El almacenamiento de objetos no está siendo adoptado por las empresas, salvo en determinados sectores, en gran medida porque el extenso portfolio de aplicaciones presentes en las grandes compañías no ha sido concebido para esta tecnología. La mayoría están pensadas para el almacenamiento SAN Fibre Channel o NAS, no para protocolos RESTful. Con el fin de resolver esta situación, Scality, una startup francesa afincada en San Francisco, trabaja en desarrollos para que su tecnología esté accesible a través de los protocolos tradicionales. Es una forma de colocar su propuesta en medio de la transición que se observa en el mercado del almacenamiento con tantas empresas saltando del plano local a la nube.
La oportunidad que representa la circunstancia de cambio incentiva a las compañías especializadas en almacenamiento para probar nuevas soluciones. En el caso de Scality, ha facilitado aún más el acceso a su tecnología Ring, que proporciona almacenamiento de objetos distribuido a gran escala. Como parte del impulso para acercar su plataforma a las empresas, también trabaja en la integración de su tecnología con Hadoop. El CEO de la compañía, Jérôme Lecat, señala que Ring permite a Scality obtener rendimientos superiores a los de sistemas más tradicionales, como los FAS de NetApp o los Isilon de EMC, y en consecuencia se postula como competidor en este espacio que no era el suyo original.
Jerôme Lecat gusta de bromear cuando simplifica algo ciertamente complejo: «¿nuestro cliente típico? básicamente cualquiera que necesite muchísimo almacenamiento y no encuentra respuesta en la tecnología convencional, voilá«. Poniendo de relieve su ambición de jugar esa liga, Scality ha aumentado el número de contratos superiores a 1 Petabyte por cliente, e incluso ha cerrado un acuerdo para almacenar en su sistema 60 PB de información. Un caso del que Lecat se siente orgulloso es el Earth Observation Centre, que pertenece al Centro Aeroespacial de Alemania, a quien se le proporcionarán soluciones de almacenamiento y acceso para sistemas tradicionales de archivos, así como recursos de almacenamiento cloud. La tarea de gestión es considerable, puesto que la organización cuenta con más de seis millones de archivos, muchos de los cuales pasan de un terabyte y hay 40 estaciones distintas que acceden a ellos.
La escalabilidad que ofrece el almacenamiento de objetos es una de las cualidades que el observatorio alemán necesitaba, para gestionar la llegada constante de nueva información sobre el medio ambiente y el clima, destinada a prevenir y gestionar desastres naturales. Así puede agregar contenedores para albergar sus datos según su necesidad, sin tener que planificar a largo plazo. Quienes se relacionan de cerca con el object storage señalan que es la mejor opción para almacenar los datos desestructurados que se generan hoy en día, pues los costes son menores.
Sólo por refrescar al lector las virtudes de este modo de almacenamiento, conviene recordar que las aplicaciones y los usuarios pueden consumir el monto de almacenamiento deseado en cualquier ocasión. Esto significa que la planificación de capacidad – a veces un juego adivinatorio – no es necesario. Los volúmenes no necesitan estar vinculados a un servidor determinado o a una aplicación: si una de estas crece inesperadamente un 80%, no es necesario reconfigurar el almacenamiento, que encontrará cabida en un pool de capacidad.
El colega Chris Mellor resume con maestría esta evolución: «el almacenamiento de objetos entró en 2013 como un mercado de nicho, y ha acabado el año incorporándose al carril central de la industria» [obsesionada por responder al reclamo de fenómenos expansivos como Big Data y la computación en la nube].
A la vista de cómo ha crecido la oferta, lleva razón el bueno de Chris, pero lo cierto es que la demanda – o más bien la adopción efectiva – está aún por despegar. Hay, desde luego, un importante potencial en, por ejemplo, la industria multimedia y en los proveedores de cloud. Para estos últimos, podría representar un recurso competitivo contra Amazon Web Services, expuso Lecat durante una reunión con periodistas europeos.
Los síntomas son notorios. Uno son los clientes de Hitachi Data Systems, que mayoritariamente usan almacenamiento de objetos en sustitución del backup tradicional. También HP trata de impulsar su propuesta basada en OpenStack, cuya plataforma Swift aspira a convertirse en un estándar de la industria y, de hecho, está ganando popularidad, pese a su relativa inmadurez. Lo que significa – este era el mensaje en el que insistió Lecat – que Scality ya no es un pionero aislado en medio de la pradera, por lo que puede mirar el futuro con optimismo y con ganas de competir con los generalistas.
Por volumen, la compañía que más utiliza almacenamiento de objetos – sin que haya lugar a sorprenderse – es Amazon, que disponía de 2 billones (de los de verdad) de objetos almacenados en su plataforma S3 a mediados del año pasado, cifra que doblaba la del 2012; por comparación, en 2007 tenía sólo 10.000 millones de objetos. Esto da idea del ritmo que está ganando el mercado. El carácter pionero que tuvo EMC resurgió el pasado año con ViPR, un alumbramiento que demuestra la importancia estratégica que atribuye a esta tecnología que le era ajena.
En su estudio sobre el mercado del object storage, IDC colocó a EMC, Cleversafe, Data Direct Networks, Amplidata y Scality como líderes, por este orden en base a la cuota de mercado. En diciembre, Cleversafe renovó sus productos con procesadores más rápidos, almacenamiento SSD y una actualización de software, a la espera de un buen año. El nacimiento de otras startups con inversiones potentes, como Coho Data, sigue removiendo la sopa.
El hecho de que EMC haya saltado decididamente a la arena dice mucho acerca del interés que presenta el almacenamiento de objeto. Los antiguos del sector recuerdan que EMC fue de los primeros en verlo con la compra de Centera y su sistema Atmos. Recientemente, con ViPR, ha vuelto a tomar posiciones e indirectamente facilitará la mayor visibilidad de sus oponentes.
Poco a poco se irá viendo si realmente el almacenamiento de objetos es una tecnología de nicho, como se pensaba, o si NAS queda relegada para aplicaciones específicas que requieran consistencia instantánea y escala limitada.