Hasta no hace mucho tiempo, cada vez que un periodista (yo mismo) hablaba con un directivo de Google, era imperativo preguntarle por la monetización de YouTube, dando por supuesto que, después de haber pagado 1.560 millones de dòlares por un sitio diseñado para compartir videos artesanales, tenía que ser una fuente de pérdidas. Han pasado los años, y Google no desagrega sus ingresos hasta ese nivel de detalle, pero resulta empíricamente evidente que YouTube da beneficios.
En la presentación de resultados de Google salió el asunto. Aunque sin suministrar datos económicos, Nikesh Arora, chief business officer, recalcó que el crecimiento de los ingresos publicitarios de la compañía «tiene dos motores, los móviles y YouTube». Según Arora, los vídeos del sitio son vistos en unos 400 millones de dispositivos, y «un porcentaje creciente son monetizados». Dejó caer algunas pistas: 1) YouTube genera más de 4.000 millones de visitas diarias; 2) un centenar de grandes anunciantes han aumentado un 50% su presupuesto de publicidad en YouTube, 3) los vídeos de Gangnam Style han generado 8 millones de dólares, 4) el 70% de los anuncios vistos en YouTube corresponden a TrueView, modalidad en la que los usuarios pueden eliminar la publicidad, pero no lo hacen y 5) la aplicación de YouTube para iPhone e iPad va como un tiro, una manera de sugerir que una parte de los ingresos hay que agradecerlos a Apple.
Esta semana, la publicación AdAge ha revelado que Google prepara un servicio de YouTube por suscripción para la primavera. Y con ese fin ha pedido a varias productoras que presenten ideas para lanzar una veintena de canales de pago, cuya tarifa mensual podría oscilar entre 1 y 5 dólares mensuales. De concretarse, la iniciativa competiría con Netflix, Hulu y Amazon, que han desarrollado sus propias ofertas de contenidos premium por internet; la audiencia de YouTube es muy superior, y los creadores de videos tendrían diversas posibilidades de recaudación, a través de la integración con Google Payments. En noviembre se han cumplido seis años desde que Google cometió «la locura» de comprar YouTube; sería insensato seguir preguntando si es rentable.