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  27/10/2025

Alberto Pascual

Presidente de Asociación@aslan

Desde el cisma del 2016, cuando las tres telecos – seguidas por varios de sus proveedores – se marcharon de Ametic, la asociación que amalgamaba a las empresas de las TIC en España, la representación institucional del sector sigue atomizada. Y todo indica que la situación es irreversible en un segmento de la economía española que facturó 138.000 millones de euros el año pasado. Este preludio fue la premisa de una prolija conversación con Alberto Pascual, presidente de la Asociación@aslan fundada en 1989 con objetivos ajenos a la divisoria de aguas. Que empezó así: “nuestras 202 asociadas abarcan todas las áreas del espectro tecnológico y, dentro de cada una de ellas, creemos que están las más representativas”.

Alberto Pascual

Mientras venía, me propuse empezar por una pregunta sobre la calidad de la representación del sector tecnológico en un paisaje asociativo fragmentado, algo que no es corriente en España. Le propongo que justifique la existencia de Aslan en este contexto.

Con mucho gusto. Ahora que se habla tanto de propósito, es oportuno recordar que Aslan nació con un propósito que sigue vigente por encima de las circunstancias a que alude: se trataba y se trata de divulgar las tecnologías, de inspirar lo que conocemos como agenda digital. Y lo hacemos mediante distintas vías, de manera que, a lo largo de los años Aslan ha conseguido la mayor representatividad posible, abarcando las diferentes áreas del espectro tecnológico y, dentro de cada una, tener como asociadas a las empresas más significativas. Luego, cada empresa, en función de sus intereses, escoge distintos vehículos asociativos.  En bastantes casos, pertenece a más de una asociación.

Ha dicho que el propósito de Aslan es la divulgación. En esto difiere de lo que proclaman otras asociaciones que están más enfocadas en un papel institucional.

No exactamente, pero comprenda que es natural que cada una entienda su papel a su manera. Nosotros, de la mano de nuestras empresas asociadas, identificamos las tendencias que creemos van a ser dominantes y, a partir de ahí trazamos un calendario de actividades. Para cada una de las tendencias identificadas, normalmente organizamos un foro, por lo general cinco cada año. Por otra parte, montamos un tour tecnológico que recorre las principales comunidades autónomas con el mismo afán, además de reunirnos regularmente con empresas usuarias de tecnología y con responsables de la definición de políticas que afectan o puedan afectar al sector.

¿Quiénes representan a las empresas dentro de Aslan? Lo pregunto porque alguna experiencia pasada me sugiere que ahí está la clave del aprovechamiento del asociacionismo, en la o las personas más que en nombre o la marca de la empresa asociada […]

Hasta no hace mucho, Aslan era una organización de tecnólogos para tecnólogos. Dentro de la asociación contamos con una comunidad de CIOs, que son los más indicados para promover las tecnologías, pero al fin de cuentas, los consejos de administración son los que deciden la viabilidad de las estrategias tecnológicas en el sector privado.

Exploremos esa idea: una asociación de tecnólogos para tecnólogos decide abrirse a otras instancias de la sociedad para cumplir sus objetivos en interés de sus asociados. Es una vieja historia: hay tecnólogos que han ganado poder dentro de las empresas y hay tecnólogos a los que se les pide que hagan cosas y molesten poco con peticiones de más presupuesto [risas] ¿Cuál es su punto de vista?

Digamos que, sin perder nuestra interlocución preferente con los tecnólogos, nos proponemos ser sus aliados a la hora de defender sus posiciones ante el consejo de administración o, en su caso, la instancia política que corresponda si se trata de una administración pública. Sí, así es: estamos elevando el nivel de interlocución. Para dirigirnos a un consejo de administración y a la propiedad de una compañía, hace falta trabar alianzas. ¿Quién mejor que la CEOE como aliada para hablar con ellos?

¿Aslan es miembro de CEOE?

Asumí la presidencia hará dos años en enero y lo primero que hicimos fue asociar a Aslan a la CEOE. No solamente para buscar líneas de colaboración, como hacemos en eventos como el que vamos a tener estos días en Santiago de Compostela, sino porque nos permite convocar a usuarios de tecnología de la mano de la CEOE. Por otro lado, creemos tener algo que decir en ciertas comisiones dentro de la CEOE.

Supongo que en la de Sociedad Digital […]

Supone bien, ahí estamos. Con una amplia representación en esa comisión, que preside una personalidad de tanto prestigio como Julio Linares.

En relación con las autoridades, ha hablado de inspirar. Un verbo curioso: ¿significa que Aslan trata de influir en los poderes públicos a distintos niveles?

