Tras cinco años de crecimiento negativo, la filial española del grupo Vodafone se ha recuperado por fin: en los últimos tres meses, sus ingresos totales han crecido el 1% y sus ingresos por servicios – la base realmente comparable – un 4,6%. António Coimbra, consejero delegado de la empresa, se muestra satisfecho en una conversación previa a su ponencia, ayer, en el 30º Encuentro de las Telecomunicaciones, que estos días se celebra en Santander. No sólo por sus números, sino porque el mercado español en su totalidad ha cambiado de signo, y lo considera fruto de las inversiones de los últimos años. “Hoy el mercado es más sano y está mejor preparado para el futuro”, dijo nada más sentarse.
¿Significa que la situación se ha estabilizado, que se puede ser optimistas?
Afortunadamente, la situación no es comparable a la que hemos vivido en los últimos años. El mercado está remontando, y puede decirse que está consolidado, con tres competidores fuertes, todos convergentes, y ahora el cuarto operador también aspira a tener una oferta convergente. En cuanto a Vodafone, hemos pasado de ser un operador sólo móvil a llegar con fibra a 9 millones de hogares, hemos lanzado masivamente 4G como base de nuestra oferta de comunicaciones móviles y hemos trasformado radicalmente la relación con los clientes.
¿Qué factor ha sido el más importante, el fundamental?
Nunca se sabe bien. Pero creo poder decir que en nuestro caso ha sido la inversión en redes 4G y en fibra, que nos ha permitido revolucionar los servicios que ponemos al alcance del cliente. Al final, el esfuerzo está recompensado por el liderazgo en los indicadores de satisfacción.
¿El reparto actual del mercado refleja esos progresos?
Grosso modo, la fórmula del mercado es 50-20-20-10. Podríamos sacar pecho hoy o mañana, pero estos son los grandes números: un líder ´incumbente` con la mitad del mercado, seguido por dos competidores también convergentes con un 20% cada uno y otro 10% en manos de todos los demás […] no esperamos que las proporciones se alteren: es poco imaginable que nadie, en este entorno competitivo, pueda dar un vuelco de cinco puntos a la tabla.
¿Qué balance hace hoy de la compra de Ono?
Nos ha permitido dar un salto en la convergencia. Teníamos un plan anterior, que nos hubiera llevado tres o cuatro años, pero la compra de Ono ciertamente fue una aceleración. El lanzamiento de Vodafone One es una de las consecuencias: dos millones de clientes convergentes están servidos con la fibra de Ono.
¿Qué experiencia ha dejado el esfuerzo inversor del proyecto Spring?
La compra de Ono no lo ha frenado en absoluto: ha sido una inversión adicional. Como es natural, la inversión en fibra tuvo que ajustarse, igual que hizo Orange, un competidor con el que compartimos despliegues de fibra, cuando adquirió Jazztel. Han cambiado las prioridades, pero no por eso hemos frenado Spring […]
Hay plazos comprometidos.
Estaremos pendientes de algunos detalles de la nueva regulación de la fibra bajo la modalidad VULA [Virtual Unbundled Local Access] en las zonas llamadas competitivas, donde no podemos menos que desplegar red propia. En nuestra estimación, esos 66 municipios abarcan 11 millones de hogares, de manera que, como tenemos 9 millones, tendríamos que desplegar 2 millones más. Se hará entre este año y el que viene. Seguramente no será el 100%, porque en algunas zonas no tendría interés económico, pero sin duda estará por encima del 90%. En las zonas no competitivas, el regulador todavía tiene que aclarar algunos puntos. Hay una oferta reglada a través de NEBA [Nuevo servicio Ethernet de Banda Ancha], y la habrá con VULA en el futuro, pero el factor perturbador es el precio, y esperamos que las cosas se aclaren antes de abril o mayo de 2017.
¿Qué proyección futura de esos planes hacen ahora mismo?
Queremos, en marzo de 2019, ser reconocidos como una compañía que cumple tres criterios: satisfacción total, convergencia total y digitalización total. Para poner en marcha esos objetivos a tres años, ahora mismo tenemos a toda la compañía de junio a setiembre montando un plan. Este mes de septiembre, en nuestra reunión de estrategia anual, aprobaremos su ejecución a partir del próximo marzo, con el cambio de año fiscal.
