La computación en la nube – una brillante metáfora – lleva años en el lenguaje cotidiano, pero nunca ha conquistado cumbres de notoriedad comparables a las de la   inteligencia artificial en los últimos tiempos. Aun así, Isaac Hernández, director general de Google Cloud en España y Portugal, niega que se trate de una dicotomía: “la nube es hoy más relevante que nunca y tiene por delante un largo recorrido que se debe, en gran parte, a la IA, que ha provocado un tirón de la demanda. La ocasión de la entrevista venía dada por los resultados del holding Alphabet en su apartado Cloud: 43.229 millones de dólares de ingresos en 2024, un 30,6% de aumento [sus dos grandes competidores crecían un 19%].

Isaac Hernández

Si el mercado a su cargo se ha comportado como el global, ya puede estar muy contento. Empecemos por ahí.

Entre los datos globales, tengo preferencia por los 75.000 millones de inversión en capex para el 2025. Es un crecimiento significativo sobre los 52.000 millones con los que acabamos el año pasado y una señal de confianza en el futuro de la computación en la nube. El último trimestre ha sido el mejor en la historia de Google Cloud y hemos empezado 2025 con buenas sensaciones. De España sólo puedo decir que hemos sumado cientos de clientes nuevos y firmado contratos que nos garantizan crecimiento para los próximos años.

Pues,… no sé si vamos a coincidir, pero observo que la nube ya no es la estrella en el escenario. Ha sido desplazada en notoriedad por la inteligencia artificial generativa. En la práctica, se condicionan recíprocamente  y ahí va la pregunta: ¿cómo se está comportando la demanda?

Yo lo verbalizaría de otra forma. Creo que la nube es más relevante que nunca, precisamente, somos el brazo ejecutor de la monetización de la IA en Alphabet. Tenemos todo lo que teníamos antes y nos queda muchísimo recorrido: en Estados Unidos, los analistas hablan de treintas por ciento de las cargas de trabajo subidas a la nube, mientras en España estamos sólo en la mitad de esos porcentajes. Algo que no ha cambiado es el hecho de que el modelo cloud sigue representando un cambio de paradigma y sigue siendo rentable para los clientes.

[…] en la presentación de resultados del año fiscal, Sundar Pichai [consejero delegado de Alphabet y de Google] dedicó más tiempo a la IA que a la nube. Es un síntoma.

Se justifica. El enfoque que tiene Google sobre la IA es diferencial; lo llamamos full stack y, simplificando mucho, significa tener chips como las TPU y GPU de Nvidia y tener nuestros propias TPU de las que llevamos seis generaciones, desde 2016. Esta es la primera capa, de los que llevamos seis generaciones. Esta es la primera capa y por encima tenemos, a diferencia de otros proveedores, nuestros propios modelos. Si uno mira el ranking de modelos grandes de lenguaje, y no sólo de lenguaje, porque hay que considerar los de imagen y vídeo, los de Google están siempre entre los cinco primeros […] Y además de estas dos capas, tenemos la opción de open source que incluye la novedad de Deep Seek y otros actores del mercado. Y luego está Vertex AI, nuestra plataforma que utilizan los desarrolladores para generar soluciones.

¿En qué medida este full stack se abre camino en el mercado español?

Está teniendo mucha tracción. Hemos hecho un anuncio importante con Mediapro, que está en el estado del arte en la adopción de las tecnologías de IA generativa en vídeo e imagen […] Le recuerdo que, cuando nadie hablaba de IA generativa, Google ya había embebido IA en Gmail para 3.000 millones de usuarios; en 2025 estaremos integrando IA en Google Maps y, en el buscador, bajo la fórmula que llamamos AI Overviews.

Ha mencionado open source como opción. Es una corriente tanto para el desarrollo como en la adopción de IA generativa. ¿Observa alguna preferencia que incline a los clientes hacia el código abierto?

