Un suscriptor de la primera hora, a quien llamaré A, me envía un relato de su viaje a Etiopía. Entre otras observaciones sociológicas, he elegido la siguiente. “Hay muy poca agua corriente, pero una excelente cobertura de móviles: muchas torres de comunicaciones en medio de la sabana o en las tierras altas, la mayoría alimentadas por placas solares. Cuando entras en una choza y sacan baratijas para venderte, la caja de cartón tiene el logo de ZTE. Esta cobertura es buena para móviles, pero no siempre para Internet […] encuentras chozas de chapa corrugada en las que hay un par de ordenadores muy antiguos que, a velocidad muy lenta, permiten conectar al precio de 1 birr (4 céntimos de euro) por minuto”.
Mi corresponsal opina que después de China e India, el continente de mayor crecimiento será África. “De momento, en los vuelos interiores viajan pocos turistas, empleados de ONG diversas y, sobre todo, muchos técnicos chinos que construyen pantanos, carreteras y…redes de telecomunicaciones”.
El mensaje de A concluye con una noticia halagadora: “No he dejado de seguir tus artículos. Te aseguro que los he leído todos; no a medianoche, como suelo, pero de tres en tres cuando tenía conexión a mano”. Desde España, lo agradezco.