12/04/2010

Alfredo Canteli

Director de Desarrollo de Negocio. Motorola España

La conversación con Alfredo Canteli tuvo lugar en febrero, pero sus elementos conservan plena vigencia.Fue una charla intensa y prolija, y hasta puede que algún lector la encuentre larga a primera vista, pero su lectura gana con la expresividad didáctica de Canteli. La transcripción omite un capítulo relacionado con la estrategia de terminales, que Motorola centra en Android. Es bueno  añadir que, con posterioridad a la entrevista, la compañía ratificó su intención de segregar una de sus divisiones antes de finales de año, si bien en las últimas semanas circulan versiones sobre otra configuración empresarial. El asunto quedó al margen de la entrevista.

 canteli

 

Desde mediados de 2009, se han acelerado los proyectos LTE de muchos operadores. ¿Por qué ahora?

Estamos en la misma situación que hace diez años, cuando lo que se nos venía encima era la 3G, que veíamos como la evolución natural de GSM y empezaban a ver de qué iba el negocio de datos en los móviles. Ahora todos admitimos que 4G es una evolución natural de los operadores que hasta ahora dan servicio UMTS. Pero hay que distinguir dos grupos de operadores. Unos actúan guiados por una necesidad que no tienen cubierta, el mercado les demanda servicios de banda ancha que no pueden dar con UMTS, y por esto se embarcan en LTE. Otros saben que LTE va a ser su camino natural si no quieren perder el hilo y tener que ir detrás de los anteriores. Todos van a probar LTE, pero sólo unos pocos van a desplegar redes en uno o dos años.

Casi cada semana se anuncia una prueba piloto. ¿Está diciendo que hay más ruido que nueces?

Prácticamente todos los operadores han publicado sus planes piloto, pero muy pocos van a hacer despliegues este año, no llegan a una docena. Como digo, sólo aquellos que tienen que cubrir una necesidad. ¿Qué pasa? Que UMTS está por debajo de las expectativas que había generado en los años de definición del estándar, y en lugar de ser global, como se pretendía, muy rápido se vio fragmentado y, por su configuración, sufre lo que se llama “respiración de celdas”: cuantos más abonados tiene una red, más pequeñas se vuelven las celdas, menos alcance tienen, y entonces hay que desplegar más celdas […] y se reduce la densidad de la red. Esto obliga a invertir más en estaciones base, o a decantarse por una nueva tecnología que promete resolver gran parte del problema. Estos son los operadores que van a desplegar LTE en 2010 y 2011, porque se ven en la necesidad de ampliar su capacidad de datos.

¿No se puede conseguir ampliando y mejorando UMTS?

Muchos piensan que no merece el esfuerzo, cuando hay otra tecnología muy avanzada. Una de las premisas de LTE es que resulta más fácil de mantener […] por lo tanto, LTE es lo que muchos operadores esperaban: aumenta la capacidad y solventa los problemas. Y, además, porque recorta el opex, porque una de las premisas de LTE es que requiere menos mantenimiento.

Esto relativiza la idea de la aceleración.

En cierto modo, sí. El ritmo de la tecnología y de su puesta a disposición de los clientes no ha variado. Ningún fabricante se ha visto forzado a acelerar sus planes por causa de la presión de los operadores a favor de LTE. En parte, la crisis global influye en que planes que había en 4G se van a reducir o en algún caso se van a eliminar. La parte que ahora se está acelerando son las alternativas a LTE: todos los fabricantes estamos tratando de extraer lo máximo posible a UMTS a a través de HSPA+.

¿Sólo los fabricantes o también los operadores?

Aquí hay visiones contrapuestas. Un operador que quiera mejorar su capacidad de red no va a adoptar todos los mecanismos que HSPA+ le da. Porque la parte de inversión más gorda al desplegar una red nueva es poner las estaciones base y las antenas; el resto es enchufar y desenchufar tarjetas. La parte del león son las antenas, y muchos operadores se están planteando que quizá no van a desplegar HSPA+ en su totalidad.

¿Entonces, qué harán?

Aunque los vendedores les estamos ofreciendo un HSPA+ completo, algunos retrasan esa solución y prefieren subirse a las pruebas piloto de LTE.

