Si aceptamos, como es costumbre, que los resultados de Intel son un indicador de la marcha de la industria, sería hipócrita afirmar que en el segundo trimestre la botella ha estado medio llena. Sí, es cierto que los ingresos aumentaron un 3,7%, hasta alcanzar los 13.500 millones de dólares; pero si se detraen los del Data Center Group [una quinta parte del total], el incremento habría sido de nueve décimas, que deja la botella medio vacía. En otras palabras, puede decirse que los procesadores Xeon E5 han salvado el segundo trimestre, y se espera que sostengan el tercero. Frente al salto del 15,1% de esa división, la PC Client, la que más pesa en el conjunto, registró un crecimiento mediocre (4,3%), nada raro tal como está el mercado; la que abarca los chips para sistemas embebidos y móviles, cayó un 20%, también previsible.
El CEO Paul Otellini enfrió las expectativas de recuperación. El guidance de ingresos para 2012 ha sido recortado, del 7/9% previsto inicialmente, al 3/5%. Hay que tomar nota de que las ventas en Europa han caído un 7% secuencial y un 5,6% sobre el segundo trimestre de 2011.
Al presentar estos resultados, Otellini sugirió que la demanda de los consumidores se ha frenado en los últimos meses por la espera de Windows 8. Acto seguido, proclamó su confianza en los nuevos ultrabooks basados en los procesadores Ivy Bridge (y en Windows 8) que, según él, van a representar el 40% de las ventas de portátiles. Están en marcha unos 140 diseños, 40 de ellos tendrán capacidades táctiles, y una docena serán convertibles (para funcionar opcionalmente en modo tablet o como ultrabook). Anticipó Otellini que el umbral de precio discutido con los fabricantes será de 699 dólares. En suma, el tercer trimestre pasará sin pena ni gloria, y el partido se jugará en el último cuarto.