Es imperativo hablar de regulación. No parece que sea este un período de sobresaltos, pero ¿qué asuntos preocupan en este momento a Vodafone?
Yo diría que son dos. El que más nos preocupa es la regulación de las redes fijas de nueva generación, porque queremos que se clarifiquen detalles como las condiciones de acceso a VULA. Mientras no conozcamos las condiciones en las que vamos a poder competir en todas partes, no podemos bajar la guardia. Actualmente, con NEBA, podemos tener una oferta excepcionalmente, pero no podemos competir con el ´incumbente`; es la razón por la que nuestra expectativa está puesta en VULA.
Pero, ¿qué esperan de la CNMC?
Nos parece acertado el criterio del regulador que distingue entre zonas competitivas y no competitivas, porque estas últimas no serían rentables para el despliegue de dos o tres redes, sería un absoluto despilfarro. Vemos bien que se prime la inversión en las zonas competitivas mientras se promueve la competencia en el resto del territorio. Es un planteamiento equilibrado […]
¿Siempre con servicios convergentes?
Estamos en un mercado convergente, y sabemos que el ´incumbente` juega con la palanca de la televisión, empaquetando el fútbol y otros contenidos […] por lo que resulta prácticamente imposible competir de tú a tú con Telefónica. Nosotros ofrecemos TV e invertimos en contenidos: fútbol, Netflix, HBO, series, etc. en Vodafone One, y vamos a invertir más todavía. Pero, tal como se ha diseñado VULA, servir esos contenidos sería ruinosa en ciertas partes de España.
¿Por qué?
Porque para eso necesitamos multicast [técnica que manda el mismo stream a todos los usuarios a la vez, mientras que unicast es un stream de bits para cada cliente, y por tanto se dispara el volumen de tráfico]. Hemos pedido a la CNMC que, para garantizar la competencia, obligue a Telefónica a que nos dé cuanto antes capacidad multicast. Está prevista en la fase 2, pero esto nos llevaría a 2018 o 2019.
Ha dicho antes tener dos preocupaciones regulatorias…
Bueno, la segunda es el precio. La CNMC debería garantizar que el precio mayorista sea replicable, que permita competir en las zonas no competitivas. Además, nos preocupan, o nos siguen preocupando, los contenidos de televisión. Por la sencilla razón de que Telefónica controla más del 80% de cuota de mercado desde que compró Canal+, y las condiciones que le ha puesto la CNMC nos parecen insuficientes: que a un operador con esa posición de dominio se le diga que sólo tiene que compartir el 50% de los contenidos Premium, francamente… Creemos que debería ser el 100%, no el 50%.
Hay una crítica recurrente a la cuantía que pagan los operadores por los derechos del fútbol. ¿Cuál es la posición de Vodafone?
Sencilla: el modelo es insostenible. El cliente tendría que pagar unos 50 euros al mes por disfrutar de la oferta de fútbol, y lo que en realidad está pagando son 6 euros. Claramente insostenible. Incomprensiblemente, se ha creado una situación en la que un operador tiene que optar entre perder mucho o perder muy mucho. No ganar o perder, porque con el fútbol siempre pierde.
¿Podría abstenerse de ofrecer ese contenido insostenible?
No hacer nada sería peor aún. Puesto que mis competidores lo han contratado, yo correría el riesgo de perder clientes. Es magnífico para que ciertos actores del mercado maximicen el valor de los contenidos, que poseen. Lamentablemente, para el usuario no es visible la insostenibilidad del modelo, por eso las consecuencias podrían ser peores. .
Hay otra discusión en torno a la política europea de neutralidad de red ¿Qué comentario le merece?
Esa discusión es correlativa a una normativa que el BEREC [Body of European Regulators] aprobó en noviembre y entró en vigor en abril, pero meses después el propio BEREC ha creído necesario explicar cómo debe ser interpretada, lo que ya es algo muy raro. Al final, los reguladores tienen la última palabra, en nuestro caso la CNMC […]
Pero el grupo Vodafone es uno de los firmantes del manifiesto crítico con la posición de BEREC […]
Lo que dice el manifiesto de julio es que dentro del principio de neutralidad de red hay margen para evitar el daño a la inversión que Europa necesita.