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  8/01/2015

8Ene

Un repaso superficial a la lista de expositores en el CES 2015 revela que una de cada cuatro empresas presentes es de origen chino. Normal, me dirán, puesto que todo consumidor tiene su casa llena de gadgets fabricados en China. La diferencia es que, salvo unas pocas excepciones, las marcas chinas son poco o nada conocidas en Estados Unidos – mercado al que se dirige la feria de Las Vegas – aun cuando sean líderes en su propio mercado. Ahí reside la clave del despliegue promocional de esta semana.

Según la consultora de branding Millward Brown, sólo el 6% de los estadounisenses sabe nombrar una marca china. El ranking de Interbrand de 100 marcas globales incluye sólo una china, Huawei. Los estudios de mercado apuntan que los productos chinos están asociados a un tríptico formado por las palabras falsificación, copia e inseguridad. De hecho, aunque Huawei ocupa el puesto 94º en el ranking de Interbrand, en la práctica sus productos están vetados en EEUU tras una virulenta campaña de desprestigio. Hace pocos meses, Huawei presentó en ese mercado su smartphone Ascend Mate y, luego, la marca secundaria Honor. Su presencia en el CES 2015 obedece a un plan para situarse en dos años como la tercera marca del mercado norteamericano, detrás de Apple y Samsung. Si consigue superar barreras de diversa naturaleza.

ZTE, cuya rivalidad con Huawei es notoria [ambas tienen sus sedes, a corta distancia, en Shenzen] ha hecho coincidir con el acontecimiento el «refresco» de su marca y un nuevo logo. Según sus directivos, la meta es cambiar la percepción del público alineando sus smartphones en la gama alta del mercado. Por cierto, la marca china del momento, Xiaomi, dice no tener planes para vender sus smartphones en Estados Unidos, lo que no ha sido óbice para que, con 61 millones de unidades vendidas, haya desplazado a Lenovo y Huawei del ranking global.

La marca china más conocida es, por supuesto, Lenovo, con la reputación de convertir en rentables las divisiones de IBM que ha comprado a lo largo de los años, y que espera repetir la jugada con la adquisición de Motorola. Nótese que es el primero de la tabla mundial de venta de PC, con una cuota del 20%, pero sólo tiene el 10,7% del mercado estadounidense, en el que sus ventas de smartphones son mínimas. Esta compañía china ha contratado como protagonista de sus acciones de marketing al actor Ashton Kutcher [sí, el mismo que encarnó a Steve Jobs en el cine].

No se trata sólo de móviles, tabletas y PC. Dos marcas de televisores chinos han dado el do de pecho en esta edición del CES de Las Vegas. Haier y Hisense son marcas poco conocidas pero poderosas, que han seguido distintas trayectorias: la primera ha comprado casi cualquier marca de electrodomésticos aquejado por los problemas de este mercado; la segunda empezó fabricando televisores de marca blanca para cadenas de supermercados. Esta semana, Haier ha presentado en Las Vegas un modelo de 105 pulgadas y ultra alta definición, además de otro de pantalla OLED curva de 55 pulgadas. También Hisense ha cruzado la barrera de las 100 pulgadas, y un colega me escribe que sus vallas publicitarias están en los lugares más ´emblemáticos` de Sin City.

La verdad es que la idea de este comentario me ha venido tras enterarme que los organizadores de la feria de Las Vegas han anunciado que a finales de mayo se celebrará en Shanghai la versión asiática del CES, en la que los fabricantes chinos jugarán de locales y de anfitriones de las marcas estadounidense. Una jugada que inquieta a la vecina Taiwan, cuya feria de electrónica Computex está convocada para algunas semanas después.


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