La presentación en paralelo de los resultados de Nokia y Alcatel Lucent revela una paradoja: el año ha acabado mejor para la adquirida que para la adquirente. Un detalle que no modifica en nada la lógica de la operación anunciada en abril del año pasado. Nokia ha cerrado su año fiscal avisando de que en 2016 espera un descenso de la inversión de sus clientes, y su CEO, Rajeev Suri, ha preferido no cuantificar esa previsión. La advertencia tiene valor de justificación de la compra de Alcatel Lucent, que en su momento fue explicada como salida al estancamiento del negocio de redes de la compañía finlandesa. Pero la ausencia de previsión sugiere que viene una integración complicada.
En la práctica, Nokia ha tomado el control operativo de Alcatel Lucent, de la que posee el 91% de las acciones, pero necesita llegar al 95% para dar por cerrada la absorción. Por su parte, Alcatel Lucent se ha dado el gusto postrero de cerrar su vida independiente con un beneficio que, aunque corto [257 millones de euros sobre 14.275 millones de ingresos] es el primero que registra desde 2011 (y ya entonces fue sólo pasajero).
Hay explicación: la caída del beneficio de Nokia responde a que 2014 fue un año atípico, endulzado por la venta de su división de mapas, un activo previamente amortizado. En cuanto a la recuperación del beneficio de Alcatel Lucent, es mayormente atribuible a los recortes del llamado Plan Shift, que en poco más de dos años ha reducido los costes en 1.031 millones de euros [desbordando el objetivo inicial de 950 millones].
Un hecho llamativo es que Alcatel Lucent, que en 2013 tuvo que prendar su cartera de patentes para financiarse, ha llegado a finales de 2015 con una tesorería de más de 6.500 millones de dólares.
Estos son los números, pero la «chicha» de la noticia está en un comentario de Rajeev Suri: «el primer trimestre se perfila complicado para los planes de inversión de capex de nuestros clientes, a la vista de factores de incertidumbre macroeconómica». Anticipó el CEO de Nokia que habrá desaceleración en las ventas de redes móviles a China, debido a que los despliegues de 4G han alcanzado un nivel de madurez. No es descabellaro suponer que la caída generalizada de las bolsas es una inquietud adicional. De momento, Alcatel Lucent – que por obvias razones no ha publicado previsiones – la región Asia Pacífico ha experimentado un crecimiento del 20%, mientras Europa se conformaba con un 2% [7% negativo en el caso de Nokia]
En opinión de Suri, «sería prematuro» revelar su hipótesis sobre los frutos de la adquisición de Alcatel Lucent, pero prometió volver sobre el asunto en tres meses. Para entonces, presumiblemente, habrá convencido a los tenedores de al menos el 3% de las acciones y así completar la digestión de la compra. Suri rehusó responder cuando un analista le preguntó si piensa en una OPA hostil para tomar la propiedad total.
Otro aspecto sobre el que se hizo hincapié ha sido el acuerdo por el cual Nokia y Samsung han puesto fin a un dilatado litigio sobre patentes. Nokia mantiene la expectativa de recaudar 1.300 millones de euros, o más, entre 2016 y 2018 relacionados con ese acuerdo y otros arbitrajes sobre propiedad intelectual. Pero la cifra anunciada resulta ser inferior a la que habían calculado los analistas, decepcionados. La acción de Nokia bajó tras conocerse los resultados, en una semana fatídica para las bolsas: Nokia ha perdido un 19% de su valor bursátil desde la primera sesión del año. Al margen del contexto macroeconómico, muchos inversores aún recuerdan que Alcatel Lucent y Nokia han destruído mucho valor con sus respectivas fusiones en la década anterior.
Sólo el tiempo dirá si la fusión de Nokia y Alcatel Lucent – justificada por la complementariedad de sus líneas de negocio – dará sus frutos. A priori, las sinergias de costes se habrían calculado en 900 millones a finales de 2018, aunque es posible que la meta se alcance antes de plazo, dependiendo de los ajustes de plantilla. Un informe de Bernstein Research estima que la combinación podría cerrar este año con un crecimiento del 5,1% en ingresos y un margen operativo del 10,5%.
Un entretenimiento favorito de los analistas es la comparación entre Nokia y Ericsson. La compañía sueca, formalmente reacia a las fusiones, como reacción al movimiento de sus adversarios ha optado por forjar con Cisco una alianza tecnológica y comercial de la que los socios esperan 1.000 millones de dólares adicionales en ventas, poca cosa en comparación, pero menos da una piedra. Hoy, la suma de Nokia y Alcatel Lucent las pondría por delante de Ericsson en ingresos totales, pero la diferencia es tan poca que, una vez detraídas las redundancias, el péndulo podría devolver el liderazgo a los suecos.