Como ha dicho, es una opción. En Google hemos sido precursores y defensores de las estrategias multicloud y, precisamente, una de las ventajas que tiene la plataforma Vertex es la posibilidad de recurrir al  l best of breed, adaptarse a  algo concreto que en determinado momento quiera hacer el usuario. En unos casos serán modelos propietarios y en otros serán open source. No nos corresponde la decisión.

A los clientes, en general, no les apetecen las ataduras […]

Conozco casos de uso que se abordan con un determinado proceso y  un modelo que, si da buen resultado, se mantiene y si no, pasan a un segundo modelo o tal vez a un tercero. La regla suele ser que si has conseguido un resultado suficientemente bueno, puedes escoger el modelo más barato y de más baja latencia; sólo si hicieran falta respuestas más sofisticadas, pasarían a gastar un dinero adicional  […] en esto consiste la flexibilidad para ir moviendo flujos de trabajo por el método clásico de prueba y error.

Hay un punto de inflexión en toda adopción de una tecnología. En este caso, la IA generativa ha ganado popularidad y ha conseguido clientes pero queda la pregunta de si las empresas están superando de verdad la fase de pruebas de concepto para pasar a palabras mayores […]

Dice bien. Quizá no se vea tanto en los CIO como en el resto de los perfiles, un poco obnubilados por las experiencias conversacionales. Cuando mucha gente piensa en IA está influida por escenarios parecidos a ChatGPT, cuando en realidad la IA generativa tiene una capacidad – que muchos ignoran o todavía no usan – de rediseñar procesos end-to-end muy potentes […] Algunas veces, hablando con clientes, estos se quedan con los escenarios más básicos y tenemos que ser nosotros quienes abran el espectro de aplicación de la IA, que es mucho más interesante de lo que tienen en mente. Es cierto que muchos no han pasado de la fase de pilotos, que desde nuestro punto de vista son absolutamente necesarios. Al mismo tiempo, vemos que hay presión de las direcciones generales sobre los departamentos de TI con una pregunta insistente: ¿dónde están los resultados? Algunos han prometido prematuramente mejoras de productividad de un 30% y es lógico que les pregunten por la mejora.

Pero la oportunidad existe […]

Existe, pero en esos contextos puede parecer vaga. Lo que los clientes están pidiendo son casos concretos y que tengan impacto, que pueda medirse cuanto antes el retorno de la inversión. Y no siempre es humanamente posible. Creo que casi todo el mundo está todavía en esa fase de un road map de la IA sin haber puesto esa hoja de ruta en la escala idónea.

La conversación sobre quién es el primero, quién el segundo y quién el tercero en el negocio cloud es cansina y, creo yo, bastante estéril. Google Cloud es el tercero, con eso me vale. Mucho más interesante sería preguntar por la hibridez, aunque pueda prestarse a ciertos malabares, ya me entiende.

[risas] Por lo que nos toca, tratamos de transmitir dos mensajes. Uno: para tener éxito en la migración de cargas a la nube has de hacerlo especialmente bien con algunas que sean relevantes y omnipresentes en los clientes; yo las resumiría en Oracle, SAP y VMware, que en conjunto representan una cuota muy alta del mercado y con las tres tenemos buenas soluciones.

¿Podría desglosarlas?

Tenemos acuerdos estratégicos con Broadcom que nos permiten hacer lift and shift de cargas de VMware o su modernización si fuera el caso de contenedores, un área en la que por motivos de experiencia nos sentimos muy cómodos. En las cargas de SAP llevamos bastantes años siendo un hyperscaler estratégico para ellos, con centros de datos específicos y con referencias comunes muy importantes: en España, es el caso de clientes como Carrefour, García Carrión, Mercadona o Indra, cuatro ejemplos de esa conjunción. Y en el caso de Oracle, se ha negociado un acuerdo para llevar cargas suyas a Google Cloud Platform, además de tener en nuestro centros de datos la posibilidad de ofrecer su tecnología Exadata.

