9/05/2019

9 de mayo 2019

Parece estar próxima la autorización de la compra de activos de Liberty Global por Vodafone, cuyo eje de gravedad es el impacto que pudiera tener sobre el mercado alemán. A despejar la incertidumbre ayudará el acuerdo alcanzado entre Vodafone y Telefonica Deutschland, por el cual la segunda podrá dar servicios de banda ancha basados en la red combinada de la filial de Vodafone y Unitymedia – marca de Liberty Global en el país – que cubrirá 23,7 millones de hogares. El acuerdo satisface una de las objeciones planteadas por la Comisión Europea, que debería tomar una decisión antes de finales de junio.

Es pronto para echar las campanas al vuelo, pero la aprobación de esta transacción podría marcar una inflexión en la hostilidad de Bruselas hacia todo aquello que se interprete como luz verde a la consolidación del sector de las telecomunicaciones en Europa, por debajo de la cifra “áurea” de cuatro operadores por país. En este caso, el eje de gravedad es el impacto que pudiera tener sobre el mercado alemán, en otros podría esgrimirse otro argumento.

No obstante, la circunstancia no es del todo homologable al resto de la UE por dos peculiaridades del mercado alemán: la segmentación geográfica de la competencia y el fuerte peso de la infraestructura de cable que,  en la práctica, ha retrasado los despliegues de fibra.

Inicialmente, Vodafone y Liberty Global sostenían que al no solaparse sus zonas de operación, no cabía argumentar un recorte de la competencia, pero no fue suficiente para acelerar las cosas. Gran parte del ejercicio de convicción ha consistido en prometer que no se propone desplegar redes en el territorio de otro operador: “incluso juntas, las dos compañías serán la mitad de tamaño del operador incumbente; ya es hora de que el mercado adopte una dinámica de estímulo a la inversión”, puntualizaba el CEO de Liberty Global, Mike Fries, durante el reciente MWC.

La razón primaria de comprar esos activos es transparente: una estrategia ´convergente´ de empaquetamiento de servicios de banda ancha para desafiar el dominio de Deutsche Telekom y dejar en un plano inferior a Telefonica Deutschland. Una vez completada la compra, Vodafone se convertiría en el mayor proveedor de banda ancha fija y cable de Europa.

Tim Hoettges, CEO de Deutsche Telekom [el Estado retiene un 15% de participación] sobreactuó de entrada su oposición a la adquisición, llegando a sostener que conduciría a un monopolio de la TV por cable en Alemania. Posteriormente, rebajaría su crítica poniendo como única condición que ningún operador pueda desplegar nuevas redes en territorio asignado a un competidor, exigencia que había sido aceptada de antemano.

Más comedida fue la actitud de Telefonica. Su filial germana controla una cuarta parte del mercado de telefonía móvil, detrás de Deutsche Telekom pero por delante de Vodafone; sin embargo, está muy rezagada en la banda ancha fija, con una cuota del 6%. El CEO de Telefonica Deutschland, Markus Haas, declara que el acuerdo con Vodafone – condicionado a que la otra parte consiga la autorización para cerrar la compra – le permitiría “conectar millones de hogares adicionales con Internet de  alta velocidad […] y disponer de una extensa infraestructura para ofrecer productos de banda ancha, incluyendo nuestro servicio O2 TV”.

Cuando se asiente la tormenta de arena, el paisaje del mercado alemán empezará a cambiar. Vodafone heredará los acuerdos por los que Unitymedia prestaba servicio alquilando la red de Deutsche Telekom, mientras que Telefonica Deutschland tendrá asegurada la posibilidad de ganar escala gracias a que Vodafone queda obligada a darle acceso mayorista a su red. Otras objeciones, planteadas por los operadores de TV por cable, podrán solventarse con acuerdos fácilmente negociables.

Una de las preguntas recurrentes es en qué cambia la posición financiera del grupo Vodafone. La nueva CFO, Margherita della Valle, anticipa que la integración de los activos de Liberty Global [Alemania, República Checa, Hungría y Rumania] generará unas sinergias de 535 millones de euros anuales. Los ahorros de costes serán “similares” a los que el grupo obtuvo con las integraciones de Kabel Deutschland (2013) y la española Ono (2014). Las claves – dijo – serán la compartición de redes y sistemas, la optimización de compras y la supresión de funciones superpuestas, sin contar con unos 1.500 millones de euros en servicios cruzados a las dos bases de clientes. Cuando la transacción se consume, Vodafone espera que los servicios fijos y de TV pasen de representar el 29% al 35% de sus ingresos.


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