Ocho semanas menos un día ha tardado HP en encontrar su nuevo CEO, y contrariamente a lo que se esperaba, ha optado por un fichaje externo, Leo Apotheker, quien durante menos de dos años ocupó el mismo cargo en SAP. Que el puesto haya recaído en alguien que durante dos décadas ha luchado contra Oracle por cada contrato, es otro signo de ruptura irreparable entre las dos compañías, desde los eventos que siguieron a la traumática salida de Mark Hurd. Con más razón si se considera que el otro nombramiento anunciado el jueves por la noche, el nuevo chairman será el inversor Ray Lane, durante ocho años director de operaciones de Oracle hasta que se marchó enemistado con Larry Ellison.
Provisionalmente, la novedad no ha sido bien recibida por los inversores, que hicieron caer la acción de HP casi un 4% el viernes (desde la partida de Hurd ha perdido un 15% de su valor). Durante semanas, Wall Street se había entretenido en conjeturas acerca de cuál de los cuatro candidatos internos se llevaría el premio gordo. En principio, ninguno tenía esa ambición, y si entraron en la carrera fue por el brusco vacío de poder; por otro lado, la elección de cualquiera de ellos pudiera haber provocado la frustración del resto. Tal vez por esta razón el consejo ha buscado fuera, es otra conjetura. Pero Apotheker no sólo es ajeno al pregonado HP Way – Fiorina y Hurd también lo eran – sino que viene de Alemania, aunque a menudo dentro de SAP se le han reprochado sus “métodos americanos”.
La pregunta de si Apotheker puede ser la solución resulta tan impertinente como los juegos de palabras con su apellido (apotheker = boticario). Mucho más útil será rastrear en sus antecedentes el rasgo que explique su contratación, y ese rasgo está tanto en la empresa como en el individuo. HP es conocida mundialmente por su hardware, pero bajo la dirección de Hurd ha avanzado audazmente hacia los servicios, una estrategia de integración cuyo punto débil es el software. Muchos analistas han señalado la necesidad de contar con un profundo conocedor de este segmento y Leo Apotheker sin duda lo es. Su perfil profesional tiene más de supervendedor que de estratega, y se le reconoce un trato directo con las grandes corporaciones de Estados Unidos y Europa. La otra cara de la moneda puede ser – escribe la prensa germana – su personalidad: durante el breve mandato al frente de SAP, se creó muchos problemas con el personal y con muchos clientes, que forzaron su renuncia.
El analista Peter Goldmacher ha encontrado un símil interesante para defender la contratación de Apotheker: “mucha gente lo asocia con los malos resultados de SAP en 2008 y 2009, pero la verdad es que cuando recibió las llaves del coche, ya estaba muy averiado”. Larry Ellison, el locuaz chairman de Oracle, ha comentado en su estilo habitual: “los accionistas de HP deberían echar a todos los miembros del consejo, por nombrar CEO a un fracasado”.
Así están las cosas: rien ne va plus entre HP y Oracle. Durante 25 años han sido partners y se calcula que tienen 140.000 clientes comunes. No hubo conflicto mientras HP aportaba el hardware y Oracle el software, pero la compra de Sun ha cambiado el juego porque ahora ambas compiten en la integración de las dos áreas. Es evidente que el fichaje de Hurd por Ellison ha derrumbado toda hipocresía, y que HP tendrá que buscar fórmulas de recambio, igual que las ha encontrado para liquidar toda complicidad con Cisco en networking y con EMC en almacenamiento. Pero no hay que perder de vista este otro ingrediente: cualquier movimiento que haga HP para ganar espacio en el software tropezará con un competidor que se llama SAP. La elección de Apotheker no acaba con las conjeturas sino que abre otras nuevas, no menos interesantes.