junio, cuando Vodafone presente su estrategia dirigida al mercado de empresas, tras la absorción del operador Cable & Wireless.