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  15/04/2016

15Abr

«Por el humo se sabe dónde está el fuego» (Doña Francisquita). Abril está siendo un mes de intensa actividad de adquisiciones (y, quizá por la misma razòn) nula en salidas a bolsa de compañías tecnológicas. Lo que llamo el humo, puede dar pistas sobre segmentos de mercado que, a priori, ofrecen mejores perspectivas de crecimiento. O de competencia. O de supervivencia, a cada cual lo suyo.

El caso más notable de los últimos días ha sido la operación de 1.200 millones de dólares por la que Brocade ha comprado Ruckus. No es notable por la cifra, sino porque la nueva pareja confirma la agitación que se vive en el mercado de WiFi [para ser más preciso, WLAN], ya observada cuando HPE compró Aruba y le confió las llaves de su división de networking.

La tecnología de las redes de los datacenter converge incesantemente con la infraestructura de las telecos, y abre oportunidades para los fabricantes de switchers y routers: los grandes, Cisco en primera fila desde que compró Meraki, y HPE desde que compró Aruba, pero también Huawei que solo bien se lame, apuestan fuerte por esa convergencia. Queda por ver qué pasos dará Nokia, que con la compra de Alcatel Lucent ha heredado una estrategia en este campo.

Al menos en este momento, la víctima parece ser Juniper, que confió demasiado en su acuerdo con Ruckus y no se atrevió a hacerle una oferta de compra. Ahora tendrá que reaccionar para no quedar aislada: no abundan los solteros entre los proveedores de WLAN.

Brocade, al igual que Cisco, HPE y Juniper, ha venido cultivando la parcela de NFV (Network Functions Virtualization), con la esperanza de meterse por la claraboya en un mercado al que en principio no eran afines, los compradores de infraestructuras convencionales de red, pero no están solos. El juego no se restringe a las redes core, y la buena prueba es que los operadores – Telefónica, sin ir más lejos – no esconden su codicia por dotarse de la agilidad y flexibilidad necesarias para ofrecer a las empresas servicios cloud bajo demanda, además de transformarse internamente.

Temo que, por meter mucha información, no me he explicado bien. Hay un creciente solapamiento entre dos ramas de la industria (y sus modelos de negocio) que siempre habían marchado en paralelo, observándose pero sin competir. Ahora tiran de chequera para competir, y van a saltar chispas.

¿Qué pinta Ruckus en este plan? Pues, que ha desarrollado una plataforma WiFi cuyo sustrato es una red virtualizada, y gracias a ella ha podido firmar un acuerdo con Google para ofrecer hotspots gestionados desde la nube en Estados Unidos. Lo heredará Brocade, y le ha salido barato.

En la otra acera, casi de puntillas, Ericsson sigue tomando posiciones en la dirección opuesta: reduce su dependencia del negocio tradicional, firma una alianza con Cisco y ahora añade la compra de NodePrimer, aparentemente menor, con la que se abre a ofrecer infraestructura definida por software. Sabe la compañía sueca que sus clientes de toda la vida, los operadores, se recolocan en el tablero como proveedores en la nube, y para esto necesitan nuevas infraestructuras [cloud-RAN] y nuevos centros de datos. ¿Por qué dejar los dulces al alcance de los niños?


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