Es el verbo correcto, creo. Elaboramos informes que compartimos con el sector y hacemos una labor de capacitación entre las asociadas. Hoy mismo, estamos celebrando en Madrid un evento vertical con directores de marketing y desarrollo de negocio. Es un buen ejemplo: hablaremos de la colaboración entre marketing y ventas, un debate clásico entre ambas funciones dentro de las empresas, que con el tiempo ha ido adoptando nuevos matices. Estos foros promueven el diálogo entre profesionales, con un valor formativo explícito. Ya que lo digo, también colaboramos con dos escuelas de negocios, IESE y el IE.

Volviendo al plano institucional: ¿se involucra la asociación en las discusiones sobre regulación o las deja en manos de otros?

[…] Es algo reciente para nosotros. Tradicionalmente, Aslan no se involucraba en asuntos regulatorios; hoy sería imposible no estar atentos a un fenómeno que tanto preocupa a las empresas asociadas porque es un dato fundamental de su entorno. ¿Me dirá que ese papel ya está cubierto por otras asociaciones y es cierto, pero creemos que es bueno que a los organismos regulatorios lleguen distintos mensajes o llegue el mismo mensaje por distintas vías. Si hay un alineamiento entre asociaciones, tanto mejor. Es un asunto emparentado con la gestión de los fondos Next Generation, por ejemplo […]

Interesante parangón […]

Había una inquietud patente entre las asociadas: cuando llegasen los fondos europeos, cómo influirían sobre los mecanismos de contratación pública establecidos, para acortar los tiempos y simplificar los procedimientos. Por lo tanto, nos pusimos a elaborar un documento con recomendaciones que compartimos públicamente y que hoy puedo decir que ha tenido éxito, que ha cumplido las expectativas […]

¿Fue compartido con las autoridades, quiere decir?

Por supuesto. Se trataba de un documento de Aslan, pero pretendía reflejar un sentir coincidente con otras asociaciones. Y cuando digo que tuvimos éxito, pongo como ejemplo a Cataluña, que ha pasado de una estrategia de compras públicas con arreglo a acuerdos marco que duraban equis años a nuevos sistemas dinámicos que han agilizado mucho los procesos.

El CTTI (Centre de Telecomunicacions i Tecnologies de la Informació) es un organismo de la Generalitat que, si no me equivoco, no existe en ninguna otra CCAA […] Me parece una diferencia que dice mucho.

Precisamente. Hemos tratado de promover en otras comunidades organismos con atribuciones similares o parecidas a las que tiene el CTTI catalán. La verdad, como ha dicho, es que no es fácil. Pero hay organismos que van en esa línea sin ser una copia del CTTI. Además, hemos promovido un diálogo entre esos organismos y en nuestros tours tecnológicos procuramos trasladar mensajes de unas comunidades a otras. Veo como resultado positivo que los responsables de tecnología de las CCAA se reúnan, todavía informalmente, con disposición a compartir experiencias.

Sigo dando vueltas a la representación del sector, no puedo con el genio [risas] Iba a preguntarle si hay líneas cruzadas con otros segmentos del mercado […] Pienso en las telecos, que desde hace ocho años tienen su propio vehículo, DigitalES […].

El mundo de las telecomunicaciones está fuertemente regulado y en consecuencia tiene sus propios caminos, distintos a los de las empresas de TI. Pero luego resulta que en el ecosistema de proveedores de esos operadores hay muchas empresas que están asociadas a Aslan. No sé si es lo que ha llamado líneas cruzadas […]. Por otra parte, los operadores están adquiriendo una nueva dimensión, se abren a líneas de negocio de integración tecnológica más allá de su negocio tradicional, por lo que encuentran en Aslan un hábitat donde hay socios adecuados para sus proyectos.

A propósito de la alianza buscada con CEOE […]  esta confederación tiene vínculos directos con la política allá donde se genera, en el parlamento y los partidos políticos. ¿Participa Aslan de esa corriente?

Cada uno tiene su lugar. Desde luego, nos interesa que nuestras posiciones sean conocidas en el ámbito institucional a todos los niveles. Hemos empezado de manera tímida, aceptando formar parte de los consejos consultivos que algunas CCAA están promoviendo. Formamos parte del credo por la Comunidad de Madrid en materia de digitalización, que es muy activo. El caso de Cataluña ya lo he comentado.

En filigrana de algunas de estas cuestiones se trasluce una pregunta obvia, si el sector de las TI está bien financiado.

Evidentemente, cuando una tecnología ha dejado atrás su fase de despegue, el negocio tiene que ser rentable, requiere captar capital y este no necesariamente toma la forma tradicional de financiación bancaria […] Ahora, si me pregunta por la financiación de la innovación, entiendo que nos separa una distancia de otros ecosistemas más volcados en el emprendimiento, en los que el estado y la colaboración público/privada son esenciales […] El crear algo nuevo exige quemar muchísimo dinero hasta dar con la tecla adecuada.

