Bill Hift, VP de HP responsable máximo de los negocios cloud, metió el dedo en el ventilador al dejar caer ante un cronista del New York Times una frase que originó el titular «HP capitula ante la nube». Desde luego, el periodista no matiza. Literalmente, la frase en cuestión [la transcribo en inglés, para que no se diga que yo también la he interpretado mal] fue esta: «We thought people would rent or buy computing from us. It turns out that it makes no sense for us to go head-to-head«. Hift respondía a una pregunta acerca de la capacidad de HP para competir con Amazon, Google y Microsoft como proveedor de cloud pública.
¿Derrota o retirada estratégica? Ni una cosa ni la otra, puntualizan los portavoces de la compañía, con evidente incomodidad por tener que aclararlo. No es fácil apreciar, realmente, si Hift se salió del guión o lo que dijo fue un aviso para navegantes acerca de lo que se puede esperar, y lo que no, del negocio a su cargo, con vistas a la segregación de HP a partir de noviembre. Es previsible que será un asunto sobre el que los analistas preguntarán a Meg Whitman cuando, el mes próximo, la CEO de HP presente los resultados trimestrales. Tal vez Hift sólo ha anticipado el mensaje, aliviando la tarea de su superior.
La tesis oficial es que HP nunca anunció una estrategia de cloud pública, por lo que mal podría renunciar a ella. «Creemos que una solución híbrida ofrece las mejores herramientas para responder a las necesidades de nuestros clientes», precisa un documento distribuído a partners. HP cree que la compatibilidad con los proveedores más importantes de nube pública es una parte fundamental de su cartera y, por tanto, concentra en ella su estrategia de cloud, en lugar de intentar competir con ellos.
Este es, pues, el mensaje: la nube pública no figurará entre los segmentos de actividad de la futura Hewlett-Packard Enterprise, y quien diga lo contrario, no se ha enterado. En cambio, dirá Whitman a los analistas, en la nube híbrida el crecimiento hasta marzo ha sido del 24%. Y el reciente anuncio de los servidores CloudLine – subrayará, casi con certeza – sitúa a HP en primer plano del suministro de infraestructura para los proveedores de cloud pública. Amazon Web Services (AWS) y Microsoft Azure no son rivales sino muy buenos clientes. Ahí queda eso.
No todos los analistas son benévolos al interpretar la cuestión. Por ejemplo, Lydia Leong, de Gartner, machaca sobre este argumento: «HP ha tenido una historia tortuosa en relación con la nube […] ha rebautizado y relanzado su oferta varias veces. Su producto actual, Helion, sólo ha conseguido una modesta penetración, y en septiembre pasado, HP redobló su apuesta al comprar Eucalyptus, proveedor de software open source cuya principal carta de presentación era la compatibilidad con AWS partiendo de OpenStack». Este papel de puente, precisamente, era el valor que para HP tenía la adquisición.
La mención de Eucalyptus tiene interés anecdótico. Marten Mickos, su fundador y CEO, se incorporó a HP como cabeza visible de las actividades relacionadas con cloud, pero cinco meses después, en febrero, abandonó la compañía. Se interpretó en ese momento que el estilo abrasivo de Mickos, más propio de una startup que de una organización estructurada, llevó a un «choque cultural» con quien a la postre habría de hacerse cargo de sus funciones, precisamente Bill Hift.
No es todavía el momento para sacar conclusiones sobre el estado del mercado cloud, en sus diversas acepciones. Pero empieza a parecer como si el entusiasmo – forzado, en muchos casos – con el que fue abrazado el nuevo concepto, está dejando paso a una consolidación a la vista del hecho de que no hay asientos para todos. El tiempo dirá.