El trimestre ha sido raro para el mercado mundial de PC. Raro en la acepción de “extraordinario, poco común o frecuente”. Tras cerrar un 2018 plano y empezar mal 2019 (-3,0%) el informe de IDC registra una subida del 4,7%. Raro pero no insólito, porque tiene explicación. Una: Intel ha relajado el suministro de procesadores; otra es la cercana (enero 2020) caducidad del soporte de Microsoft a Windows 7. Pero los analistas añade otro motivo coyuntural: la amenaza de la administración Trump de aplicar aranceles a las importaciones originadas en China ha impulsado un crecimiento que en el mercado estadounidense, directamente afectado, roza los dos dígitos, algo que no casi no se recuerda.
Antes de seguir, conviene recordar que se trata de unidades despachadas al canal, no de ventas finalistas. Las marcas han optado por protegerse de un alza de precios acumulando inventarios que tratarán de descargar en la temporada de vuelta al cole. Lo que implica un claro riesgo de distorsión si algún elemento de esta situación cambiara en los próximos meses.
Una carta dirigida por HP y Dell – a la que han adherido Intel y Microsoft – al representante especial para las negociaciones comerciales con China, Robert Lighthizer, advierte que “los aranceles propuestos amenazan con aumentos sustanciales de coste de los ordenadores portátiles en Estados Unidos para todos los consumidores, incluyendo las empresas y el propio gobierno, que redundaría en un descenso de la demanda y, en última instancia, afectaría el necesario crecimiento de la productividad”.
Aunque al final no fuera tan dramático, están en marcha iniciativas logísticas. Según Nikkei Asian Review, HP ya considera la reubicación de entre un 20 y un 30 por ciento de su producción en China, abriendo nuevas plantas en Taiwan y Tailandia. En lo que respecta a Dell, está haciendo pinitos de fabricación de portátiles en Taiwan (lo más fácil), pero también en Filipinas y Vietnam. En una declaración oficial, Lenovo – líder del mercado mundial – niega tener planes para reducir la capacidad de que dispone en China, su país de origen; por el contrario, ha anunciado la inversión de 300 millones de dólares en una nueva fábrica ´inteligente` en Shenzhen.
Según las cifras de IDC, entre abril y junio se despacharon 64,8 millones de PC en todo el mundo, siete millones más que en igual período de 2018, de lo que resulta un crecimiento del 4,7%. Aparte del mencionado factor geopolítico, sus analistas explican que Intel ha privilegiado las cadenas de suministros de los principales fabricantes, permitiéndoles llegar con más unidades al canal de distribución. Por otra parte, faltan pocos meses para que Microsoft deje de dar soporte a su ubicuo sistema operativo Windows 7, que debería facilitar la migración masiva de las empresas a Windows 10. Sin embargo, aclaran que esta migración no disparará las ventas con tanta agudeza como ocurrió con la agonía de Windows XP.
Estas circunstancias añaden un ingrediente a los informes de consultoras. Tanto IDC como Gartner coinciden en señalar que el desktop (y sobre todo los all-in-one) están viviendo un buen momento, desmintiendo a quienes creían que todo sería absorbido por notebooks, laptops y convertibles.
Como queda dicho, tras empezar muy mal el año, el mercado de Estados Unidos se ha despertado bruscamente por ese cúmulo de razones. La demanda empresarial fue mucho más dinámica que la de los particulares. IDC apunta pistas que explicarían esa conducta: el auge de Chromebook y el empuje que están teniendo las propuestas de PC como servicio. La perspectiva arancelaria es todavía un tema de conversación, pero sin manifestaciones tangibles en la demanda final, mientras no se produzca el temido encarecimiento.
Otra rareza del trimestre consiste en que los mercados asiáticos crezcan menos que los occidentales. Después de dos trimestres consecutivos en baja, la demanda de la región EMEA ha resurgido y se alinea en la parte alta de los pronósticos previos de IDC para el resto del año (74 millones de unidades, sumando todas las categorías).
La concentración del mercado en unas pocas manos prosigue: dos de cada tres PC despachadas corresponden a los tres líderes. Las dos marcas punteras son las mismas desde hace años: Lenovo y HP, que llevan muchos trimestres rotándose en la cabeza de la tabla a la vez que sube su cuota de mercado conjunta, el 48,8% en esta ocasión. Dell, el tercero en discordia, no puja como sus rivales porque, en la práctica, está ausente del mercado de consumo.
Lenovo ha vuelto al puesto de honor, capturando el 25,1% del mercado con un crecimiento espectacular (18,2%) que IDC atribuye en primer lugar a la firma de varios contratos de envergadura, uno de ellos en India. Asimismo, al tratarse de una empresa china que fabrica en China, habría sido muy activa en la importación precoz de unidades que de momento ha colocado entre sus distribuidores (un juego que a veces acaba mal).
HP ha subido, pero menos, un 3,2% que es inferior al del conjunto del mercado. Sería aventurado afirmar que se trata de una actitud juiciosa, pero lo cierto es que los 15,3 millones de unidades despachadas sólo han dado para una cuota de 23,7%, invirtiendo así la relación de fuerza con Lenovo. Nadie amenaza la tercera posición de Dell – que tampoco parece interesada en disputar la segunda – con un crecimiento tranquilo (3,1%).
La única de las marcas con un declive (estadístico) ha sido la taiwanesa Acer (-1,7%) , pero los autores del informe apuntan que coincide con un mayor énfasis de este fabricante en los productos de gama alta (en particular el segmento gaming) por lo que habría cambiado volumen por valor.
Apple sigue anclada en la quinta posición, con algo más de 4 millones de unidades despachadas (+9,6%). En opinión de IDC, sería un caso típico de salvaguarda contra los aranceles, que podrían ser nocivos para la marca en dos direcciones: encareciendo su importación a Estados Unidos y a la vez exponiéndola a represalias de las autoridades chinas. El lanzamiento de una nueva hornada de portátiles habría tenido la consecuencia indeseabe de elevar las existencias.