Últimamente, EMC ha dado mucho que hablar. Tras disolverse el plan (supuesto) de fusión con HP (que ninguna de las partes ha reconocido), y de absorber casi totalmente la participación que Cisco tenía en la sociedad común VCE, el patriarca Joe Tucci ha encendido señales de una nueva estrategia para la compañía.
Rompiendo la cronología por eficacia narrativa, los hechos son los siguientes: esta semana ha anunciado su nueva Enterprise Hybrid Cloud Solution, en realidad un empaquetamiento de productos y servicios, con la que las empresas podrán automatizar su infraestructura y mover cargas y aplicaciones entre nubes privadas y públicas. Con este anuncio, EMC acaba con la extraña sensación de rezago que le daba el vivir predicando las virtudes de la nube sin contar con una oferta propia y facilitando que su ahijada VMware ocupara el centro de la escena.
Antes de anunciar EHCS, la compañía había procedido a reorganizarse, con lo que ha añadido complejidad a la ya difícil comprensión de su organigrama. Sin dejar de llamarse EMC2 (su nombre oficial incluye el superíndice), su rama, EMC II (Information Infrastructure) es una de las tres piezas de la federación diseñada por Tucci. A partir de ahora, EMC II se parte a su vez en dos divisiones. Recuerden sus nombres: Core Technology (CTD) y Emerging Technology (ETD), cada una con un presidente que depende de David Goulden, uno de los candidatos a suceder a Tucci.
Esquemáticamente, la CTD asume todo el almacenamiento primario y los activos de protección de datos, con la llamativa inclusión de XtremeIO, la línea de cabinas all-flash adquirida a la empresa israelí del mismo nombre. Por su lado, la ETD se queda con el almacenamiento no primario y los productos complementarios, en particular ScaleIO, Isilon y ViPR. A quienes no tenemos pistas para descifrar la lógica del puzle, se nos ha explicado que la estructura «se alinea con la forma en las que los clientes compran nuestros productos». Nada que opinar al respecto, si no fuera porque, a la sombra de la reordenación, se ha creado una unidad de negocio «especial» encargada de la línea de productos de gestión y orquestación cloud. Si esta unidad cumpliera las expectativas de negocio, podría llegar a ser una división de pleno derecho dentro de la estructura EMC II o como se llame entonces.
Estos movimientos se suman a una secuela de adquisiciones en cadena. Son de bajo valor monetario, pero interesantes por lo que aportan. Cloudscaling desarrolla una solución IaaS bajo OpenStack. Maginatics se define como «una tecnología de almacenamiento diseñada para datacenter y cloud, que facilita la gestión de los datos no estructurados». Spanning se especializa en sistemas de backup y recuperación para prevenir pérdidas de datos en aplicaciones cloud como Office 365, Salesforce o Google Apps.
Vistas en conjunto, estas iniciativas sugieren el interés de EMC de reunir una cartera propia que despeje su imagen, vinculada exclusivamente al almacenamiento, para ser reconocida como un actor con personalidad singular en el mercado cloud.
Sin haber revelado todavía estas cartas, Tucci había comparecido ante los analistas para presentar los sólidos resultados del tercer trimestre: incremento del 9% en los ingresos, mejora de todas las ramas de la federación, con VMware una vez más como estrella (17% de crecimiento). Estos datos, más un cash flow excelente, que han elevado la cotización, parece que han calmado las ansias del inversor ´activista` Paul Singer, quien ante la próxima retirada de Tucci presiona a este para adoptar medidas revulsivas. Tucci, por cierto, respondió a un analista que quizá no se retire en febrero de 2015 y se quede un tiempo más hasta completar su misión, asunto que dice estar discutiendo con el consejo. Hay gente que no sabe retirarse a tiempo, yo tampoco, pero esto no viene al caso.