El mismo día en que los resultados de HP advertían sobre la demanda de PC durante este año, Intel ratificaba sus previsiones financieras y confirmaba su confianza en que los mercados emergentes van a compensar con creces el desfallecimiento económico de los países desarrollados. En el Investor Day del martes, Paul Otellini puso en escena su poder de convicción para demostrar que se equivocan quienes critican una supuesta incapacidad de Intel – anclada, según esa tesis, en el PC – para competir en las categorías de moda. Admitió, no obstante, que la hoja de ruta vigente se ha quedado rezagada, por lo que ha pisado el acelerador para reforzar el dogma de la ley de Moore.
Lo que ha quedado en la memoria de la conferencia es una revisión del roadmap de la familia de procesadores Atom hasta 2014. Con pocos detalles, más allá de los nombres y procesos de fabricación: Silvermont (2013) con tecnología de 22nm y su sucesor, Airmont (2014) que aumentará la densidad hasta 14nm. Lo que hay que destacar es que el movimiento tick-tock acorta los plazos de manera que Atom tiende a unirse en el tiempo con la familia Core, que hasta ahora ha gozado de prioridad.
Se confirma que Ivy Bridge, la generación de 22nm anunciada recientemente, tendrá su primer producto visible a comienzos de 2012 (¿en el CES de Las Vegas?). El propósito de Otellini no era simplemente mostrar que la secuencia 32-22-14 está en marcha; paralelamente, la microarquitectura tiene urgencia en reducir el consumo de potencia. Hasta ahora, los chips para portátiles consumen en torno a 35 vatios, e Intel se propone bajar al rango de 10 a 15 vatios.
Se trata de una tendencia inexorable del mercado. En los próximos años, los portátiles serán más delgados y ligeros, funcionarán un día entero con una carga de batería, tendrán pantallas táctiles (que son particularmente golosas), correrán múltples sistemas operativos y se iniciarán instantáneamente; todo ello mejorando a la vez el rendimiento (ver imagen). A esto se debe referir Otellini cuando habla de “reinventar el PC, para acercarlo a la electrónica de consumo”.
Que esto se dijera en una conferencia de inversores revela la intención del mensaje: no se obsesionen con los smartphones y las tabletas. “La carrera de las tabletas – dijo Otellini – está muy lejos de la meta, y durante años habrá una tremenda dosis de experimentación”. Una de las presentaciones de la jornada subraya que el papel de las tabletas es el de actuar como segundo o tercer dispositivo, no como sustituto del PC. Y apuntó un detalle: en el primer trimestre, Apple ha vendido más unidades de MacBook que del iPad. Los intrépidos que hablan de la muerte del PC deberían pensárselo.
Stacy Smith, CFO de la compañía, desestimó los temores al impacto que pudiera tener en el negocio de Intel el hecho de no estar presente en el mercado de las tabletas. Al parecer, en la feria Computex, que se abrirá en Taipei el día 31, podrán verse no menos de diez modelos Android con procesadores de Intel
El protagonismo del PC en la estrategia de Intel, consustancial a la arquitectura x86, no está ni remotamente en cuestión porque preste atención a las tabletas. Pero queda abierto el delicado asunto de los smartphones. Por supuesto, Otellini no niega la importancia del fenómeno, pero transmitió a los inversores una curiosa reflexión: aunque no tiene un chip específico para esa categoría, Intel gana mucho dinero gracias a su proliferación. Cada 600 smartphones en funcionamiento necesitan un servidor (la proporción sería 122:1 en las tabletas), y esto es un factor que apuntala las ventas de sus productos para data center: de 8.700 millones de dólares en 2010, pasará este año de 10.000 millones, cifra que espera duplicar en cinco años.