Durante los últimos meses, Cisco Systems ha retomado la fiebre de adquisiciones que fue una de sus características durante años. Exactamente diez empresas ha comprado en 2012, la mayoría de tamaño mediano o pequeño y dedicadas a reforzar tres de los pilares – así los califica su presidente, John Chambers – de su estrategia: cloud computing, vídeo y movilidad. Recursos no le faltan: Cisco dispone de una rica tesorería, a la que acaba de añadir otros 2.500 millones de cash en el trimestre (y probablemente sea la tendencia del año fiscal 2013). Geográficamente, los negocios en Estados Unidos se han recuperado, mientras en Europa empeoran, como cabía esperar de las circunstancias actuales.
Circunstancias que coinciden, por cierto, con la promoción de David Bevilacqua (47) como nuevo vicepresidente de Cisco y responsable de la región sur de Europa, precisamente donde se encuentran seis de los focos de la crisis económica europea. Bevilacqua, ciudadano italiano y hasta ahora primer responsable de Cisco en su país, reemplaza en ese puesto a Jordi Botifoll, quien ha pasado a ocuparse de la región latinoamericana, en rápida expansión.
Le propongo que empecemos por los resultados del primer trimestre del año fiscal 2013. Las cifras globales han sido buenas, y las de Europa malas, según ha dicho su presidente, John Chambers.
Sí, para la compañía ha sido un trimestre muy bueno, con un 6% de crecimiento en los ingresos en un contexto económico difícil, y con distribución regional dispar. Vivimos un período difícil en Europa, particularmente en la región que está bajo mi responsabilidad desde hace sólo dos meses […]
En una frase española, diríamos que le ha tocado bailar con la más fea.
[risas] No, no, no me quejo en absoluto. Quizá mi visión de las cosas hubiera sido distinta si llevara en el puesto unos años, pero la primera impresión que tengo no es muy diferente a la que tenía como responsable de Italia. Dicho simplemente, constato que la inversión en TIC y la penetración de la banda ancha son más bajas que en otras partes de Europa, y que hay una correlación entre esos indicadores y los bajos niveles de productividad y competitividad.
¿En todos los países?
Evidentemente hay matices, con un sustrato común que es la deuda y el desempleo. España, Italia, Portugal y Grecia son casos específicos, pero hay otro elemento que considerar, la productividad: en estos países tenemos los niveles más bajos de inversión en TIC con relación al PIB. Hay, diría yo, un déficit de cultura de la innovación, y lo que nadie discute es que no tenemos suficiente infraestructura, en términos de penetración de la banda ancha. Somos especialmente sensibles a estas cuestiones porque Cisco está en el centro de la solución posible a esos problemas. E insisto en que es posible ahora, no se puede esperar a un futuro difuso.
¿Cómo marcha el negocio de Cisco en los países de su competencia?
En algunos mejor que en otros, como Francia, que en estos aspectos se parece más al epicentro de Europa. Pero hay una crisis europea, y la estamos sufriendo; somos una empresa que vende tecnología, y la inversión en tecnología está en declive. Nos preocupa mucho la propensión a ver la tecnología sólo como un instrumento para bajar los costes; por supuesto que hay que bajarlos, pero se equivoca quien crea que las TIC son un coste y no una inversión. No quisiera generalizar, pero he de decirle que en Portugal, uno de los países más afectados por la crisis, he observado una actitud positiva hacia la inversión en TIC.
¿Recientemente?
He estado en Lisboa hace pocos días. Es bien sabido que los operadores de telecomunicaciones son clientes muy importantes para Cisco, por lo que seguimos con atención lo que hacen o dejan de hacer […] Portugal Telecom está montando uno de los mayores centros de datos de Europa para prestar servicios cloud. Desde mi punto de vista, Portugal tiene más rasgos de excelencia que de excepción. Si lo comparo con mi propio país, Telecom Italia ofrece servicios cloud, pero en mi opinión ha reaccionado tarde, y ahora está acelerando para no quedar fuera de la transición que está viviendo el mercado.