[…] me refería al capital público, tanto español como de los fondos europeos. 

Casi podría decir que detrás de cada gran tecnología de las que hoy soportan las grandes corporaciones que podemos tener en mente, han sido desarrolladas en ecosistemas con dinero público. En este plano nos falta, creo yo, normalizar esa inyección que hemos tenido gracias a los fondos Next Generation. No olvidemos que, de lo que son ayudas directas, no préstamos, en torno a unos 80.000 millones de euros, a día de hoy no hemos sido capaces de aprovechar unos 25.000 millones porque no estaban bien establecidos los cauces para ello.

Ese debate está sobre la mesa, aunque no siempre objetivamente; ha sido invadido por la política en su acepción ordinaria […]

Lo que nos dicen es que en muchos casos los plazos no son realistas o bien que hay empresas que temen pillarse los dedos y no ser capaces de cumplirlos, con lo que a la hora de justificar los resultados podrían acabar perdiendo dinero. Es verdad que estábamos en una situación de emergencia y hubo que sacar adelante un programa buscando su ejecución rápida […]

¿Quién lo dice?

Algunas comunidades autónomas se quejan de no haber sido partícipes de la elaboración de los planes. En cuanto a las empresas, nos transmiten que, debido a la complejidad de la gestión de esos fondos, ha habido quienes tiraron la toalla a mitad de camino, como ha ocurrido otras veces en el pasado. Y es una pena.  Evidentemente, la Unión Europea ha sido muy garantista a la hora de asegurar que esos fondos no se malversaran, por lo que ha establecido unas reglas de juego tan rígidas que pueden haber influido actitudes como esa.

[…] Mientras tanto, el capital privado no está disponible o lo está para otros proyectos o a menudo en condiciones menos favorables.

[…] Otros sistemas de emprendimiento gozan de una ventaja sobre el español, ya que no tenemos una estructura adecuada de capital riesgo. Y me atrevería a decir que esto ocurre en buena parte de Europa. La regulación del mercado de capitales en Europa puede atar de manos a las empresas en muchas cuestiones.

La crítica a la inexistencia en la UE un mercado de capitales que funcione al unísono está en los informes Letta y Draghi y, por el momento, ha sido desoída.  Alguien dirá que tenemos otras urgencias […]

Creo que falta algo y es que somos un continente caracterizado por un celo regulatorio que se expresa mediante la transposición de las directivas europeas, cuya tramitación es larga y compleja […] seguida de un período de aplicación. Esto hace que nuestra interlocución sólo tenga sentido si quien se sienta a la mesa puede ejercer influencia sobre quienes de verdad emiten la regulación de que se trate.

Le recuerdo que es un espacio en la práctica dominado por fondos de inversión, alguno de ellos muy poderoso. Bajo distintas modalidades, unos buscan un retorno calculado y planificado, que se aseguran a cualquier precio; otros o los mismos, piensan más en la remuneración de los gestores del capital que en el interés de las empresas receptoras.

No quiero repetirme, pero esa es una de las carencias que tiene la financiación de la innovación. Hay que partir de la premisa de que sólo uno de varios intentos puede prosperar, pero los inversores que usted menciona pocas veces operan con esa mentalidad. Conjugar varios intereses no es sencillo y en este caso suele llevar a modelos intervencionistas en la gestión. La finalidad de minimizar el riesgo es legítima, pero puede salir perdiendo la innovación. La economista Mariana Mazzucato ha escrito mucho sobre esto […]

Ya que la menciona, considere esta otra dimensión: las empresas que buscan el escudo del estado ¿han aprendido la lección y aplican modelos de negocio más propios de los que priman en el mundo?

No les queda más remedio. Surgen nuevos actores y los incumbentes tienen que reaccionar, adaptarse. De manera reactiva y por necesidad, vale, pero lo hacen.

Por un lado, es buena señal que surjan unicornios, pero también suele reclamarse la consolidación de empresas […]

Creo que, en general, la consolidación es innecesaria. Llevamos mucho tiempo obsesionados con el tamaño como un medio para elevar la productividad mediante economías de escala, quizá una asignatura pendiente en la empresa española. Si se tratara de eso, vamos con retraso mientras otros, que han andado antes el camino, se están dando cuenta de que hay modelos modernos más adecuados. Uno de los atributos de las compañías en crecimiento es que tienen personal bajo demanda, estructuras pequeñas y a la vez buscan alianzas para cubrir necesidades que pueden ser temporales o permanentes. A nuestro alcance, es lo que tratamos de promover desde Aslan.


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