Apple cerró su año fiscal 2010, pero los comentaristas llevaban semanas sosteniendo que para ese día habría batido el récord de 300 dólares por acción. Poco le ha faltado, menos de 8 dólares, pero sólo es cosa de días. La euforia prosigue, en espera de conocer los resultados, pero hay unanimidad en que al final de año estará en 340/350 dólares, o más. A estos precios, su valor en bolsa sería pronto el más alto del mundo, superando a ExxonMobil, que este año lleva una caída del 12%. Parece tan lejano aquel día de abril en el que Apple empató la capitalización bursátil de Microsoft de la que ya se distancia en 52.000 millones de dólares, un acelerón en cinco meses. Los analistas suman argumentos a favor de una escalada de Apple en bolsa en las próximas semanas: la demanda del iPad crece cada día, y a ello contribuyen dos factores: la internacionalización y una logística que ha permitido elevar la fabricación a dos millones de unidades mensuales. Las estimaciones de ventas en el ejercicio 2011 oscilan entre 28 y 35 millones de unidades. Es cierto que se observan síntomas de canibalización de los modelos más baratos de Mac, pero incluso en ese caso la diferencia de márgenes sería positiva, y peor les está yendo a los fabricantes de netbooks. Chris Whitmore, que trabaja para Deutsche Bank, deja constancia de que Apple ha creado una estructura de ventas y distribución para aumentar la penetración de sus productos en las empresas, uno de sus puntos débiles. Pero no pueden esperarse efectos a corto plazo.