Nueva York, Toronto, Londres, París, Johanesburgo y Dúbai. Para el miércoles 30, BlackBerry, ha convocado un lanzamiento global de los dos primeros modelos basados en su nuevo sistema operativo BB10. En febrero, estarán en el Mobile World Congress de Barcelona, pero aún no se ha dicho cuándo saldrán a la venta, ni su rango de precios. La nueva plataforma aspira a ser la tercera del mercado, y esto significaría para la marca BlackBerry remontar dos puestos en el ranking de smartphones de 2012, publicado la semana pasada. Esa es la esperanza, pero no la única, que anida en la estrategia seguida por Thosten Heins desde que fue promovido a la cabeza ejecutiva de Research in Motion (RIM).
Esa línea de actuación, Heins la heredó del fundador de RIM, Mike Lazaridis (aún segundo accionista y consejero). Y se apoya en un diagnóstico del mercado: los operadores ansían una alternativa que les alivie de la dicotomía Apple vs. Google. No por aquello de que «donde caben dos, caben tres», sino porque Apple y Google se llevan una parte creciente de las rentas de los servicios que circulan por las redes de los operadores. BlackBerry, por su lado, comparte con ellos los ingresos generados por los 80 millones de usuarios en todo el mundo de su servicio de datos. Podría parecer sencillo, si no fuera porque se ha dejado comer terreno, y ahora toca subir la cuesta.
En el origen de la nueva estrategia está la compra en 2010 de la compañía QNX y otras que le han servido para reemplazar su plataforma BB 7 por un concepto radicalmente distinto, que busca competir mano a mano con los sistemas operativos dominantes: en opinión de Heins, Apple prácticamente no ha innovado desde el primer iPhone de 2007, y las prestaciones de la última versión de Android son inferiores a las de BlackBerry 10.
Los usuarios arbitrarán. Para ellos, lo más notorio es el interfaz, táctil y basado en una tecnología de reconocimiento gestual, que hace viable el uso simultáneo de dos funciones del dispositivo, algo que no ofrecen sus competidores. Lo hará valer RIM para atraer a los usuarios intensivos (no están claros los efectos de la multitarea sobre la batería). Otra característica apreciable es la posibilidad de aislar con seguridad las aplicaciones y datos personales de los de empresa.
Inicialmente, RIM lanzará dos smartphones de la nueva plataforma, bautizados Z10 y X10. El primero exclusivamente táctil, con pantalla de 4,2 pulgadas y alta definición. Del otro se sabe aún menos, pero combinará una pantalla táctil con un teclado físico, para no espantar a los (muchos) usuarios que prefieren ese rasgo al que deben su fama los blackberries.
De aquí a fin del 2013, habrá probablemente un total seis modelos basados en BB10 con distintos rangos de precio. Pero la compañía no va a cometer el error de Nokia, que en la transición a Windows Phone condenó a Symbian a una veloz decadencia: BlackBerry 7 seguirá viva, por ahora,- quizá reconvertida en gama baja – e incluso se espera un modelo de inmediato como testimonio de continuidad.
Es bien sabido que las aplicaciones son un punto crítico para vender smartphones. Y, por alguna razón sociológica, cualquier plataforma será más apreciada cuantas más aplicaciones tenga, aunque luego el uso real se limite a unas pocas. Al salir al mercado, los nuevos BlackBerry dispondrán de unas 70.000 aplicaciones, según su fabricante: muchas menos que en iPhone o Android, pero aproximadamente el mismo número que Windows Phone, otro candidato a la tercera plaza. Las facilidades para que los desarrolladores adapten a BB10 sus aplicaciones escritas para Android, puede ayudar.
Otros hitos que acompañan el lanzamiento son el acuerdo firmado con Visa para que los nuevos dispositivos sirven como medios de pago gracias al chip NFC que llevan incorporado, y el contrato con una empresa británica que proveerá la música en streaming. El servicio de mensajeria instantánea que ha fomentado el uso de BlackBerry por los jóvenes, se reforzará para mantener esa clientela, que en España es numerosa.
Esquemáticamente, RIM dice confiar en cuatro ventajas que validan el lanzamiento de BB10. La primera es su base instalada, unos 80 millones de usuarios que fundamentan los ingresos recurrentes de la compañía; es un público leal, que en los últimos años ha resistido las tentaciones de otras marcas y, según dijo a Dinero un directivo, se estima que tres de cada cuatro están predispuestos a pasarse a la nueva oferta. La segunda ventaja es que cuenta con el apoyo de los operadores: más allá de la razón económica, influye el hecho de que RIM controla a la vez el hardware y el software, y esto implica un único punto de contacto entre la plataforma y cada operador, rasgo que la diferencia de los sistemas plurales.
Las empresas representan la tercera baza: aunque BlackBerry ha perdido cuota de mercado, este segmento conforma, con diferencia, la mayoría de su base instalada, y la nueva versión del software para servidores corporativos es un guiño para ella. El cuarto factor, fundamental, es la seguridad. En noviembre, el National Institute of Standards and Technology de Estados Unidos, ha otorgado a los nonatos smartphones BB10 la certificación que se requiere para las comunicaciones cifradas de los empleados del gobierno federal que incluyan la transmisión de documentos oficiales. Según la compañía, esto representa un potencial de sustitución estimado a corto plazo en un millón blackberries. En Europa, donde suelen seguirse los criterios del NIST, unos 400.000 funcionarios son usuarios finales de la marca.
Nada asegura el éxito de la nueva plataforma, ni que RIM consiga superar las dificultades de los últimos años. Pero, ahora mismo, vive una luna de miel con los inversores, que han subido la cotización al máximo de los últimos doce meses. En parte, se debe a la admisión por Heins de que estaría dispuesto a negociar licencias de su nueva plataforma para que otros fabricantes la adopten. Parece justo decir que el 30 de enero empieza una nueva vida para BlackBerry.
[publicado originalmente en La Vanguardia el 27/1]