Uno de los problemas de la palabra cloud es que significa cosas distintas y sugiere muchas más. ¿Qué ha querido decir Bill McDermott, CEO de SAP, en una entrevista con Arik Hesseldahl, al afirmar que en 2020 la compañía será número uno en usuarios y en ingresos generados por servicios cloud? Antes de entrar en materia, hay que saber que McDermott está en plena campaña de promoción de su libro Winners Dream: A Journey from Corner Store to Corner Office, tarea que exige dar titulares golosos. La idea central de la entrevista es el anticipo de un plan quinquenal, que presentará en enero, cuando publique sus resultados anuales, y del que dará más detalles ante la junta de accionistas en febrero.
El plan, según la puntita que ha dejado ver McDermott, consistiría en una arquitectura común que permitiría consolidar distintas aplicaciones. Otra versión, en este caso oficiosa, apunta que SAP prepara el lanzamiento de un ´mercado de nubes` que facilitaría a empresas y organizaciones consumir software y servicios en régimen de autoservicio. No sé si ´portal` sería una palabra castellana adecuada para definir un espacio al que la compañía alemana espera atraer a terceros – incuyendo a competidores – así como proveedores de servicios profesionales, para crear una «red abierta y global» que abarque todas las áreas de operaciones de SAP.
Puede sonar ambicioso, y así tiene que ser. No está muy lejos de otras iniciativas de compañías que, como SAP, han llegado a la conclusión de que en el modelo cloud nadie puede trepar la cuesta sin ayuda. Dell Cloud Marketplace, en fase beta, es un mecanismo en el que se podrían arrendar servicios de múltiples nubes públicas, en contraste con las fórmulas centradas en un proveedor único. Más o menos en la misma onda se sitúa InterCloud, promovida por Cisco con apoyo de proveedores de servicio de mucho peso. Si no he entendido mal, no se trata de competir con Amazon Web Services sino de erigir una barrera defensiva contra la tentación de AWS de dotarse de un perfil de plataforma como servicio [suponiendo que estas nomenclaturas tengan sentido en el futuro próximo].
Sobre la presunta iniciativa de SAP sólo puedo decir que evidencia la intención de cohesionar una disparidad de productos cloud que ha ido incorporando a través de adquisiciones en los últimos años, ciertamente a un alto coste: SuccessFactors, Ariba y, recientemente, Concur – la compra se cerró formalmente este mes por 8.300 millones de dólares – y cuando Arik le pregunta qué tiene dentro Concur que valga ese precio, McDermott responde: «es la segunda compañía independiente de software como servicio, y fortalece nuestra posición en la nube: tenemos más usuarios individuales que cualquier compañía de software en modo cloud, casi 50 millones, y somos la segunda en ingresos detrás de Salerforce […] nuestro objetivo es ser la número uno en 2020″. Pero no omite sugerir que en los próximos años no hará grandes adquisiciones, y se dedicará a integrar lo que ya tiene en casa.
En su día no llegué a comentar la compra de Concur, compañía que gestiona en modo cloud los gastos de viaje de 25.000 empresas en 150 países. Entre las ofertas de Oracle y SAP, prevaleció la segunda, y esto ya es un factor del precio pagado. Pero, además, Concur tiene un acuerdo con IBM, que a su vez en octubre firmó una alianza estratégica con SAP por la cual esta hará uso de su infraestructura para la prestación de sus servicios cloud. Con lo que se confirma la hipótesis principal: nadie puede competir en la nube (signifique lo que signifique) sin buscar pareja de baile o de cama, sin rodearse de amigos y sin ceder negocio a los aliados.