Durante años, Taiwan ha tenido dos representantes en el quinteto de marcas líderes del mercado mundial de PC y tabletas, pero ese privilegio podría acabar pronto. Acer, que hasta hace tres años todavía aspiraba a ser al número uno [lo fue fugazmente un trimestre de 2010], ha entrado en barrena, con una estrategia errática y sucesivos cambios de dirección. Asus, que el año pasado llegó a ser la marca de más rápido crecimiento, parece extraviada en el achicamiento general del mercado.
De poco les ha valido ser agresivos en precios, porque los consumidores no reaccionan ni por esas. En el tercer trimestre, las ventas de Acer cayeron un 34,5% y las de Asus un 34,1%. En el mismo período, sus resultados económicos han sido desastrosos: 446 millones de dólares de pérdidas de Acer, un 26% de caída del raquítico beneficio de Asus.
El CEO de Acer, JT (Jeng-tang) Wang ha dimitido, y tras anunciar que su puesto lo ocuparía Jim Wong, su segundo desde la destitución en 2011 de Gianfranco Lanci, a los pocos días saltó la sorpresa: no será uno ni otro el que intente sacar a la compañía del marasmo, sino Stan Shih, fundador de la compañía en 1976 quien desde hace nueve años estaba supuestamente dedicado a filosofar. En Asus, no han rodado cabezas, y el chairman Jonney (Chong-tang) Shih insiste en echar la culpa de todo a Windows 8.
Es llamativo que esto ocurra en el país donde se fabrica bajo contrato la mayor parte del hardware que se vende en todo el mundo bajo otras marcas. Tan llamativo como recapitular las trayectorias entrecruzadas de Acer y Asus: 1) la primera, originalmente llamada Multitech, fue uno de los pioneros en fabricar clones del IBM PC, 2) los fundadores de Asus fueron tres ingenieros tránsfugas de Acer, 3) Jonney Shih fue durante años la mano derecha de Stan Shih [sin parentesco] antes de abandonarlo para convertirse en competidor y 4) las dos se desprendieron de su actividad de contratistas para terceros, segregando Wistron y Pegatron, respectivamente. Otras similitudes: 5) no son marcas reconocibles para las empresas, por lo que no aprovecharán el previsto reemplazo masivo de Windows XP, 6) han pasado de ser fieles aliados de Microsoft a inclinarse hacia Google con sus nuevos Chromebooks, con lo que acentúan su perfil de low cost y 7) no prestaron oportuna atención a la irrupción de los smartphones y han llegado tarde a las tabletas, dos errores de los que ahora tratan de resarcirse.
Por cierto, de Taiwan también procede HTC, la marca de smartphones que estuvo entre los grandes y se va hundiendo ante el ímpetu del duopolio Samsung/Apple; su cofundador y CEO, Peter (Win-than) Chou, lleva meses en la cuerda floja. Mi conclusión tiene algo de geopolítica: en la recomposición que se presiente en la industria hacia 2014, los campeones taiwaneses – endogámicos y volcados forzosamente a la exportación – parecen condenados a la irrelevancia, mientras sus rivales de China continental ganan terreno porque se apoyan en un potente mercado interior.