La tendencia a la unificación de sistemas operativos no es una hipótesis, un tema más de conversación, sino una línea estratégica que persiguen – cada uno a su manera y por sus propios motivos – Microsoft y Apple, con Google aparentemente a la zaga. Ayer, Apple hizo una primera presentación a desarrolladores de la futura versión de OSX 10.8, apodado Mountain Lion, que representa un paso adicional en la asimilación de rasgos ya conocidos en iOS. Un síntoma: ya no lo nombra como Mac OSX.
En 2010, cuando mostró por primera vez OSX 10.7 Lion, Steve Jobs comentó que era una muestra de lo que podría resultar de un ligue [hook up] entre MacBook e iPad. De la frase no se deduce que el ligue vaya a desembocar necesariamente en cópula, pero todo se andará. Tal vez haya en Apple una inquietud inmediata por el hecho de que el iPad come terreno a su producto histórico. Al parecer, el pegamento entre ambas líneas sería iCloud, que Tim Cook definía esta semana como “nuestra apuesta estratégica para los próximos diez años o más”.
También Microsoft camina hacia una eventual convergencia entre Windows 8 y Windows Phone 8, que por ahora se limita al interfaz Metro, pero podría tener ir a más. En su caso, parece indicar la necesidad de tener una tableta Windows que sirva de respuesta viable a la enorme ventaja que ha cogido su rival. Google, mientras tanto, sigue explorando la manera de que Chrome OS ligue con Android, pero antes deberá estabilizar la fragmentación del segundo.