Según Gartner, el 76% de las cargas virtualizadas en servidores x86 están resueltas con la tecnología de VMware, y a finales de año el 50% del total habrán sido virtualizadas. Con estas premisas – liderazgo y oportunidad – abrió Paul Maritz, CEO de VMware, su diálogo con la prensa, durante la conferencia europea VMworld 2011, en Copenhague. El mensaje era atinado, porque el mismo informe de la consultora indica que los competidores (Microsoft y Citrix) ganan terreno. Maritz evitó caer en la euforia que pudieran inspirarle los resultados trimestrales, e insistió en que la compañía afronta el reto de automatizar los procesos, hacerlos más gestionables y reducir la complejidad.
La conferencia europea de VMware de este año se celebró en octubre en Copenhague, bajo el lema Own it. Your Cloud, y atrajo a unos 7.000 asistentes, según la empresa. La próxima cita será en Barcelona el año próximo.
Liderazgo aparte, el tema central de VMworld 2011 no ha sido la virtualización sino el cloud computing. Aquella ha dejado hace tiempo de ser una tecnología de nicho, para insertarse en la corriente que domina los centros de datos, “el viaje hacia la nube” (una metáfora que, por cierto, comparte con su propietaria EMC). En todas las ponencias de la conferencia hubo un mismo hilo conductor: VMware es un protagonista en el futuro de la entrega de servicios TI, se trate de nubes privadas o públicas, o de una combinación de ambas, las llamadas híbridas.
Stephen Herrod, CTO de VMware describió esta evolución que va desde una informática constituida por silos a otra en la que la automatización permitirá que se dedique menos tiempo a desentrañar los problemas técnicos (y más a los del negocio), en la que múltiples servicios estarán imbricados de una manera más simple. El mérito de la virtualización – explicó – ha consistido en ayudar a romper los modelos tradicionales: “vivimos en un mundo en el que ya no hay un vínculo único entre la aplicación y el servidor, en el que los vínculos son múltiples, y las herramientas de gestión de sistemas deben necesariamente reflejar estos cambios”. A lo que iba Herrod: “nos hemos preparado para ofrecer una amplia cartera de herramientas de gestión para este modelo cloud, que es fundamentalmente distinto del de propiedad que ha predominado hasta ahora”.
Puede decirse que no hubo grandes anuncios de productos, ni se los esperaba después del aluvión de agosto en el VMworld de Las Vegas. Pero sería minusvalorar la importancia de las herramientas de management para infraestructura y plataforma, que se complementan con la quinta actualización de vSphere, presentado durante el tercer trimestre. Dos productos nuevos van en esa línea, y validan la política de adquisiciones de los últimos años: vFabric Application Management Suite está basado en la tecnología que VMware ha asimilado tras la compra de SpringSource, en 2009, y la IT Business Management Suite es fruto de la adquisición en junio de la empresa israelí Digital Fuel.
La controversia acerca del cambio en las condiciones de las licencias reapareció en la sesión con los periodistas. Maritz advirtió que no habrá marcha atrás: el modelo de precios en el que se ha apoyado el auge de la virtualización evolucionará hacia otro basado en el consumo, en clara consonancia con las reglas que rigen en el cloud. Defendió la aplicación de las nuevas tarifas porque, dijo, se ha demostrado que su flexibilidad favorece a los clientes. “Vamos a evitar los movimientos bruscos, pero creemos que de aquí a diez años las cosas habrán cambiado radicalmente”.
Como queda dicho, 48 horas antes de la convención, VMware presentaba sus resultados del tercer trimestre, otra vez con viento de cola. Al parecer ha habido un adelanto de renovaciones de licencias que ha favorecido la tendencia, pero el director financiero Mark Peek advirtió que 2012 “puede ser un año difícil”, si se confirma la desaceleración de inversiones que pronostican los analistas, y también porque las cuentas del año próximo habrá que compararlas con los excelentes resultados de 2011.