2/07/2014

Apaguen sus móviles, si se atreven

En 2015, habrá un teléfono móvil por persona. Cuatro años más tarde, será uno y pico largo. Si se toma al pie de la letra la estimación del Mobility Report correspondiente al primer trimestre de este año, que acaba de publicar Ericsson, en 2019 el número de terminales móviles activados será de 9.200 millones, y de esa cantidad 5.600 millones serán smartphones. Una perspectiva que tiene alborozada a la industria en sus variadas facetas, desde los fabricantes de minúsculos componentes hasta los operadores con estrategias globales. Porque a partir de esas cifras, hay otras que crecen exponencialmente: el tráfico de datos se multiplicará por 10 y el número de conexiones de banda ancha móvil por 33.

Una vez sumados los 120 millones de suscripciones registradas en los tres primeros meses de 2014, resulta que hay actualmente 6.800 millones en todo el mundo, lo que implica una penetración del 93% y el hecho cuasi cierto de que algún momento del próximo año habrá tantas como individuos habitando la corteza terrestre, con todas las consecuencias que hoy conocemos. ¿Qué pensará Martin Cooper, hoy octogenario, que siendo ingeniero de Motorola inventó en 1973 el primer teléfono móvil? Probablemente diría que ya lo había previsto al formular su teoría de la eficiencia espectral, más conocida como ley de Cooper: «el máximo número de conversaciones o transacciones de datos que puede soportar una fracción del espectro se duplica cada 30 meses» .

Lo que Cooper ni nadie podía prever es que la aceptación del smartphone sería imparable, sin síntomas apreciables de fatiga: a la etiqueta smart se apuntaban el 65% de los nuevos terminales vendidos durante el primer trimestre, en comparación con el 50% de igual período de 2013. De todas las suscripciones actuales a servicios de telefonía móvil, el 35% se asocian a un smartphone, pero no habrá que esperar ni dos años para que ese porcentaje supere al de los móviles básicos.

En Europa más de 60% de los móviles serán ´inteligente` en 2019: a esa altura del siglo, 765 millones de dispositivos, sobre un parque total cercano a los 1.300 millones de unidades. El avance de las redes LTE en este continente es todavía lento: a finales de 2013, el número de suscripciones era de casi 16 millones (sólo el 1%), aunque se prevé que a finales de 2014 se habrá triplicado, y en 2019 cruzará el listón del 30%.

Estas cifras no sorprenderán a quien haya leído anteriores informes de Ericsson y otras fuentes, pero las que siguen son espectaculares. La banda ancha móvil romperá todos los moldes, gracias al protagonismo de los mercados emergentes [a.k.a en desarrollo] donde muchos usuarios usan esta alternativa como punto de acceso a Internet. El crecimiento de estas suscripciones fue del 35% durante el último año, hasta los 2.300 millones, pero aumentarán otro 330%, hasta los 7.200 millones, en 2019, según el fino cálculo de Ericsson. Para entonces, van a representar el 80% del total de conexiones (en 2013 eran el 30%).

Estos dos factores – crecimiento de los smartphones y de la banda ancha móvil – incrementarán a su vez los volúmenes de tráfico de datos. Los primeros se convertirán en la herramienta preferida para acceder a servicios que tradicionalmente requerían un ordenador. En los mercados avanzados, las llamadas de voz y SMS ya no son dominantes, y el tráfico de datos creció un 65% en los últimos doce meses. Algo más ilustrativo: en el primer trimestre de este año, el tráfico de datos móvil superó al transferido en todo el 2011.

Todo lo anterior asegura que esta explosión va a continuar en el futuro. Se espera que el tráfico de datos móvil crezca una tasa anual compuesta del 454% entre 2013 y 2019. Dicho de otra manera, llegado ese momento será diez veces superior al del pasado año. Y los ubicuos smartphones harán las veces de catapulta, como advierte el Mobility Report en su más reciente edición:»el tráfico generado por los terminales inteligentes crecerá exponencialmente hasta alcanzar un volumen mensual de 12 exabytes en 2019, frente a los 1,1 actuales».

Ya se sabe que una imagen – sobre todo si tiene movimiento – vale más que mil palabras. Es decir que el vídeo supone ya – la cifra es de 2013 – el 40% del tráfico de datos y es, sin lugar a dudas, el segmento de servicio del que se espera un mayor y más rápido crecimiento: se multiplicará por 13 hasta 2019, año en el que equivaldrá a más del 50% del tráfico global. Por su parte, el tráfico móvil de datos a través de las redes sociales, que hoy absorbe más del 10% del total, está previsto que se decuplique a lo largo de los próximos seis años.

Varios factores convergen para que así sea. La espiral de dispositivos que incorporan vídeo, la creciente disponibilidad de contenidos y, por supuesto, las superiores capacidades de las redes desplegadas con tecnologías WCDMA/HSPA y LTE.

La música en streaming gana popularidad, aunque funciones como el almacenamiento de contenidos y las listas de reproducción están limitando este tipo de tráfico. Con todo, el estudio prevé que se multiplique por ocho antes de 2019.

Es interesante la referencia a la influencia del uso de aplicaciones móviles sobre los volúmenes de tráfico de datos, dependiendo del dispositivo de acceso. El vídeo es el mayor contribuyente en cualquier dispositivo, y pese a ello representa el 35% del tráfico asociado con smartphones, y llega al 50% en las tabletas. El segundo gran generador de tráfico, como el lector habrá adivinado, son las redes sociales: una media del 15%.

Los analistas de Ericsson también han analizado el peso de las diferentes tecnologías de red que, al fin y al cabo, son las que sustenta este incesante y cada vez más caudaloso flujo de datos. Quien sólo atienda a la llamada del marketing que ya empieza a machacar con las promesas de la futura 5G, puede que se sorprenda al saber que el mundo real va todavía por 2G: las suscripciones bajo las normas GSM/EDGE detentan la cuota más alta de cobertura: un 85% de la población mundial. Si bien declina en los países desarrollados, globalmente el dominio no es, ni remotamente, de las de 3G, entre otras razones porque aquellas sirven como respaldo a las redes WCDMA/HSPA y a las LTE.

A la fecha, LTE se está desplegando en todas las regiones del globo (hay 288 redes comerciales en servicio en 104 países) y se prevé que el número de abonados a esta tecnología alcance los 2.600 millones en 2019: cerca del 30% del total; para la misma fecha, la cuota de la 3G será de 4.500 millones.

Por último, esta edición del Mobility Report destaca que la comunicación machine-to-machine «está en claro despegue gracias a la reducción de costes, la mayor cobertura, las tecnologías radio con mayor capacidad, la regulación más ajustada y un creciente abanico de aplicaciones y modelos de negocio». Calcula Ericsson que había en activo cerca de 200 millones de dispositivos M2M a finales de 2013, y espera que se multipliquen por 3 ó 4 en 2019. En la actualidad, sólo representan el 2% de las suscripciones a datos, si bien alcanzan el 20% cuando el cálculo se restringe a aquellos operadores especializados en este segmento.

Al contrario que otros dispositivos, la mayoría de los M2M en uso operan casi exclusivamente con GSM, y posiblemente su número se incrementará, pero la cuota del total se quedará en no más del 30% al calor del avance de 3G/4G. Esta combinación empezará a dominar porcentualmente hacia 2016. Un pronóstico halagüeño se reserva para machine-to-machine sobre redes LTE: más del 20% en 2019, cuando actualmente apenas llegan al 1%.

[informe de Lola Sánchez]


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