¿Cuál es su diagnóstico sobre España?
Es otro ejemplo de cómo las operadoras y las compañías que ofrecen servicios gestionados han descubierto el valor de la propuesta de Cisco en cloud. Nuestra filial española ha desarrollado infraestructura de cloud para Telefónica, y otras empresas están evaluando propuestas que les permitirán ofrecer servicios de almacenamiento, vídeo, colaboración y virtualización a sus clientes.
No me dirá que ve lo mismo en Grecia […]
No lo diría así, pero la verdad es que seguimos firmando contratos en Grecia. La situación es terriblemente complicada, pero mi impresión es que ya podemos ser un poquito más optimistas.
Tengo entendido que las inversiones en TIC en España se sostienen sobre las empresas de primera fila, y por lo general están orientadas a apuntalar la internacionalización, no al mercado interior […]
No crea usted que es algo exclusivo de España. En el mediterráneo no andamos sobrados de grandes compañías, y las que tenemos en España o en Italia puede que estén invirtiendo más en otros países que en su propia casa, pero esas inversiones han de ser bienvenidas porque revelan capacidad de respuesta a los retos de la economía mundial, y finalmente revierten sobre nuestros países, de un modo u otro. Mientras esto ocurre con lo que usted llama empresas de primera fila, al mismo tiempo tenemos un serio problema: las pymes atraviesan dificultades financieras y de crédito, y por tanto son reacias a invertir.
John Chambers ha dicho días atrás que las redes nunca han tenido un papel tan decisivo como ahora, pero que Cisco aspira a ser vista como una compañía de TIC, y no sólo como especialista en redes. Para que ocurra, debería acentuar su papel en el centro de datos y en ´la nube`, donde ya se está encontrando con poderosos competidores y necesita aliados. ¿Es esta la estrategia?
Ha resumido usted una de las prioridades estratégicas de la compañía. La idea matriz es integrar la computación con el almacenamiento; en Cisco concebimos los centros de datos como arquitecturas unificadas. Es lo que estamos haciendo a través de nuestra alianza con EMC y VMware, pero también junto con otras compañías como NetApp y Citrix. Nosotros no vemos el datacenter como una acumulación de componentes y aplicaciones sino como una arquitectura unificada, y probablemente será, entre las varias áreas de negocio de Cisco, una de las de más rápido crecimiento. En el trimestre reciente, ha crecido un 61%.
¿Podría explayarse más?
Aunque a algunos el cloud computing les suena todavía a algo esotérico, no es más que un modo diferente de consumir las tecnologías disponibles, un movimiento del capex al opex. La virtualización no es un invento de la semana pasada, tiene 15 ó 20 años de existencia, y el modo cloud lo que hace es permitir que, gracias a las redes y a la inteligencia de las redes, yo pueda distribuir una aplicación y tener acceso seguro a ella donde quiera que esté y desde el dispositivo que sea.
Ha aludido antes a las carencias de infraestructura de banda ancha. Es un problema que desborda las fuerzas de tal o cual operador, e incluso la dimensión nacional. También ha dicho que ese problema es más agudo en los países que tienen una crisis de deuda pública. ¿Qué hacer entonces?
Si normalmente hay retrasos en las decisiones de inversión, en los tiempos que vivimos se agudizan. Que es cuestión de recursos está fuera de discusión: necesitamos reducir la deuda pública y el gasto público en nuestros países, y por tanto no tenemos los recursos que tuvimos en el pasado. ¿Deberíamos recurrir a fondos europeos? Claro que sí, pero no todos los países están en igualdad de condiciones para acceder a ellos. No olvide que vivo en Italia, que es uno de los grandes contribuyentes al presupuesto comunitario y, al mismo tiempo, uno de los más torpes en el acceso a fondos europeos. En mi opinión, si los recursos públicos no dan para financiar esos proyectos de transformación de la infraestructura, y si somos conscientes de la necesidad de desarrollar la competitividad europea, habría que explorar nuevos modelos de colaboración entre los sectores público y privado. Lo digo como directivo de Cisco, y como ciudadano europeo.