Habrá otros frentes en la pregonada tendencia a la hibridación, para la que no todos están preparados […]

Otro bloque de nuestras soluciones se llama Google Distributed Cloud y da la oportunidad de desplegar lo mejor de la tecnología de Google en los centros de datos  del cliente, con un hardware certificado y una gestión automatizada. Con esto damos respuesta a la hibridez y al mismo tiempo a la cuestión candente de la soberanía: tenemos una función que llamamos air-gapped que incluso permite desconectarse por completo de Google y que está siendo muy bien recibida en entornos altamente críticos […]

¿Qué significa desconectarse por completo de Google?

Que, en un momento determinado, Google no solamente no puede acceder a los datos –para eso tenemos otras soluciones más simples de encriptación – sino que, en casos extremos, nadie de Google puede tocar lo que sucede en las máquinas; por eso decimos que es un servicio de datacenter desconectado, que conserva las ventajas de latencia y de soberanía […]

La palabra soberanía puede ser equívoca […]

Yo creo que no hay ninguna ambigüedad. Tenemos la suerte de ofrecer distintas soberanías según requerimientos del cliente. La realidad es que la mayoría no pretende tanto, pero nos parece normal que el dato esté donde el cliente quiere que esté, en la geografía europea o en la española si fuera de su interés. Con esto, damos respuesta al 98% de los casos; el otro 2%  está destinado al sector público en entornos sensibles. Un ejemplo es lo que hemos hecho para el servicio 112 en Canarias: una nube soberana basada en nuestros centros de datos pero con claves criptográficas que sólo el gobierno controla. Es un proyecto que, me consta, ha despertado mucho interés: hay más organismos que desean beneficiarse de la nube sin renunciar al máximo nivel de seguridad.

¿Qué relación hay entre la IA y las soluciones de productividad de Google?

En enero hemos hecho un anuncio relevante, la incorporación de las soluciones de Gemini en e la versión de Workspace que más se utiliza y que más se vende. Esto es muy diferente a las estrategias de otras empresas que exigen 30 dólares incrementales al mes por usuario […]. La verdad es que las empresas están encantadas con nuestra propuesta, porque sienten la necesidad de responder a la demanda de sus empleados jóvenes de utilizar la IA generativa dentro de su puesto de trabajo pero, a la vez, ,evitar los problemas que vivieron en el pasado con la shadow IT […] Esto es indicativo de otra cuestión estratégica: Google tiene claro  que cuando gastas muchos millones en entrenar un modelo de lenguaje, es un coste hundido y a partir de ahí, los beneficios tendrán que venir por la inferencia […] Que hayamos podido ofrecer Gemni dentro de Workspace sin elevar el precio, está recibiendo muy buena acogida por parte de los clientes.

Veamos, ¿se puede separar el coste de la inferencia en el cálculo del capex en la IA generativa?

De cara al cliente, lo único que importa es la inferencia. Va a pagar en función del uso que haga de los modelos a través de la interfaz y será el fabricante quien tenga que asegurarse de que, con independencia de lo eficiente que haya sido en el entrenamiento del modelo, lo importante es que lo haga bien o mejor para que se pueda obtener un retorno. Al cliente sólo le importa la calidad del resultado, que la obtiene a través de la inferencia y de las API que utilice.

¿De dónde vendrá la competencia?

[…] Todo el mundo quiere jugar un papel en la inferencia, porque no todo el mundo puede competir entrenando LLM. Así que creemos que será un  mercado dinámico, muy competitivo, que nos anima a sacar lo mejor de nosotros mismos […] El mensaje al cliente es bastante sencillo: debe asegurarse de la posibilidad de hacer plug and play en el proveedor que en cada momento le ofrezca la mejor solución al mejor coste.

Lo natural sería que el precio de la IA generativa tienda a bajar […]

Por supuesto, … nosotros lo hemos bajado por veinte en doce meses. Y nada indica que no seamos capaces de seguir mejorando la eficiencia en el futuro, por lo que – para la misma unidad de valor –  el coste debería seguir en una tendencia parecida. Me puedo equivocar en la pendiente, pero la tendencia a la baja es indiscutible.

Hablemos de verticales. ¿Cuál es el más importante para Google Cloud?

