Al hilo de mi comentario del sábado (en realidad, el comentario de A, el lector viajero), otro lector me hace llegar una información que guarda cierta relación. China Telecom, tercer operador de su país, se prepara para lanzar en mayo un operador virtual en Reino Unido. A priori, es fácil imaginar cuál es su business plan: llamadas baratas para compatriotas expatriados; pero sus portavoces rechazan rotundamente esta asociación entre nacionalidad y low cost. Cada año, medio millón de turistas chinos visitan Londres, y en 2012 serán 700.000 por los Juegos Olímpicos, una buena plataforma de lanzamiento para el nuevo servicio.
Ciertamente, el mercado británico es apetitoso, pero colmado: los operadores virtuales son decenas, y el número de suscriptores llega a 11 millones, el 12% del total. Lo que hace falta, sobre todo, es una red de distribución y una escala que permita negociar el margen con el operador anfitrión. En otros países, los MVO orientados a la inmigración han tenido éxito (Lebara en España, el turco Ay Yildiz en Alemania) o no: Maroc Telecom, por ejemplo, ha tirado la toalla en Francia, donde se las prometía muy fáciles.
La iniciativa de China Telecom no puede ser un hecho aislado. Sin descartar que pueda tener otras ambiciones, su siguiente paso será implantarse en Francia, luego en Alemania e Italia, y quizás en España, si encuentran un operador de red bien dispuesto. El bien informado lector sugiere, sin pruebas, que China Unicom – en la que Telefónica tiene una participación del 10% – podría adelantarse en el mercado español. Lo escribo con toda la prudencia del mundo, pero la secuencia da mucho que pensar.