De la crónica de hoy, he dejado fuera un tramo de la conversación con Jerôme Lecat que creo merece tratamiento aparte. No está relacionado directamente con el almacenamiento de ´objetos` ni tiene extensión suficiente para ser publicado como entrevista, pero revela el pensamiento que anima a una startup, Scality, atípica entre otras razones por su doble nacionalidad: francesa y estadounidense. El mes pasado, en su charla con un grupo de periodistas europeos, les contó Lecat que vender sus productos en Europa cuesta el doble que en Estados Unidos, una circunstancia que corrige sólo en parte gracias a su actividad de I+D en Francia, con costes más bajos que los del Silicon Valley [donde los especialistas en almacenamiento son cortejados y sus salarios se han disparado]. Citó otro factor: la dispersión de los mercados europeos exige contar con equipos de venta locales y producir documentación técnica y de marketing en diferentes idiomas. ¿Por qué, entonces, vender en Europa? Primero, porque los fundadores de la compañía son europeos; segundo, porque para los competidores americanos, habituados como mucho a diferenciar entre costa este y costa oeste, esos problemas se agravan, salvo que se trate de grandes compañías.
El diálogo continuó con tres preguntas al hilo. ¿Podría Scality ser objeto de compra por alguna de esas grandes compañías? Sí. ¿Estaría Scality interesada en recibir una oferta de compra? «Cualquier compañía que pueda pagar 1.000 millones de dólares sería un comprador potencial, y escucharíamos lo que tenga que proponer; mientras tanto, vamos a seguir haciendo crecer el valor de la compañía a través de nuestros productos y la conquista de nuevos clientes». ¿Podría ser atractiva la tecnología de object storage para llenar un vacío en el catálogo de otras compañías de almacenamiento? Al respecto, Lecat se remitió al juicio del analista Terry McClure, quien pronostica que en 2015 el 80% del almacenamiento se hará con tecnologías escalables, no sólo de objetos pero incluyendo la de objetos.