El contexto no podría ser más favorable: tras un año de caída en las ventas de servidores, los fabricantes han tomado nota de que el ciclo ha cambiado de signo, y la demanda vuelve a crecer. Más de un millón de equipos han estirado su vida esperando el final de la recesión, según Gartner, y serán pronto reemplazados por otros más potentes, más eficientes…y más baratos. Y quien dice servidores, dice microprocesadores: un 40% de la base instalada lleva anacrónicos chips de núcleo único; es en esta coyuntura que resurge AMD con nuevo brío financiero para recuperar cuota de mercado con su nueva serie Opteron 6000 de ocho y doce núcleos, más conocida como Magny-Cours.
¿Magny-Cours? Para quienes no son aficionados al automovilismo – ni clientes del Banco Santander – digamos que es el autódromo donde hasta 2008 se disputaba el Gran Premio de Francia de Fórmula 1. AMD tiene por costumbre identificar sus desarrollos con los principales circuitos de F1, con la consecuencia de que esos códigos luego prevalecen sobre el nombre oficial del producto. Magny-Cours forma parte de la plataforma Maranello (sede de Ferrari) y el año próximo será reemplazada por Interlagos (ver ilustración).
En el mercado de servidores, 2009 se cerró con descensos del 16;6% en unidades y 18% en valor, pero el cuarto trimestre ya marcó un punto de inflexión que se está confirmando en 2010. Aumenta el volumen de datos que han de ser procesados, el cloud computing está en auge y esto, junto con las técnicas de virtualización, requiere una nueva generación de servidores. Ahí está el origen de la frenética carrera entre Intel y AMD por renovar sus catálogos para esta categoría de equipos. A finales de marzo, con 48 horas de diferencia, ambas compañías mostraron a la prensa sus novedades: Xeon 7500 (arquitectura Nehalem EX) por parte de Intel, y Opteron 6000 (Magny-Cours/Maranello) por AMD, y no serán las últimas del año.
Los adversarios han subido la apuesta con argumentos de marketing que no difieren demasiado: según Intel, con uno de sus 7500 se puede reemplazar hasta 20 chips de un solo núcleo, mientras AMD sostiene que sus procesadores de doce núcleos son más baratos que los de cuatro y seis núcleos de su competidor. Esta discusión sobre la relación precio/rendimiento es un clásico: la paridad de rendimiento se cortó con los primeros Opteron, y la efímera superioridad obligó a Intel a acelerar sus desarrollos, pillado a AMD con el pie cambiado. Ahora bien, en cuota de mercado, no hay tal paridad: Intel es el líder y esto implica que AMD enfatiza otro componente de la ecuación, el coste por vatio. Según dijo uno de sus vicepresidentes, Patrick Patla, durante la presentación a la prensa europea, AMD se compromete a un 40% de ahorro en el consumo de energía de los centros de datos equipados con sus nuevos chips.
Claro está que los fabricantes de servidores son sensibles a este argumento, en esta fase de renovación del parque. IBM y Fujitsu proclaman su fidelidad a Intel, y lo mismo hacen Sun – ahora propiedad de Oracle – y el recién llegado Cisco. Dell no ve necesidad de decantarse, y por tanto mantendrá una oferta dual. Pero AMD ha ganado un aliado de peso con el anuncio de HP, cuya gama ProLiant G7 estará exclusivamente equipada con Opteron 6000. Un caso peculiar en este panorama es el grupo Acer, cuya marca Gateway ha trazado para una estrategia de estrecha cooperación con AMD en este mercado, al tiempo que mantiene sus relaciones con Intel en otras gamas de productos.