Hay un riesgo de quedarse atrapados en la transición…

Clarísimo. Una de las cosas que planteamos, y que comparten muchos clientes, es que no pueden quedarse parados mientras la demanda de datos sigue aumentando seis y hasta catorce veces cada año, dependiendo del país y del operador. España, en concreto, marcha unos pasos por detrás, todavía no somos un mercado maduro para los datos en redes móviles. De hecho, ninguno de los operadores tiene hoy saturación en sus redes móviles, y no se espera que la tengan en los próximos dos o tres años.

Insisto, ¿entonces, qué harán?

Lo que sucede es que los operadores tienen que empezar a tomar decisiones que quizá preferirían postergar. Si no ofrecen una mejora en la tasa de datos en zonas de alta densidad, en las que se están acercando al número máximo de abonados a los que puedan servir con una tasa interesante […], si no toman esa decisión, habrá abonados que se vayan con otro operador. Y si retrasan la decisión o no aciertan estratégicamente, será fácil que la calidad del servicio empeore, y pierdan abonados. Esto ocurre ahora por una razón fundamental: no son los teléfonos móviles, todavía, sino los portátiles. Desde mediados del año pasado, en el mercado abundan los portátiles con capacidad celular, a los que se conecta un USB. Y son justamente estos dispositivos los que más ancho de banda exigen, porque sus pantallas más grandes y permiten hacer muchas más cosas, como conectarse a redes privadas virtuales […]

[…] lo que dispara el consumo de capacidad de las redes.

Estos son los primeros dispositivos que nos dan información sobre cómo va subiendo el consumo en cada una de las redes. Y esos datos son un estímulo para migrar a LTE, porque los primeros terminales LTE disponibles van a llevar conectores USB. Esta migración de los portátiles a las redes celulares es de gran importancia para los movimientos estratégico de un operador que dude entre seguir invirtiendo en HSPA+ o moverse parcialmente hacia LTE. Nosotros estimamos que el ahorro de costes en mantenimiento va a ser sustancial en LTE.

Ante esta disyuntiva, ¿a qué carta se quedan los fabricantes?

No hay un caso único de migración a 4G, un camino que todos los fabricantes vayan a recorrer a la vez, o en el todos los operadores vayan a estar en sincronía. Si recordamos la introducción de 3G, fue un furor al unísono: concursos de licencias, instalación de redes, todo en un período corto, dos años más o menos. Ahora es completamente diferente: los operadores van a decidir, uno por uno, hacia dónde moverse y sobre todo a qué ritmo. Aquel fabricante que ponga todos sus huevos en una cesta, lo pasará mal, porque esta vez no hay un camino trazado. La 4G es otra cosa, un despliegue granular, guiado por casos de negocio, en el que no te puedes jugar todo a una apuesta por LTE: tienes que guardarlas para las tres redes fundamentales: LTE, HSPA y en menor medida WiMax.

Antes de seguir: LTE plantea retos importantes en materia de espectro…

Sí, plantea retos que, para algunos operadores, son muy complejos. Con LTE pasa lo mismo que con cualquier otra tecnología celular: cuanto más alta sea la frecuencia en la que emita, peor será la propagación y menor el rango de celda que puede servir; cuanto menor sea la frecuencia en la que emita, mejor será la propagación y menos estaciones base se necesitarán para cubrir un territorio. Esto hace que LTE sea interesante, por ejemplo, en la banda de 900, pero hoy está totalmente ocupada por GSM, y seguirá ocupada en parte después del refarming […] Si no se quiere tocar a los abonados en las bandas inferiores, que son atractivas, y se quiere servir a los núcleos urbanos en bandas más altas, ocurre que LTE va a tener perfiles en las bandas de 3,5 Ghz, que en España no están reguladas todavía.

Menudo panorama.

Va a haber operadores que se vean en la siguiente tesitura: ¿mantengo las estructuras en el espectro que ahora tengo, y juego en esas zonas a poner LTE?, ¿o me postulo a una de las nuevas licencias por una banda diferente, los 2,5 Ghz, a riesgo de perder cobertura pero dar servicio en las zonas urbanas?

¿?

