No tengo nada nuevo que escribir acerca de la segregación de HP en dos empresas ´hermanas`, salvo que el anuncio se ha hecho oficial. Pero hay muchos otros temas en espera: Europa, sin ir más lejos.
Turbulentas, es el adjetivo que mejor conviene a las relaciones que durante cuatro años han mantenido la comisaria europea Neelie Kroes y los directivos del sector de telecomunicaciones. La política holandesa, como responsable de una cartera llamada Agenda Digital, se ha ganado el mote de Steelie Neelie, por su estilo abrasivo y su tozudez ante los argumentos ajenos. Las telecos europeas le reprochan, entre otras, dos actuaciones que les inquietan: la rebaja del 55% en las tarifas de roaming y su posición favorable a la así llamada ´neutralidad de red`.
Con estos precedentes, Kroes participó la semana pasada en una conferencia en Bruselas de la asociación ETNO, que agrupa a los operadores europeos y, como se podía esperar de su carácter, les leyó la cartilla por última vez antes de dejar el cargo. «A menudo pienso que ustedes son los peores enemigos de sí mismos», disparó en el primer minuto de su discurso.
Ante el estupor de los presentes, no aflojó en lo que mi colega Le Maistre ha descrito graciosamente como «a verbal kick to the collective cojones of European telcos» [sic]. Lean: «Muchas veces, en nuestros encuentros, les he preguntado qué harían si estuvieran en mi lugar; hoy daré la vuelta a la pregunta y les diré qué haría yo si estuviera en el suyo, cómo dirigiría una de sus empresas en un entorno digital dinámico».
El consejo que deja Neelie Kroes a sus interlocutores de los últimos cuatro años es este: «el mercado del futuro no se caracterizará por la defensa de las rentas ni por el proteccionismo, ni será viable encerrarse en jaulas nacionales. De nada les van a servir los viejos modelos de negocio ni los flujos de ingresos caducos». Dicho lo cual instó a los operadores a buscar acuerdos con las empresas over-the-top [en la sala estaba Reed Hastings, fundador de Netflix, quien obviamente alegó en favor de la neutralidad de las redes] porque «la situación de las empresas que ustedes dirigen no es culpa de las OTT […] son ellas las que generan la demanda que justifica el pago por los servicios de banda ancha; ¿quién estaría dispuesto a pagar si no fuera por Facebook, YouTube, Netflix o Spotify?».
El enojoso debate sobre la ´consolidación necesaria` del sector no ha sido de la jurisdicción de Kroes, sino de Joaquín Almunia, pero dijo estar de acuerdo en que es necesaria. La cartera que heredó en 2010 de Viviane Reding cambiará de manos en la comisión que debería entrar en funciones el 1 de noviembre. Si los candidatos de Jean-Claude Juncker fuera aprobados por el parlamento [se dice que hay cinco en el alambre], sus responsabilidades serán repartidas de hecho entre tres comisarios: Günther Oettinger, Andrus Ansip y Jyrki Katainen, una manifestación de que – dijo Kroes -«no habrá crecimiento económico si Europa no se digitaliza».
Oettinger (Economía y Sociedad Digital) despierta resistencias entre los parlamentarios por su falta de conocimientos en la materia. En cambio, el ex primer ministro estonio Ansip (la cartera de Mercado Único suma el apelativo Digital), llega con el marchamo de haber impulsado en su país una política de servicios públicos digitales eServices. El finlandés Katainen (nominado para Empleo, Crecimiento y Competitividad) provoca rechazo en los escaños de izquierda. Al margen de este reparto de papeles, hay otros dos comisarios que tendrán competencias adyacentes: la checa Véra Jourová (Justicia) absorberá el desarrollo de la directiva europea sobre Protección de Datos, y la danesa Margrethe Vestager recibirá la envenenada cartera de Competencia, cuyo primer marrón será reabrir el expediente contra Google.
A todo esto, ¿qué dice la ETNO en su manifiesto que presentará ante la nueva CE? Simplificando: «la próxima Agenda Digital debe poner el foco en cómo hacer que haya inversiones en las redes». No es la primera vez que se dice, desde luego y apuesto lo que quieran a que no será la última.