Virginia Rometty, CEO de IBM y aficionada al golf, ha tenido una racha de buenas nuevas en las últimas semanas. Parece como si, una vez anunciados los resultados (malos sin discusión) del tercer trimestre, la suerte se hubiera volcado a su favor. La primera buena noticia ha sido personal: ha conseguido ser admitida como miembro del elitista y misógino club de golf de Augusta, algo por lo que venía insistiendo desde 2012. No lo digo frívolamente: para la señora Rometty tiene que ser relevante lucir la chaqueta verde de un club que ha tenido como miembros a sus predecesores en el cargo, y cuyo torneo de masters patrocina IBM desde hace muchos años. «Tiene un buen swing«, ha sido el único comentario de los directivos del club, que sólo ha admitido antes a otras dos féminas.
Vamos ahora con las otras noticias, relevantes para Rometty y para IBM. En tres o cuatro semanas ha hilvanado cuatro contratos multimillonarios y plurianuales. No se han dado todas las cifras, pero el conjunto debería añadir unos 4.000 millones de dólares a las ventas de los próximos diez años.
Thomson Reuters, proveedor de información económica y financiera, le ha adjudicado la gestión de sus sistemas de TI por una suma no desvelada. A los pocos días, se anunció que IBM asumirá la infraestructura y el personal de la filial informática de Lufthansa, un contrato de outsourcing por valor de 1.250 millones de euros durante siete años. A rebufo de estos acuerdos, se adjudicó, por una cantidad similar, la provisión de servicios de cloud híbrida a WPP, el mayor grupo publicitario del mundo por 800 millones de libras. Cerró la secuencia esta semana con otro contrato para prestar servicios al banco holandés ABN Amro, cuyo valor se estima en 2.000 millones de euros en diez años.
Según explican los directivos de WPP, el conglomerado de 300 agencias – la mayoría adquiridas en los últimos años – ha alcanzado tal dimensión que necesita una integración de sistemas, y la oferta de cloud híbrida de IBM ha parecido la más adecuada a sus circunstancias, ya que responde a sus específicas condiciones de gobernanza y seguridad. También el contrato con ABN Amro tiene rasgos especiales, como es lógico en una entidad financiera de esta magnitud. Se ha informado que IBM gestionará una nube privada del banco holandés, además de servicios de externalización para el parque de mainframes, servidores, almacenamiento y el soporte a los puestos de trabajo durante 10 años a partir del comienzo de 2015.
Para la concreción de estos contratos, y otros anteriores, ha sido esencial la compra de SoftLayer a mediados del 2013, y la decisión consiguiente de abrir una decena de centros de datos en Europa, que satisfacen los requerimientos de cercanía de las operaciones transferidas a la nube. La firma de un contrato por el que SAP utilizará los datacenter de IBM para sus prestaciones cloud, es otro elemento de los últimos meses. Esta serie de anuncios lleva a concluir que el concepto de nube híbrida es la versión de cloud que está calando en las organizaciones, pero la compañía no ha desglosado cuánto es la proporción del componente cloud en los contratos anunciados.
Los anuncios pueden aliviar la tensión que analistas e inversores ejercen sobre Rometty desde que sugirió que este año los ingresos no pasarán de 94.000 millones de dólares y los beneficios sufrirán su primera caída desde 2002. De hecho, la cotización de IBM no ha recuperado el 11% perdido desde el 17 de octubre. La contribución de estos contratos al top line será, en todo caso, gradual. Coincidiendo con los anuncios, se ha informado del nombramiento de un nuevo vicepresidente a cargo de Global Technology Services: será el alemán Martin Jetter, que llegará en enero con la estela de haber enderezado la filial japonesa de IBM en los últimos dos años.