Sería tarea imposible recoger en el espacio de este newsletter la variedad de reflexiones escuchadas en la primera jornada del encuentro del sector de las telecomunicaciones en Santander. De entre muchas, entresaco una de la intervención de José María Álvarez-Pallete, que ha llamado mucho mi atención. Comparando los parámetros financieros de una muestra de telecos europeas con los de Facebook y Google – epítome de las llamadas OTT – el ponente señaló que los múltiplos que reflejan el valor de cada una sobre EBITDA y sobre free cash flow operativo son superiores en estas empresas de Internet, llegando al 22,5x y al 38,8x en el caso de Facebook. En cambio, el rendimiento por FCF es superior en las telecos (7,7% frente al 1,6% en el mismo caso).
En este apartado de su presentación-río, Pallete sacó dos conclusiones explícitas, que en la práctica son una sola: 1) parte del valor que generan las telecos se está transfiriendo a otros actores, y 2) esos múltiplos implican que los inversores están sancionando a las telecos y premiando a las empresas que operan over-the-top. Implícitamente – no lo dijo tal cual – vino a decir que los inversores (y los analistas) desconfían de una regulación excesiva, que puede llegar a bloquear las inversiones, que en Europa son imprescindibles. “Europa – añadió – es la única región del mundo en la que el sector telecom no crece en ingresos pese al fuerte incremento del tráfico”. De lo que dedujo dos condiciones necesarias: consolidación [hay 339 operadores móviles en Europa frente a 9 en Estados Unidos] y un entorno regulatorio simplificado.
Volveré otro día sobre ese asunto. Entretanto, muy lejos de Santander se cerraba el tan predicado trato entre Vodafone y Verizon, que en los últimos días ha conmocionado a toda la industria. Para el Financial Times, que durante años ha preconizado esta salida el acuerdo merece un comentario muy llamativo: al quedarse sin su participación indirecta en el mercado de Estados Unidos, el grupo británico es hoy más rico pero también vulnerable (sic), porque ha perdido el paraguas protector contra una eventual opa que – por su magnitud – sólo podría venir de AT&T.
Esta hipótesis es audaz, pero no descabellada, y sugiere una segunda derivada, la advertencia a Vittorio Colao para que piense muy bien lo que hará con el cheque americano. Una expansión haría, sin duda, que Vodafone gane tamaño – advierte – pero la primera misión del CEO no es otra que recompensar la paciencia de los accionistas.