14/06/2013

14Jun

Está muy extendida la idea de que Vodafone es un operador que mira a horizontes lejanos, alejándose de la crisis europea. Estará muy extendida, pero es una verdad a medias. Vodafone tiene vocación global, pero está y quiere seguir siendo un operador europeo. La contribución de los mercados emergentes es relevante, pero en Europa capta el 47% de sus ingresos y el 69% del ebitda. Sin embargo, el negocio europeo lleva tres años declinando, y tardará otros dos por lo menos en recuperarse. Ahí puede estar una clave del equívoco sobre los planes de Vodafone.

Vittorio Colao, CEO del grupo, ha sido terminante, al trazar tres ejes de su estrategia en los mercados europeos: acuerdos mayoristas (Alemania, Holanda e Italia), inversión en fibra (Portugal y España), adquisiciones (C&W en Reino Unido). La secuencia podría ser otra: se comenta la posibilidad de adquisición del operador fijo italiano FastWeb, y la semana pasada ha confirmado su interés en adquirir Kabel Deutschland. El mercado ha tomado nota de que Vodafone no se conforma con ser un operador móvil: la demanda de servicios converge hacia múltiples plataformas y el empaquetamiento de prestaciones. Sólo así podría combatir la irrefrenable propensión de los clientes de telefonía móvil a fugarse hacia otras ofertas, de las que un día podrían volver… o no.

La convergencia y los servicios quad-play son oportunidades que pocos operadores se pueden permitir. En Reino Unido, Vodafone pagó el año pasado 1.000 millones de libras por Cable & Wireless para crear «el único operador integrado fijo y móvil», movimiento que ha suscitado un entendimiento entre BT y O2 (filial de Telefónica). En Alemania, la apuesta es mucho más alta: Colao cree que puede absorber una empresa que vale 10.000 millones de euros como poco, y que conecta 8,5 millones de hogares. Sería, en cualquier caso, la operación más gorda desde su entrada en India, pero cree que puede abordarla sin recurrir a vender su participación del 45% en la americana Verizon Wireless, operación por la que podría obtener más de 100.000 millones de libras y que le recomienda el pertinaz lobby que se manifiesta a través del Financial Times.

Veamos lo que está en juego. Fusionar la filial alemana (móvil) de Vodafone con las líneas fijas de Kabel Deutschland, supondría crear una alternativa viable al operador dominante, Deutsche Telekom. Pero lo singular del asunto es que el grupo británico ya tiene un acuerdo de principio para alquilar la red fija de DT, y ambas iniciativas no serían compatibles. La operación puede concretarse o no, por obstáculos diversos, pero proyecta la sombra de movimientos similares en otros mercados europeos: por analogía, vuelven a sonar rumores sobre un eventual interés de Vodafone en el operador español de cable Ono, que tiene una posición interesante pero está muy endeudado. Lo dice la agencia Bloomberg, a mí no me miren.


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