Vaya por delante que no me gusta la palabra ´paradigma`, como no me gustan ´ecosistema` o ´disruptivo´ ni otros tropos usuales en la industria de las TI. Que no sea de mi gusto no impide reconocer que, si tuviera que indicar una tendencia ´paradigmática` sin duda escogería cloud computing. Me he detenido en una frase de un documento elaborado por analistas de Gartner; escribe David Mitchell Smith que «cloud computing es, por su propia naturaleza, vulnerable a los riesgos del mito […] desde la perspectiva del público, ´la nube` evoca algo mágico, cuyos detalles de implementación permanecen ocultos; no es extraño que abunden los malentendidos».
Las inversiones en la adopción del cloud empiezan a notarse, y Gartner, siempre atenta a estos fenómenos, cree necesario enumerar diez mitos en torno al auge del cloud, siendo el primero la afirmación de que siempre es fuente de ahorro. Es verdad que los precios descienden en la infraestructura como servicio, pero no todos los servicios cloud siguen necesariamente la corriente, y aunque los beneficios son a menudo visibles, no debería darse por cierto que el resultado sea un ahorro de costes. El segundo mito sería la creencia de que una empresa no es realmente moderna si no tiene planes de llevar sus operaciones a la nube, de lo que se desprende el tercer mito del decálogo de Gartner: la confianza en que las características actuales del fenómeno cloud serán definitivas y, por tanto, aplicables (o deseables) para cualquier necesidad que se planteen las empresas.
Hay más. Cuando se pregunta por la estrategia corporativa en la materia, se descubre que muchas empresas carecen de ella o, peor aún, se dejan llevar por el primer impulso transformador de su CEO (puede que presionado por el CFO, raramente por el CIO), que tal vez no sea más que una ocurrencia sin mucho fundamento. Eso – advierte Gartner – no es tener estrategia, porque debería empezarse por identificar qué objetivos del negocio no tienen mejor solución que buscarlos en la nube.
Si una estrategia cloud debe alinearse con los objetivos del negocio, hay que empezar por aceptar que el fenómeno tiene manifestaciones muy diversas y niveles diferentes; un error corriente – avisa la consultora – es adoptar la oferta de un proveedor como eje de la estrategia propia no definida.
Según Gartner, hay tendencia a pensar que la nube es menos segura que los entornos on-premise, sin haber hecho previamente un análisis de las capacidades de la empresa en materia de seguridad. La verdad es que se conocen pocas rupturas en los servicios cloud, y la mayoría de las que se conocen afectan a instalaciones on-premise. Séptimo mito: cloud computing no es adecuado para cargas de misión crítica: es falso, porque depende de la herencia recibida, difícil de remover y por tanto una fuente de justificaciones.
Punto y seguido. La mayoría de las adopciones de cloud no sustituyen un datacenter (ni sería aconsejable que lo hicieran) ni es razonable suponer que la misma estrategia es válida en ambos ámbitos: cada movimiento que se hace, tiene implicaciones. El noveno mito de la lista de Gartner supone que migrar a la nube incorpora automáticamente sus atributos: hay pasos intermedios que no producen los mismos resultados.
Por fin, el documento reflexiona acerca de la relación entre virtualización y cloud computing, para decir que la primera no es un camino obligatorio que conduce a la nube: no es necesario ni tampoco suficiente. Es un debate que viene a cuento de la (presuntamente sencilla) conversión de entornos virtualizados y automatizados, a veces erróneamente descritos como «nubes privadas». Ideas que dejan mucho poso para pensar.