Francamente, el titular de ayer de El País (La era del pospecé se llama iPad) me ha parecido y exagerado, pero no disparatado: está en el ambiente la convicción de que los usuarios se decantan por una larga coexistencia entre las tabletas y una nueva generación de PC; el mercado suma, en lugar de restar. El informe de Gartner, también conocido ayer, pronostica que este año se venderán 368 millones de PC, un incremento del 4,4%, y en 2013 la cuenta subirá a 400 millones. Con estas cifras, se hace difícil validar la idea de la “muerte del PC”. La misma consultora estima que este año se venderán 103,5 millones de tabletas, que en 2015 serán 326 millones.
Ahora bien, está a la vista que los fabricantes de PC fueron pillados a contrapié por Apple, y que Microsoft tiene como gran asignatura pendiente la transformación de Windows en un sistema operativo capaz de competir con el iPad (y con las tabletas Android, que algo tienen que decir). En esas estábamos cuando reaparece Ray Ozzie, aquel al que Gates nombró sucesor como arquitecto de software de Microsoft, y con el que Steve Ballmer nunca llegó a congeniar. ¿Qué dice Ozzie, catorce meses después de abandonar la compañía? Leamos: “si Windows 8 consigue despertar la confianza de la gente en que realmente se trata de algo diferente, Microsoft tiene por delante un gran futuro”.
Pero esta frase no da para un titular de impacto, y entonces va un colega y escribe: “Ray Ozzie says the PC is dead”. No es eso lo que dijo, pero tiene gancho. Por cierto, ¿en qué aventura anda ahora Ozzie, que se hizo rico tras vender las dos compañías que fundó años atrás? Ha fundado otra, sobre cuya actividad ha sido parco; sólo ha dicho que su núcleo será la movilidad y las comunicaciones, y que su definición de movilidad incluye la Web y los sistemas cloud: “es apasionante explorar nuevos escenarios sobre cómo la gente se conectará entre sí”. Tampoco aclara mucho, pero desde luego no parece estar pensando en Windows.