El grupo sevillano Abengoa rompe los moldes de la desaceleración económica general, o eso es lo que sugieren sus resultados del primer trimestre. Un 17% de beneficio neto, equivalente a 41 millones de euros, no es común en estos tiempos. El secreto, que no es tal, está en dos factores: presencia internacional y diversificación. Energía solar, biocombustibles, desalación y transmisión de energía son actividades poco o nada afectadas por el ciclo económico recesivo, al responder a proyectos prioritarios, difíciles de aparcar y con suficiente respaldo político. Por otro lado, la expansión geográfica es un activo seguro para el grupo que controla la familia Benjumea.
Brasil, Argentina y Perú en América Latina, además de Argelia y Marruecos, son áreas en las que Abengoa ha obtenido un 36% de su cifra de negocios. En Estados Unidos – que junto con Canadá aporta otro 15% – la compañía espera crecer a favor de los proyectos energéticos de la administración Obama.
Si bien la actual Abengoa se ha alejado un tanto de sus orígenes, eminentemente ingenieriles, otro factor de su éxito radica, según palabras de su director financiero, Amando Sánchez Falcón, en la importancia que sigue dedicando a la actividad de I+D. Aunque está presente en la energía fotovoltaica, su gran apuesta en el campo energético se materializa en la planta termosolar de Sanlúcar la Mayor, así como en el proyecto que desde 2008 desarrolla en el estado de Arizona, con una potencia de 280 megavatios y entrada en servicio prevista para 2011. Las actividades de la compañía fuera de España, con tan buenos réditos, no paran ahí: ha conseguido entrar en otros dos países cuya sola mención indica un gran potencial: China e India.
Capítulo aparte merece la división de tecnologías de la información, menos importante estratégicamente. Se trata, en concreto, del futuro de Telvent, de la que Abengoa ha dicho – en noviembre del año pasado – estar dispuesta a vender su participación; mucha agua ha corrido desde entonces por el Guadalquivir. En marzo, cuando se daba por hecho un acuerdo con Indra, esta se replegó, sin que ningún otro candidato apareciera en escena. En mayo, Abengoa cedió el 9% de Telvent a un fondo canadiense, por 39 millones de euros, y en esta transacción con la que obtuvo una plusvalía de 13,1 millones. En cierto modo, ha servido de referencia para calcular cuánto podría obtener por la venta del 55% que retiene: no menos de 240 millones de euros y una golosa plusvalía en torno a 100 millones.