No es exactamente una sorpresa, pero puede ser el disparador de una ofensiva de IBM. O, en particular, de una contraofensiva en la batalla planteada por Oracle. La noticia es esta: IBM invertirá 1.000 millones de dólares durante cinco años para promover desarrollos sobre Linux y su uso en los servidores de la familia Power. Como antecedente: en el trimestre más reciente, sus ventas de esta familia de servidores cayeron un 25% sobre igual período del año pasado. Esta cifra es más compleja de lo que parece: los que trabajan sobre AIX (variante de Unix propia de IBM] bajaron un 21% mientras los de Linux crecieron modestamente, el 1,5%. Según el último informe de IDC, Linux representa un 23,2% del mercado de servidores, y Linux el 15%.
IBM parece sinceramente convencida de que tiene que rebajar su apuesta por AIX y jugar sus cartas competitivas a, por una parte, los procesadores Power 8 – que presentará el año próximo – y por otra el sistema operativo Linux, que además tiene la ventaja de una mayor rentabilidad comparada con los basados en x86, que conforman la mayor parte del mercado. No obstante, la compañía promete dedicar recursos de I+D a su System X, servidores bajo x86, cuyas ventas han vuelto a caer. Es una manera de ratificar su apoyo a esta plataforma, tras el frustrado intento de venderla a Lenovo.
Volviendo a Linux: una parte de los 1.000 millones será destinada a un nuevo centro de desarrollo en Montpellier. Aunque el anuncio no es oficial, algunos especialistas creen que es un esfuerzo obligado por la conversión acelerada del mercado: los clientes de IBM están abordando las nuevas corrientes de cloud computing y big data con servidores que se basan en tecnologías envejecidas. Lo que se requiere – dicen – es un diseño de sistemas más abiertos y flexibles, atributos que Linux puede ofrecer con ventaja.