Lamento no haberme ocupado más de ella durante demasiado tiempo. Hablo de Veeam Software, que ha sido una empresa europea de software, especializada en soluciones de backup y recuperación de datos. Lo escribo en pretérito, no porque haya desaparecido sino porque en pocas semanas dejará de ser europea al cerrarse su venta a la firma de inversión neoyorquina Insight Ventures, al goloso precio de 5.000 millones de dólares. La motivación más clara de esta transacción milmillonaria es una nueva intentona de disuadir la desconfianza del sector público de Estados Unidos a la hora de comprar software de una compañía cuyos fundadores, Ratmir Ratmir Timashev y Andrei Baronov, nacieron en Rusia.
Esta no es una conjetura. Es literalmente lo que dice Timashev a cualquier que le pregunte por qué se hace a un lado. En 2017, a la vista de las dificultades para vender su software de protección de datos a organismos del gobierno federal, Veeam pagó 42 millones por N2WS, una pequeña empresa cuyo primer y casi único cliente es Amazon Web Services. La intención tenía lógica: convertirla en el vehículo para eludir el veto gubernamental. Pero la jugada no salió como se esperaba y N2WS acabó volviendo a sus propietarios originales en 2019.
Clama al cielo que Veeam, entre cuyos clientes están ocho de cada diez empresas de la lista Fortune 500, que tiene presencia directa en 30 países y 375.000 clientes en total, no consiga vender sus productos debido a la nacionalidad de sus fundadores. Exceptuando este borrón (involuntario), la trayectoria de Veeam ha sido ascendente. Como no cotiza, no está obligada a publicar sus cuentas, pero ha declarado un crecimiento del 20% tras superar en 2018 los 1.000 millones de dólares de facturación.
Insight Ventures, la nueva propietaria, es una firma de private equity, lo que normalmente significa – a diferencia de las de venture capital, con vocación de aves de paso – que se involucra en la gestión de las empresas en las que invierte. No es un detalle secundario: con un nuevo CEO, americano y el traslado de su sede a Estados Unidos, los recelos deberían desaparecer. Hay otra dimensión en la noticia: esta adquisición podría ser la chispa de la consolidación de un segmento superpoblado y proteico.
Durante años, Veeam cabalgó con éxito sobre la ola de la virtualización, flanqueando a VMware, pero la evolución del mercado ha obligado tanto la una como la otra a dar un giro radical hacia la nube híbrida. En un mundo en el que los datos, el activo más preciado de las empresas, los datos, se mueven constantemente y se reproducen con frenesí, su gestión es más crítica y más compleja. Las soluciones convencionales, ancladas en modelos on-premise, ya no son suficientes.
El año pasado, Veeam lanzó innovaciones significativas, entre ellas Backup for AWS y la versión 4 de Backup for Office 365, además de preanunciar la aparición de Backup for Azure, soluciones nativas que posibilitan gestionar, migrar, orquestar y proteger los datos en ambos entornos cloud. Esto es lo que Temashev llama segundo acto en la existencia de la compañía.
Según esa tesis, el primer acto ha estado dominado por la virtualización en los centros de datos, pero ahora la industria está en transición a la hibridez y adapta su negocio al modelo de suscripción. Este es el momento que han elegido ambos fundadores para tomarse el tiempo de reflexionar (eso han dicho) en su siguiente iniciativa. Además, claro está, de dedicar tiempo a la familia como prometemos todos.
El mercado convencionalmente llamado de backup y recuperación es, por la vía de los hechos, un mercado genéricamente de gestión de datos, en el que confluyen nuevos componentes: replicación, gobernanza, compliance, análisis y los que vayan saliendo. Aquí es donde la adquisición por Insight Ventures cobra más sentido: en su cartera de participaciones hay al menos dos decenas de empresas emparentadas con esas actividades. La fragmentación es tal que se disimula con el crecimiento del mercado y el dinero de los inversores, pero en algún momento exigirá fórmulas de consolidación.
¿Podrá Veeam, ya en otras manos, repetir su éxito anterior en el entorno cloud? Es razonable preguntarlo, porque en su mismo carril circulan y colisionan otros proveedores; unos clásicos y otros más nuevos, más o menos afines al modo cloud: Veritas, Commvault, Rubrik, Druva, Cohesity y otros que ahora mismo no recuerdo.
No menos pertinente es la pregunta que el colega Chris Mellor hizo a Temashev meses atrás: ¿teme que los proveedores de servicios cloud construyan sus propias alternativas para la protección de datos [las regulaciones como el RGPD son un impulso]. La respuesta fue que no les faltan recursos para hacerlo y de hecho AWS ya ofrece ciertas capacidades de protección, pero – he ahí el argumento – los clientes que se apuntan a la nube híbrida buscan soluciones híbridas que AWS no puede ofrecer.
Hasta mañana. Norberto