Como LTE fue diseñado para ser un estándar global, tiene perfiles de 900, en 2100, en 2500, y en bandas inferiores como pueden ser las que resulten del dividendo digital. Si yo fuera operador, tendría que atender a dos variables: la configuración actual de mi red, y las frecuencias de las que dispongo. Y recordemos que el dividendo digital es interesantísimo, pero no se repartirá antes de 2012, y no se sabe con qué criterios.

Cuando se habla de los suministradores de LTE, aparecen otros fabricantes, pero no Motorola. ¿Puede ser consecuencia de la apuesta inicial por WiMax?

Vamos por partes. Cuando Motorola decidió involucrarse en WiMax, las redes UMTS no habían evolucionado como lo harían después, eran totalmente planas e incapaces de ofrecer las tasas de datos que algunos de nuestros clientes demandaban. Entonces, Motorola se subió al carro de WiMax para que sus clientes pudieran dar tasas de datos impensables en ese momento, propias de lo que hoy llamamos 4G.

Fue una apuesta audaz, a la vista de los resultados. Tengo grabada nuestra conversación de 2008 …

Motorola no se guiaba por una fe ciega o porque pensara que WiMax fuera a ser el estándar dominante, sino para cubrir una demanda de mercado que no estaba cubierta por otro estándar del momento. Como no había nada más en 4G, la idea de Motorola era que si pudiera tener algo superior a 3G, debía apostar por esa tecnología. Lo que veíamos es que los operadores que tenían redes UMTS no percibían saturación ni necesidad de aquello que nosotros teníamos en mente.

La pregunta es si Motorola ha abandonado sus planes sobre WiMax.

No, qué va. De hecho, en las cuentas de Motorola la compañía está escrito que hemos facturado 600 millones de dólares exclusivamente en equipamiento WiMax, una cantidad no despreciable. Pero, como muchos de nuestros clientes eran también operadores celulares, decidimos desarrollar LTE como otro producto de nuestra cartera. Esto no significa que vayamos a competir con Ericsson, Alcatel-Lucent u otros […] no tenemos la escala. Nuestra estrategia no es disparar contra todo lo que se mueve, para decirlo coloquialmente.

Mi impresión, a juzgar por las noticias, es que no se ve el compromiso de Motorola con LTE […]

Uno puede entrar al mercado a competir con todos o enfocarse en ciertos operadores que sirvan como referencia. LTE, en su afán de ser un estándar global, cubre todas las bandas de frecuencia disponibles y todos los anchos de banda, todas las técnicas de modulación, etcétera. Una de nuestras referencias, la primera que hemos publicado, es el operador japonés KDDI, que tiene instalados nuestros equipos en las bandas de 800 y 1500. Entonces, en vez de generalizar LTE como una oferta única, mantenemos un área de negocio que es muy rentable, WiMax, y la complementamos con LTE a menor escala, para determinados operadores […]

¿Alguna otra referencia, además de KDDI? ¿Alguna en Europa?

Una política de Motorola es no dar a publicidad ningún piloto, por lo que las experiencias que estamos haciendo con operadores europeo son desconocidas para el público. Lo que puedo decir es que son más de las que se pudiera pensar.

¿Qué relación hay entre esta estrategia y la reorganización de Motorola, su anunciada intención de desprenderse de alguna pieza resultante?

A día de hoy, somos una Motorola, y cada una de las tres unidades de negocio tiene sus objetivos propios, y evidentemente tratamos de aprovechar las sinergias donde las haya. Si el mercado de la telefonía móvil demanda terminales con capacidad HSPA, pero no muestra interés en LTE, evidentemente en la situación que vive la compañía, no saldremos como el primer fabricante que tiene un teléfono LTE, que no nos ayudaría a recuperar volumen y nos distraería de otros objetivos. Mientras tanto, en la parte de redes, sí que estamos persiguiendo en desplegar LTE, porque es un objetivo que no chocan con la división mobile devices. Ahora bien si las redes van a desplegarse en base a terminales USB o procesadores embebidos en los portátiles, ahí entra otra de las áreas de Motorola, la que llamamos silicon units: hemos desarrollado un chipset que es común a mobile devices y a home networks, que se puede embeber en un teléfono móvil, en un terminal USB, en un portátil o en un dispositivo del hogar que necesite estar conectado, por ejemplo un navegador de automóvil. Mantenemos objetivos diferentes, por la situación actual de la compañía, pero no son objetivos que colisionen entre sí.


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