Que el futuro de las redes 5G lo dominará China, no tiene nada de sorprendente. Pero había que dar por iniciada la carrera: desde finales de octubre, los tres operadores chinos han empezado (al unísono) a ofrecer servicios comerciales sobre sus redes 5G (compartidas) en 50 ciudades. Para ello han desplegado en pocos meses 86.000 estaciones base que se espera sean 130.000 a final de año. Es sabido que Corea del Sur, Estados Unidos y Suiza pusieron en marcha sus redes en abril pero el liderazgo de China es indiscutible. Un informe de Bernstein Research estima que a finales de año tendrá 120 millones de abonados a servicios 5G y en 2021 unos 420 millones.
La GSMA calcula que en 2025, la tecnología 5G abarcará un 36% del mercado chino, aproximadamente 600 millones de usuarios, se dice pronto. De entrada, los tres operadores han anunciado paquetes muy similares con velocidades variables. China Mobile, el más grande, presenta cinco planes que incluyen 500 Mb/s o 1Gb/s, a precios que van desde los 128 a los 598 yuanes (16,6 a 77 euros) por 300 GB de al mes. A sus 940 millones (¡) de clientes actuales les propone un 30% de descuento por cambiar su suscripción; según la compañía, unos 10 millones se habían embarcado con antelación.
La estrategia del líder apenas difiere de las de China Unicon y China Telecom. Para los tres, 5G es la solución más eficiente que responde al crecimiento del tráfico de datos que demandan sus clientes. Según el China Internet Network Centre, el consumo de datos fue en junio de 7,2 GB por usuario, un 20% más que la media mundial, y tres meses más tarde era de 8,4 GB, lo que obliga a los operadores a incrementar su capacidad. Podrían hacerlo con 4G, que seguirá siendo mayoritaria por muchos años, pero al actualizar sus redes a 5G obtienen ventajas del menor coste unitario de operación.
Los proveedores de contenidos presionan en esa misma dirección, porque 4G se les queda corto. Su oferta preferida es el vídeo, pero la calidad deja que desear: la compartición de vídeos cortos y el streaming son extremadamente populares en China, pero la calidad deja bastante que desear debido al bajo rendimiento de las redes. Además, hay 620 millones de gamers, una pasión que genera muchos ingresos a los operadores y que se verá favorecida por las prestaciones de 5G.
Una motivación política explica el acelerón de los despliegues para arrancar cuanto antes los servicios 5G: “acosado por la disputa comercial con Estados Unidos y el veto que pesa sobre Huawei, el Partido Comunista Chino quiere mostrar dentro y fuera del país que no va a recortar sus ambiciones tecnológicas que considera clave de la economía”, escribe Paul Triolo, consultor del Eurasia Group y principal autor del estudio The Geopolitics of 5G comentado hace tiempo por este blog.
Lo menos evidente es que los servicios 5G sean monetizables a corto plazo. Aun bajando sus tarifas hasta hacerlas atractivas, en el estadio actual los operadores tropiezan con la carencia de smartphones 5G a precios asequibles. El modelo más barato que hoy se puede comprar en China es un Xiaomi de 525 dólares, un precio altísimo. No obstante, China Mobile confía en que la puesta en marcha estimulará que durante el año entrante el precio medio de un móvil 5G baje a no más de 280 dólares. De que tal cosa ocurra va a depender el ritmo de migración de 4G a 5G.
Explícitamente, el objetivo es que cinco grandes urbes (Pekín, Shanghai, Hangzhou, Guangzhou y Shenzhen) tengan a finales del año en curso una cobertura 5G al 100%. El impulso viene de incentivos gubernamentales con iniciativas como la del municipio de Shenzhen – ciudad sede de Huawei y ZTE – que subvenciona con 10.000 yuanes (1.300 euros) cada estación base que se instala en su jurisdicción.
No falta mucho tiempo para apreciar si los operadores chinos padecen el maldito binomio que aflige a sus homólogos occidentales: un crecimiento exponencial del tráfico se combina con ingresos estancados. En la práctica, su ingreso medio por usuario (ARPU) declinará al mismo ritmo que las rebajas de los planes de datos. A menos que tengan arrestos para subir las tarifas que hoy rigen en las redes 4G.
Esto sería todo en lo que concierne a la actitud de los consumidores, pero los tres operadores tienen confianza en otra fuente de ingresos, los nuevos servicios a empresas basados en 5G. La inminente aprobación del estándar internacional non-standalone, hará posible ofrecer servicios en banda ancha mejorada (eMBB) con la flexibilidad que requiere esta otra clientela. Por ejemplo, el sector industrial, que representa el 41% del PIB chino y es firme candidato a esa oferta. Los analistas de GSMA han calculado, con la necesaria cautela, que la mitad de la contribución de 5G al PIB chino se originará en los futuros servicios a empresas, particularmente a la industria.
La expectativa creada por las nuevas redes parece estar tras la ralentización reciente de las ventas de smartphones de generaciones anteriores: según Canalys, el mercado chino ha retrocedido un 3% durante el tercer trimestre, cerrando en 97,8 millones de unidades. Huawei ha sido la única marca con saldo trimestral positivo, al crecer un 66% (41,4 millones de unidades) y subir de un salto golpe diecisiete puntos hasta un fantástico 42,9% de cuota. Los seguidores más cercanos son Vivo y Oppo, cada uno en torno al 17%. Hace ya tiempo que el mercado chino no es apto para las marcas foráneas: Apple ha vuelto a caer y apenas pasa del 5% de cuota, mientras Samsung no llega siquiera al 1%.
En fin, que si algo tiene China en común con los mercados occidentales en los que se han lanzado los primeros servicios 5G es que pocos consumidores pueden permitirse la compra de un dispositivo a su precio actual. Y seguirán siendo pocos mientras no vean motivos convincentes para migrar de 4G a 5G.