Sin lugar a dudas el financiero, donde ponemos mucho foco y donde más tracción tenemos adquirida. Hemos tenido la suerte de contar casi desde el principio con el BBVA como usuario de nuestras soluciones de productividad […] Hace más de doce años, con satisfacción mutua y ahora exploramos juntos las capacidades de IA. También trabajamos con el Santander y es de público conocimiento la solución Gravity, que optimiza las cargas de trabajo que este banco tiene en el mainframe, corriendo encima de Google Cloud en una solución llamada Dual Run.

Habrá más bancos entre la clientela […]

Sí, pero no puedo identificar algunas de las referencias. Tenemos la suerte de contar con Caixabank, que ha adoptado nuestra tecnología de Data para inyectar más productividad en todos sus equipos y estamos trabajando para extenderla a más áreas. Sin entrar en detalle, sería oportuno preguntarse qué quieren los bancos. En primer lugar, son  consumidores masivos de datos y es innecesario decir que, si en algo destaca Google, es en la intersección entre Data, IA y seguridad. El BBVA está usando una solución que llamamos Document AI para la gestión masiva de cheques en México y Argentina, que le aporta muchísima productividad. Y, por cierto, con Document AI se gestiona el 52% de las hipotecas que se firman en Estados Unidos.

¿Más verticales?

El siguiente es  el de las telecomunicaciones: en España tenemos la suerte de trabajar con Telefónica, MasOrange y Vodafone, tres colores y tres sabores. Si acepta que señale sólo uno, vemos un diferencial en MasOrange, equipada con la tecnología de Google Cloud, que imprime velocidad a un rasgo intrínseco de este operador, la integración de sus múltiples marcas.

¿Es consecuencia de la fusión?

No, esto ya era diferencial antes con Masmóvil. Y esto no consiste en externalizar. Lo que hace el cliente es eliminar las capas de menos valor, en las que no podrá ser  diferente: el networking o la gestión de los sistemas operativos […]. A cambio, se da el lujo de concentrar los departamentos, que son las capas de valor más pegadas al negocio.

Ha destacado, no sé si en orden de importancia, el segmento retail. Estamos muy orgullosos de ser el proveedor cloud preferente de Carrefour, Mercadona, Día,  Pepe Jeans y un montón de clientes en este segmento. En García Carrión hemos hecho cosas realmente originales […] Tal vez debería haber mencionado antes el sector travel y el de media: hay ciertas capacidades propias de Google que encajan bien con las necesidades que tienen esas empresas de servir a muchos clientes a la vez, con baja latencia y una rigurosa gestión de contenidos.

¿Por qué sigue siendo tan perezoso con la nube el sector público?

Pues mi visión es optimista […]. Están ocurriendo cosa importantes en Portugal: a menudo son más ágiles que los españoles. Veamos mi responsabilidad: en España y en Portugal, las soluciones están disponibles: soberanía digital, certificaciones de nivel alto en el esquema nacional de seguridad, una latencia que para esta categoría de clientes pueden marcar diferencias. Nuestro portfolio de soluciones de seguridad ha sido bendecido por el CNI, de manera que no hay razón alguna para desconfiar de Google Cloud […]. En el sector público, es fundamental conta con un ecosistema de partners, porque son ellos los que acaban implementando: en nuestro caso, trabajamos con Indra, Accenture, Telefónica, Indra, NTT Data, T-Systems y sé quien me estoy dejando muchos fuera.

¿En qué punto se encuentra la dotación de infraestructura en España?

Va muy bien. La  región de Madrid sigue creciendo en capacidad y sorprende a muchos clientes que no se esperaban una latencia tan baja. A veces simplificamos cuando asociamos la performance sólo con la computación: el networking, la red de comunicaciones, es algo fundamental. En esta región convergen varios cables submarinos con miles de kilómetros, además de tres puntos de presencia – Madrid, Barcelona y Lisboa – unidos por la red privada de Google que es la  de fibra óptica más potente del planeta. Gracias a esto tenemos otra ventaja: somos capaces de predecir la demanda y de asegurarnos de tener siempre capacidad suficiente para cualquier carga de trabajo que quieran desplegar los clientes.