Hoy quiero contar una historia. Aunque fuera cierto aquello que cantaba Gardel, «que veinte años no es nada …», nadie pondrá en duda que 30 años son muchos. En 2013 se cumplirán tres décadas de varios momentos importantes para la industria tecnológica. El domingo, sin ir más lejos, pasó sin pena ni gloria el trigésimo aniversario de Lotus 1-2-3, una hoja de cálculo que abrió camino a lo que se conocería como software de productividad.
Sobre el precedente de VisiCalc – la primera spreadsheet, desarrollada para el Apple II de Wozniak y Jobs – Lotus 1-2-3 transformó un hobby de programadores aficionados en una herramienta esencial para profesionales y empresas, y apuntaló el ascenso de una industria. La suerte de Mitch Kapor, su creador, fue coincidir con el primer IBM PC – de cuya llegada a España hará 30 años en agosto –y su desgracia fue tener como rival a Bill Gates, que dos años después lanzaría Excel.
Inicialmente, Lotus Development, la empresa fundada por Kapor, tuvo mucho éxito. Su plan de negocio preveía vender 4 millones de dólares, pero ingresó 53 millones el primer año (a 495 dólares la copia). Sus socios lo empujaron a salir a bolsa cuanto antes, algo que Microsoft no haría hasta 1986. El declive de Lotus empezó cuando Microsoft rompió con IBM, Windows desbancó a MS-DOS, y Excel se convirtió desde 1985 en la hoja de cálculo por antonomasia (primero para Macintosh, luego para Windows). El intento de integrar Lotus en una suite llamada Symphony [desarrollada por Ray Ozzie, que años después acabaría contratado por Gates y despedido por Ballmer] fue tardía, y en todo caso Office tomó el mando del mercado.
Kapor, más emprendedor que empresario, dejó la empresa en 1986. Entre sus aventuras posteriores estuvo su contribución al lanzamiento de la Fundación Mozilla. Lotus sobrevivió a su partida, pero en 1995 la compró IBM por la bonita suma de 3.500 millones, y aquel software quedó condenado a un papel subordinado. Ya lo he dicho: 30 años son muchos, créanme.