Para comprender por qué Hewlett Packard Enterprise (HPE) y Nutanix han firmado un acuerdo a priori impensable, habría que reconstruir la secuencia previa. A eso voy: el 1 de marzo, tras publicar los resultados – poco brillantes pero no malos – de su segundo trimestre fiscal, Nutanix sufrió un castigo bursátil que hundió su cotización en un tercio. Más que las cuentas en sí, los inversores sobreactuaban la reacción a la previsión de un tercer trimestre (el actual) del que la compañía espera crecimiento plano.
Desde entonces, la acción ha recuperado la mitad de lo perdido. Lo peor es que, a punto de cumplir diez años de existencia (nació en 2009) y dos años y medio desde su salida a bolsa en 2016, Nutanix sigue sin conocer los beneficios.
Vale, pero el fundador y CEO de la compañía, Dheeraj Pandey, salió del paso explicando el batacazo como un efecto a corto plazo de algunos errores de marketing. Se calló algo: el modelo de negocio de Nutanix atraviesa una transición: ha abandonado la venta de hardware para vivir sólo de su software, algo que Wall Street suele premiar pero que, en este caso, llevaba a la convicción de que Nutanix no tiene el compañero de viaje más adecuado para la nueva etapa. Me refiero a Dell, claro.
Pandey retomó pronto la iniciativa y estuvo convincente ante los analistas: Nutanix, dijo, tiene potencial para duplicar su facturación alcanzando los 3.000 millones de dólares en 2021. Afirmó, y no era la primera vez, que en las infraestructuras hiperconvergentes (HCI) se abriría pronto una nueva oportunidad.
Ahora sabemos de qué oportunidad hablaba. Se estaba cociendo un acuerdo estratégico con HPE, anunciado hace un par de semanas. Su objetivo no es otro que arrebatar a la pareja Dell-VMware el liderazgo del mercado de HCI y de paso del de servidores.
Según los últimos datos de IDC, el mercado de sistemas HCI tiene un líder claro, Dell, con un 28,6%, al que persigue Nutanix con un 14,8% (ha bajado cuatro puntos, y eso duele); HPE no está conforme con ser tercera (5,4%). En el ranking de software, VMware lleva la voz cantante (38,1%) con Nutanix a dos puntos, lo que significa que se reparten 7 de cada 10 dólares de facturación. En cuanto al mercado de servidores, en unidades lo encabeza Dell (19,4%) con HPE en segundo lugar (15,8%). Es fácil ver contra quien va dirigido el acuerdo entre los segundos de cada mercado.
Asumo el riesgo de que pueda parecer ociosa la explicación de qué es un sistema hiperconvergente. Combina las funciones de computación, almacenamiento y virtualización, aliviando la tarea de gestionar sistemas separados; su despliegue es más rápido y la inversión de capital más baja. Así ha ido adquiriendo su fisonomía un mercado expansivo que, al finalizar 2018, crecía nada menos que un 57%.
A lo que iba, se ha movido el tablero. Desde 2014, Nutanix ha mantenido una provechosa alianza con Dell que le hacía mostrarse desdeñosa hacia HP (la actual HPE). Pero esa alianza empezó a tambalear cuando Dell adquirió EMC y con esta el 81% de VMware, cuya dote incluía el desarrollo de la solución hiperconvergente vxRail.
Mientras esto ocurría, Nutanix estaba saliendo a bolsa y los analistas vieron en su alianza con Dell un baluarte que elevaba el valor de la compañía. Aun así, tarde o temprano la suma de Dell y VMware acabaría fastidiando a Nutanix.
Lógicamente, sus reproches no se han centrado en Dell sino en VMware. , El CEO de Nutanix y el COO de VMware, Sanjay Poonen, han intercambiado durísimas palabras en sus respectivos blogs. Poonen sosteniendo que el software de Nutanix es una copia; Dheraj Pandey aludiendo a lo que llama “vTax” [sobreprecio que, según él, pagan los usuarios de VMware por usar su hipervisor cuando podrían usar el de Nutanix gratuitamente].
Sin llegar a esos extremos, la antipatía entre Nutanix y HPE ha sido manifiesta, precisamente porque Dell era el obstáculo. Y con más motivo desde que HPE decidió adquirir Simplivity en 2017 para no quedar descolgada del ascendente mercado de HCI.
Creo recordar que la última vez que estuve de visita en HPE el cuadro era este: 1) HPE/Simplivity no tenía un hipervisor nativo propio, a diferencia de Nutanix; 2) el software de Simplivity corría en servidores específicos de HPE dentro de una estrategia llamada de “infraestructura componible”, pero no en los de otros fabricantes ni en los ProLiant y Apollo de marca propia; 3) Nutanix procuraba sacar partido de lo anterior cortejando a los usuarios de esas dos familias de servidores.
La fórmula que ambas compañías han encontrado para unir fuerzas es la siguiente. Por una parte, una solución integrada llave en mano, que implica precargar Enterprise Cloud OS, el sistema de Nutanix que incluye AHV, en servidores ProLiant y Apollo. Por otra, el software de Nutanix estará disponible en la solución hibrida HP GreenLake de pago por uso.
Oficialmente, el acuerdo es presentado como una respuesta a la demanda del partners y clientes: “ambas compañías reconocen que existe mercado para que el software de Nutanix corra en servidores de HPE y ofrezca las ventajas del modelo as-a-service”. La próxima conferencia de Nutanix en mayo será la puesta de largo del acuerdo.