Hoy, martes 28, comparecerán juntos en Madrid la CEO de HPE, Meg Whitman, y quien ha sido investido como sucesor a partir de febrero, Antonio Neri. La presencia de ambos en Discover Europe 2017 será una ocasión excepcional de apreciar si – como ha dicho Whitman – «el futuro de HPE se ve ahora con perfecta claridad» tras una secuencia de particiones, desinversiones y adquisiciones iniciada hace seis años, cuando ella fue escogida para corregir las torpezas de su predecesor. Si la ´claridad` se mide en números, hay que valorar la herencia que recibirá Neri en los 28.871 millones de dólares ingresados en 2017 o en los 21.571 millones de capitalización bursátil de la semana pasada.
No son buenas cifras para empezar una nueva andadura. Que Neri ocuparía el sitio de Whitman ha estado claro desde que fue nombrado número dos de alguien que, precisamente, se ha caracterizado por cortar las ambiciones de cuantos asomaron la nariz antes de tiempo. Llegada la hora, la forma que tomará la transición tiene dos hitos, el Analyst Day (5 de septiembre) y la presentación de resultados del año fiscal (22 de noviembre). Es insólito que un par de analistas respetados se declaren sorprendidos por el anuncio.
Hace diez días, la CEO saliente dejó el balance autoelogioso de sus seis años al frente de la compañía: «creación de valor para el accionista, reestructuración financiera e ignición del motor de innovación [en adelante] HPE necesita un CEO que tenga perfil de tecnólogo, exactamente lo que tiene Antonio».
Recapitulando: desde noviembre de 2011, Meg Whitman ha dirigido HP y lla escindió en cuatro años después en dos partes aproximadamente iguales. En una versión simplista, se dijo entonces que Hewlett Packard Enterprise agruparía los activos con mayor crecimiento potencial, mientras en HP Inc. se concentrarían los negocios commoditizados (impresión e informática personal). Aquella supuesta igualdad se ha roto: HP Inc es hoy una empresa más grande, que ingresa 52.056 millones de dólares y vale en bolsa un 65% más que Hewlett Packard Enterprise.
Esta disparidad al cierre del año fiscal 2017 es consecuencia de las sucesivas cesiones de las ramas de software y servicios, con las que HPE se ha librado de sus negocios más problemáticos, al tiempo que recompensaba generosamente la paciencia de los inversores. Por esto mismo, Whitman puede jactarse de haber generado en seis años – sumando HP y HPE – una plusvalía del 220% para sus accionistas, con el detalle de que el incremento ha sido del 89% para los que confiaron en HPE en el momento de la separación.
Antonio Neri, que hasta ahora dirigía el Enterprise Group – el 90% de la facturación de la ´nueva` HPE – ha sido participe del rediseño orquestado por Whitman, ejerciendo un papel clave en las adquisiciones recientes – Nimble Storage, Simplivity y SGI – destinadas a cambiar el perfil de la compañía. La realidad es que, viendo las cifras, HPE sigue dependiendo de su herencia y de estas adquisiciones se espera que sean contribuyentes al crecimiento pero no todavía en 2018.
Whitman no tiene motivos para estar satisfecha de que su carrera se cierre con una cuenta de resultados que no justfica ponerse medallas. Al cierre del año fiscal 2017, los ingresos totales de la compañía habían vuelto a bajar un 6% y todos los seegmentos de su organización, con excepción de los servicios financieros, registraban caídas.
Es importante señalar que nueva estrategia y nuevo CEO coinciden con un cambio en la presentación de resultados a partir del año fiscal 2018. Tendrá tres segmentos: 1) Hybrid IT (que incluirá servidores, almanamiento, networking de centros de datos y la nueva marca de sus servicios tecnológicos, PointNext), 2) Intelligent Edge (que esencialmente abarcará la actual Aruba, reforzada con servicios) y 3) servicios financieros. El CFO, Tim Stonesifer, prometió a los analistas presentar tablas que les faciliten la comparación con la anterior clasificación.
Del Discover de Madrid se espera algo más que discursos de Whitman y Neri. Habrá novedades que permitan valorar la perspectiva del negocio de servidores, que – según ha dicho Neri – se comportaría positivamente si se excluyeran las ventas a los titanes de la nube, los llamados hyperscalers, que buscan gangas en China. En el segmento de almacenamiento, Nimble Storage se ha incorporado justo a tiempo para rescatar de la vejez a la familia 3PAR: pese al descenso general de los ingresos, la categoría all-flash-arrays han crecido un 16%. Una de las razones – según ha dicho Whitman – de esa ha sido InfoSight, un software que usando técnicas de inteligenca artificial monitoriza el rendimiento del parque de cabinas y, con el tiempo, podría extenderse también a los servidores.
En principio, una noticia llamativa en Madrid podría ser la revelación del llamado Proyecto llamado New Stack, una plataforma de gestión híbrida de las TI destinada a que los clientes desplieguen, operen y optimicen entornos privados y públicos en la nube, con una experiencia unificada y extendiendo las capacidades de desarrollo.
Por otro lado, ha llegado el momento de pasar a la ejecución del programa HPE Next, hasta ahora definido mas bien retóricamente pero que, se supone, será el progrema de acción al que se ceñirá Neri para seguir simplificando y achicando la compañía, en línea con su antecesora.
Ya se han tomado medidas para reorganizar la estructura. Phil Davies, designado VP senior de ventas globales, tendrá un papel esencial. Desde ya mismo, ha simplificado la estructura operativa dividiéndola en once grupos de los que cinco corresponden a Europa: Reino Unido e Irlanda, Francia, DACH (Alemania, Austria y Suiza), Europa del Sur y del Norte (la del Este se agrupará con Oriente Medio y África). Se pretende con esta medida acelerar la toma de decisiones y agilizar las prioridades locales al eliminar capas intermedias. Este planteamiento ha provocado la salida de numerosos directivos (entre ellos Peter Ryan, antes responsable de Europa) y la integración de funciones globales dentro de cada geografía.
La puesta en marcha de HPE Next y el compromiso de recortar costes durante tres años por valor de 1.500 millones de dólares (de los que 400 millones se reinvertirían en innovación) pueden considerarse como el programa de actuación de Antonio Neri a partir de febrero. De cara al año fiscal 2018 la compañía no ha querido publicar previsiones (excepto un compromiso genérico de beneficio por acción). Sin embargo, ha advertido que el primer trimestre – el actual – no va a cambiar las tendencias operativas.